viernes, 29 de marzo de 2013

This is the day - The the

Como dice el título de la canción, hoy es el día del cambio de decena. Del paso definitivo a aquello que de broma denomino la versión 3.0, algo que hasta me cuesta creer que haya llegado. Lo que popularmente se conoce como cumplir 30 años, esa edad que hasta hace unos años parecía algo tan lejano y significativo y con unas perspectivas que poco o nada tienen que ver con lo que finalmente ha sido. Y qué más da si así una es feliz, si una está satisfecha con la vida que lleva, orgullosa de llevar la edad con dignidad y alegría, con menos traumas cada año, abierta a los cambios que tengan que venir, si es que vienen, pero sobretodo sin prisas por nada. Porque lo mejor es dejar que la vida fluya y tome su propio camino, dejarnos llevar por lo que nos ofrece, ir tanteando las rutas que se nos presenten y, si nos hemos equivocado, no tener miedo de volver atrás y comenzar de nuevo, que no pasa nada.

Algo me dice que posiblemente este año sea uno de los cumpleaños de los que menos gente se acuerde, en plenas vacaciones de semana santa y con medio país desperdigado y merecidamente incomunicado. No estoy en Barcelona para celebrarlo con mis amigos pero sí que es especial por poder estar junto a mis padres y disfrutar de unos días en Málaga. Algo de bueno también tendrá tener vacaciones y no tener que ir a trabajar el día de tu cumpleaños.

Me apetece celebrarlo por aquí con un tema que, como yo, este año cumple también 30 años. Una canción que me descubrió nuestro querido Johnny, un clásico que desconocía y del que caí prendada a primera escucha. Del disco de debut de esta formación británica llamado "Soul mining". Un tema adictivo y fresco, que me evoca estas tardes de inicio de primavera en las que cada día la luz gana terreno, de aire fresco y renovado, con las primeras golondrinas de banda sonora. Un viaje a nuestra infancia que nos acompaña toda la vida cada año en estos últimos días de marzo. Espero que os guste y que tengáis unas buenas mini-vacaciones de semana santa.

This Is the Day by The The on Grooveshark

martes, 26 de marzo de 2013

Imperfección - Havalina

El pasado viernes me desquité de no haber acudido a los conciertos del Let's festival de la semana anterior acudiendo a uno de los últimos que iban a celebrarse, el que iba a realizar la banda madrileña Havalina, uno de los que más ganas tenía de ver. En circunstancias normales otros planes iban a hacer que me lo perdiera, pero al tener que anularlos por culpa de mi pequeña lesión compensé yendo por última vez este mes a la Salamandra. Aunque fue uno de esos conciertos para estar enmedio del meollo dándolo todo, tuve que conformarme con quedarme sentada en el lateral, o al menos sin alejarme demasiado de ese lugar, en el que mi amiga Adriana tuvo el gran detalle de acompañarme.


Tales circunstancias, afortunadamente, no fueron impedimento para que disfrutara igualmente de un excelente concierto, en la que me vi envuelta en una potente burbuja sonora de hora y cuarto de duración. De un trío de músicos que sonaron contundentes e intensos como si sobre el escenario fueran tres veces más. Bajo, batería y guitarra enérgicos y sonoros, ejecutando a la perfección todos esos potentes pasajes instrumentales que acompañan las suaves y delicadas melodías que su cantante y guitarra, Manuel Cabezalí, interpretaba perfectamente con su bonita voz. Una combinación de gran contraste pero brillante, quizás la clave para que un grupo con un sonido tan guitarrero y potente llegue a gustarme tanto como ellos lo consiguen, aquello que les hace únicos.


