Lunes muy, muy perezoso, de los que cuesta arrancar, de los que cuesta volver a la realidad en todos los sentidos, volver a aterrizar sobre la silla del despacho y seguir con aquello que dejaste. Festival de las voley-agujetas y un pie molesto, sueño, cansancio; pero también sonrisas de recuerdo y moreno en la piel, aspecto de verano. Miles de recuerdos compartidos, plasmados o no en fotos, momentos de esos que vuelves a rememorar con el tiempo, que provocan sonrisas cómplices en el futuro, reencuentro con gente que ya no está en Barcelona pero que sientes como si no se hubieran ido Y sensación de haber superado retos personales, triviales vistos desde fuera pero con relevancia personal, de esos que en cierta manera te demuestran que nada es imposible (o al menos no del todo).
Hacía tiempo que no estaba en una burbuja de incomunicación durante 48 horas, sin internet ni casi móvil, y la sensación es inigualable, especialmente para aquellos que solemos estar conectados casi todo el día y que nos gusta. Relojes fuera (más allá de saber cuándo te toca el siguiente partido de voley), internet inaccesible (para ti), periódicos e información inexistentes, móvil apagado, dejar el tiempo fluir. Es cuando realmente desconectas, cuando tu mente fluye libremente, con pensamientos a cero y sensación de vivir el momento. Son esas cosas que me hacen pensar que quizás vivo mejor con un móvil de esos que sólo llaman, envían mensajes y hacen alguna que otra foto apañada, aunque en el fondo sé que acabaré con un aparato de esos multifunciones en mis manos algún día.
Posiblemente esta sea una de las canciones del año, de esas pocas que consiguen poner de acuerdo a casi todo el mundo, transpasar fronteras musicales de todo tipo y sonar a gusto de todos. Un tema que me enganchó sobremanera cuando lo descubrí hace unos meses, pero que quizás haya tomado un cariz diferente tras este fin de semana, del cual ha sido, en parte, banda sonora, y ahora venga cargado de recuerdos recientes ahora y bonitos en el futuro, compartidos todos. Y es por ello que merece por fin pasar por aquí y que sea precisamente hoy cuando lo haga. Del álbum de debut del cantante belga-australiano Gotye llamado "Making mirrors", acompañado por la cantante neozelandesa Kimbra. Feliz semana a todos.
Pues si que es un exitazo, creo que fue Midas quien la descubrió y no se equivoco con esta apuesta.
ResponderEliminarNo se si oiremos mucho más de este artista pero lo que es la canción no vamos a parar de oírla en la radio en años
Pues la vi ayer en Kiss TV y me gustó bastante, y dije, seguro que a mi amiga Atticus' daughter le mola el tema, y además el vídeo es un puntazo.
ResponderEliminarBesos.
Boris, sí, Midas fue uno de los primeros que lo dio a conocer de entre nosotros y sin duda tuvo mucho ojo al considerar que tendría tanto éxito. Será una de las canciones del año, eso sin duda, sobretodo por haber puesto de acuerdo a tanta gente. Espero que no la saturen, sólo eso, que es el peligro que corren este tipo de canciones.
ResponderEliminarSavoy, ya verás como engancha, tiene algo que la hace muy especial, jeje, qué gracia que supusieras que me gustaría mucho. El vídeo es la mar de curioso, aunque la letra es triste como pocas.
ResponderEliminarBesos!!
Sin desmerecer a Midas, he de deciros que fui yo en mi blog el que llevaba meses y meses dando el coñazo con Gotye, esta canción y todo el "Making mirrors". Ahora que se ha hecho tan popular, ha perdido parte de su encanto, y más cuando escucho los remixes en los bares. La pena es que se quedará en un one hit wonder.
ResponderEliminararcher, cierto, tú fuiste el primero en hablar de él y "fichar" este tema!!! Te confesaré que me costó un poco asimilarlo, pero que una vez me entró me enganchó sobremanera. No creo que haya perdido su encanto porque todo el mundo ahora la coree, la verdad, y tampoco veo tan claro que se convierta en un One hit wonder, aunque quizás tengas razón, no sé, espero que no sea así :-)
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