En su trayectoria de diez años de vida la formación cuenta con la friolera de siete álbumes, los cuatro últimos cantados en castellano. Entre un inicio y final totalmente instrumentales, fueron los tres últimos discos los que finalmente coparon el acertado setlist, sonando temas como "Las hojas secas" del álbum homónimo; "Lejos de tu cama", "Agosto en bogotá" o "Sueños de esquimal" del "Imperfección"; y como no podía ser menos, bastantes de su último trabajo, "H", publicado el año pasado, tales como "El estruendo", "Compañía felina" o "La Antártida empieza aquí". Todos ellos sonando de maravilla, sin ningún bajón ni fallo, un directo limpio y correcto pero con gran carisma y personalidad.


A mitad de concierto sonó la canción que yo más esperaba, el momento en el cual no pude aguantarme sentada. Esa que da título a su quinto trabajo, "Imperfección". Una canción de la que me enamoré a primera escucha cuando la descubrí hace ya más de un año, que me atrapó y que cada vez que escucho no puedo hacerlo una sola vez. La canción culpable de que me interesara en ellos, la canción que hizo que tuviera muchas ganas de verles en directo. Un tema que resume la esencia del grupo, que quedó en el tintero del blog y que, al no haber aparecido antes, es la ocasión perfecta para que finalmente lo haga.


Con este gran concierto di por finalizada la edición de este año de este pequeño festival que para mí es de los más interesantes que forman el calendario musical de Barcelona y alrededores. Un festival de estructura sencilla y talante informal, que sirve de pequeña degustación del panorama musical español y al que siempre resulta una agradable experiencia acercarse. Un festival en el que, a pesar de la corta duración de los conciertos, siempre se puede disfrutar de muy buenos conciertos, de un carácter muy familiar y cercano y con un gran ambiente, sin masificaciones y a un precio (generalmente) bastante asequible. Todo ello muy de agradecer en esta ciudad y estos tiempos. Esperemos que nunca pierda su esencia. Larga vida al Let's festival!!

Imperfección by Havalina on Grooveshark

viernes, 22 de marzo de 2013

Easier - Grizzly bear

El amor es mucho más complejo de lo que normalmente nos vende el cine. Pero de tanto en tanto, el mismo cine intenta resarcirse de todo ello y mostrar algo real. Nada de cuentos de hadas ni de relatos para soñar, sinó historias realistas, aunque duelan, aunque cuesten, aunque nos muestren aquello que no queremos ver. Porque tan bonitos son los comienzos como tormentosos los finales, sean como sean. Porque tan emocionante es de repente encontrar a aquel o aquella que remueve todo nuestro mundo, como devastador es sentir que el amor se secó y murió y que nada se puede hacer para volver a insuflarle oxígeno. Porque las miradas, el deseo y las sonrisas del principio pueden transformarse en huídas, rechazo y lágrimas al final, sin una razón concreta. Las dos caras de una misma moneda, la vida de un sentimiento tan humano como sus contradicciones.


De todo esto es de lo que trata "Blue Valentine". Una cinta que incomprensiblemente ha tardado dos años en llegar a nuestra cartelera. Que quizás se labrara la propia leyenda por eso mismo, pero que al verla uno entiende el por qué de todo lo que se ha hablado de ella. Porque estamos delante de un excelente film. Con un planteamiento narrativo brillante y unos actores principales, Michelle Williams y Ryan Gosling, que bordan sus difíciles papeles. Una cinta cuidada y delicada, no convencional ni artificiosa, de una cinematografía impecable y un impacto emocional inmediato. Pero que no es fácil ni cómoda de ver, sinó que pretende precisamente no serlo, no ser complaciente. Y que, aún con todo eso, tampoco se recrea en el morbo sinó que sencillamente nos explica la historia de la manera real en la que esta se presenta, con sus momentos dulces y tiernos junto con otros más duros. Algo que casi resulta una proeza.

Todo este combo está acompañado por una banda sonora compuesta por Grizzly Bear, que con sus composiciones de guitarras acústicas desoladas y la voz lejana de su cantante le proporcionan a las imágenes de la película el colchón sonoro adecuado, de manera muy comedida, a cuentagotas, pero presente. De la que varios temas destacan pero casi al azar escojo este corte, cuyo vídeo viene con imágenes de la película. Que tengáis buen fin de semana.


miércoles, 20 de marzo de 2013

Pure - Lightning seeds

Un día como hoy hace exactamente diez años el mundo se despertaba con la noticia de que la guerra de Irak, a la que mucha gente se oponía, había empezado. Posiblemente quede en la historia fijado por esta efeméride, pero igualmente para mí fue una de esas fechas que quedan marcadas para toda la vida. Visto desde la perspectiva actual y a ojos de mucha gente quizás no sea tan relevante, posiblemente sea cierto y no sea más que una nimiedad. Porque fue el día en el que mis padres se fueron de casa para empezar una nueva vida en otro lugar, el día en el que me quedé sola, el día en que en mi vida empezaba la cuenta atrás de un cambio no definido pero sí definitivo. El inicio de ese proceso que acabó conmigo en Barcelona, la transición a la nueva vida que me esperaba, aunque cuando comenzó no podía tener ni la mínima idea de a dónde me conduciría.

Fue el inicio de un periodo corto pero mucho más duro de lo que nunca había pensado. Un periodo de absoluta incomprensión y soledad a mi alrededor, de tardes alargadas al máximo para no llegar a una casa que se me hacía enorme. El sentimiento desolador de una niña atrapada en un cuerpo de casi veinte años que se veía al fin obligada a salir del caparazón. Que pasados los años y la madurez por suerte superó muchos de esos fantasmas y miedos de por entonces, que ahora lo ve en la distancia consciente de que nunca le volverá a pasar lo mismo, que aquello fue fruto de un tiempo y un lugar determinado. Pero que no puede evitar acordarse cada veinte de marzo, y aún menos dejar de rememorarlo después de diez años que han pasado como un suspiro.

Es curioso como las principales canciones que me acompañaron durante esos momentos ya aparecieron en el blog, es por ello que me resulta difícil encontrar una que acompañe estas líneas. Aún así, de repente apareció por mi mente uno de los clásicos de Lightning seeds que por alguna razón que desconozco no dejó de pasear por mi cabeza durante esos meses. Una canción del disco de debut de la banda inglesa que me trae una amalgama variada de recuerdos mezclados de diferentes momentos, y que disfruto de volver a escuchar después de tantos años. Espero que os guste.

Pure by The Lightning Seeds on Grooveshark

lunes, 18 de marzo de 2013

Devolverte - Jero Romero

Acabo esta serie de crónicas de conciertos antes de lo programado, ya que mis planes concierteros de este fin de semana se vieron truncados por una leve lesión en el pie que no pudo ser más inoportuna. Me quedó pendiente el que probablemente fuera el mejor concierto que vi en el Let's festival, toda una sorpresa en directo. Un concierto al que acudí principalmente por reclamo de mi amiga Adriana, aunque yo también tenía curiosidad por saber cómo llevaba las canciones de su debut en solitario el ex-cantante de The sunday drivers Jero Romero. Un disco llamado "Cabeza de león" y publicado el año pasado, que en su conjunto puede resultar un tanto irregular pero que alberga algunas joyitas que nos recuerdan a los mejores momentos de la banda toledana y que demuestra que él era el alma de la banda. Una de sus principales novedades es escuchar a Jero cantando en castellano, que de principio resulta chocante y curioso pero que finalmente demuestra que toda la esencia melancólica que tenían las canciones de su antigua banda sigue encontrándose en su preciosa voz.


Inesperadamente fue el primer concierto de la velada, y por deseo expreso de mi acompañante ahí estábamos en primera fila, cerveza en mano, esperándole. Apareció él junto a su carismática banda para interpretar "Señor gigante" y ponernos en el bolsillo desde las primeras notas. Se formó en pocos segundos una conexión directa entre público y escenario, una complicidad exacta y llena de calidez, en la que el público (mayoritariamente femenino) demostró que se sabía al dedillo cada una de las frases de las canciones, que hizo que el ambiente aquella noche fuera muy especial, algo que no había visto en conciertos previos del festival.


Un reclamo al que Jero y los suyos respondieron con eficacia ofreciéndonos un grandísimo directo, en el que presentaron todas y cada una de las canciones del disco haciéndolas sonar mucho mejor que en el estudio. En el que la voz de Jero estuvo en plena forma y nos llegó con sus canciones hasta el corazón. Sonaron tan emocionantes como en el disco temas como "Las leves", "Correcto", "Haciendo eses" o "Túmbate", y temas como "Cabeza de león" ganaron lo que les falta en disco. Debido a la corta duración del disco, decidieron presentar dos temas nuevos en directo e incluso se atrevieron a hacer una bonita versión del "Adelante, Bonaparte" de Standstill ante la presencia en el público del omnipresente Ricky Falkner.


Para mí uno de los momentos más emocionantes fue el que protagonizó la canción "Devolverte". Posiblemente porque sea mi canción favorita del disco, porque consigue llegarme al alma, quizás por su melancolía y esa letra con la que podría haberme sentido identificada en algún momento de mi vida, posiblemente sea una opción totalmente personal. Pero afortunadamente fue la escogida para poner banda sonora al precioso vídeo que el técnico de sonido de la banda Alex Tapia hizo con las imágenes de este concierto, por lo que queda como bonito recuerdo inolvidable de un gran concierto. Espero que os guste.
JERO ROMERO hospitalet from Alex Tapia on Vimeo.

viernes, 15 de marzo de 2013

Babieca - Sr. Chinarro

Segundo fin de semana de Let's festival y no parecía el mismo mes. Una noche más cálida de lo esperado y una lluvia repentina nos hizo de acompañantes a la espera de la siguiente ronda de conciertos, el pasado viernes 8 de marzo. Con cuentagotas fuimos apareciendo todos en uno de los cutre-bares cercanos a la Salamandra para hacer las cervezas previas, donde primero de todo me topé con Marc Greenwood, bajista de La habitación roja, con su (por lo que parece) inseparable agua de Vichy. Allí me junté con Álex, compañero de Crazyminds, acompañado por una compañera suya del trabajo, ambos muy agradables y simpáticos, y con mis dos amigas Adriana y Eva, deseosas tanto de ver a Sr. Chinarro como al segundo telonero de la noche (al que llegamos), el cantante barcelonés Nacho Umbert.


He de decir que no soy muy fan de Nacho, al cual ya tuve oportunidad de ver como telonero de Owen Pallet hace unos dos años. Atractivo físico aparte (algo con lo que las tres sí que nos deleitamos), la otra vez me dejó un poco fría, pero esta vez estuvo bastante mejor, acompañado por una banda en la que estaba de guitarrista el onmipresente Raúl Fernández. Me llamaron la atención sus letras y las canciones sonaron muy bien, sí, pero aún con todo no me entraron ganas de escuchar sus canciones al llegar a casa. Cuestión de gustos, supongo.


Tan tarde como suele ser habitual en los últimos conciertos de este festival, apareció por fin Antonio Luque sobre el escenario, acompañado de la misma banda con la que el día anterior en el concierto de La habitación roja interpretó "Quiromántico", es decir, Pau Roca a la guitarra, el citado Marc Greenwood al bajo, Jordi Sapena a los teclados (los tres pertenecientes a la banda valenciana), y Alfonso Luna de Tachenko a la batería. Con una voz en buen estado de gracia se dedicó a hacer lo que le vino en buena gana, presentándonos durante el concierto las canciones de su último disco, "Enhorabuena a los cuatro", publicado el mes pasado. De él sonaron, y muy bien, algunos de sus mejores temas como ese "El destino turístico" que lo abre y que escogió para comenzar, ese Chinarro de toda la vida que es "La buena", "Rechace imitaciones", el crítico "Catequesis" o "Más grande que Barcelona", ese brillante tema que fue adelanto del nuevo trabajo.


Aunque el concierto era de corta duración (1 hora y cuarto escasa, siguiendo cánones del propio festival), no podía olvidarse de sus viejos temas y eso sí que fue una auténtica lotería. Teniendo tantos discos y tantas canciones parecían escogidas casi al azar, una de cada uno. Además de repetir "Quiromántico" de "El porqué de mis peinados", sonaron "El rayo verde" de "El fuego amigo", "Cero en gimnasia" de su EP "La pena máxima", la conmovedora "Los ángeles" de "Ronroneando" y, como excepción, dos de los mejores temas de "Presidente", la alegre "Una llamada a la acción" y una de sus canciones más bonitas, "Babieca", para mí el momento más especial del concierto, y por ello la canción escogida para acompañar esta reseña. Aunque no pudo acabar mejor que con ese "Del montón" de "El mundo según" que tan bien resume toda la esencia de Sr. Chinarro.


Una esencia que se ha ido construyendo a lo largo de su dilatada carrera. Una carrera en la que ha ido demostrando una imparable evolución y perfeccionamiento musical, en la que ha acabado sacando partido a esa preciosa voz que tiene, afilando el lápiz de sus mordaces y brillantes letras a la vez que perfilaba todos sus matices musicales. Esos que siempre han estado ahí de alguna u otra manera, formados por un pop luminoso que contrasta con algunas letras más oscuras, un estilo propio, único y fácil de identificar al segundo, y esas pequeñas pinceladas de flamenco ligero que impregnan muchas de sus canciones y les dan un encanto especial. Un encanto y una esencia que sabe transmitir en directo de manera efectiva, sea con banda como en acústico, como tuve oportunidad de verle en aquella agradable velada hace dos veranos en el Museu Marítim. Sin duda, uno de los grandes del indie español.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Ayer - La habitación roja

En plena maratón de conciertos y aún con las sensaciones de Yo la tengo en la cabeza (y su música en bucle tanto en el laboratorio como en mi mp3), me dirigí al día siguiente por la tarde a la sala Apolo para presenciar un concierto muy especial, dentro del ciclo En persona, del grupo valenciano La habitación roja. Uno de esos miles de grupos que siempre me han llamado la atención pero nunca he llegado a profundizar en ellos. Por cortesía de Crazyminds, la web en la que colaboro, se me ofreció la oportunidad de ir y acepté incluso con la perspectiva de ir sola, cosa que nunca había hecho antes y que finalmente no fue un impedimento para que disfrutara del gran concierto (con la enorme sorpesa que fue en ese aspecto) y la gran experiencia que fue aquello.

El recital iba a tener un formato especial de tertulia-concierto, cuyo objetivo es acercar el grupo a su público y que este interactúe y le formule preguntas. Además, se contó con una serie de invitados como Marcos Collantes (de su sello Mushroom pillow), Santi García (productor de su último disco), Sergi A. Minguell (director de sus últimos videoclips) y finalmente un esperado Sr. Chinarro que al día siguiente iba a contar con la presencia de la banda en su propio concierto dentro del Let's festival, al cual también acudí. Una noche que prometía ser algo más que un simple concierto y que cumplió con creces.


Tras proyectar el vídeo de "Norge" tema incluído en su último disco "Fue eléctrico", salieron al escenario de manera enérgica encadenando "Resplandor", "Siberia" y "Annapurna", todos ellos también pertenecientes a su último trabajo, que finalmente fue el que predominó en todo el concierto. No hubo tiempo para calentar motores, ni para mentalizarse, porque los valencianos nos metieron de pleno a todos en su concierto desde el primer guitarrazo, desde la primera batería, desde la primera melodía, llevando de manera muy efectiva esa mezcla entre melancolía y garra que caracteriza sus canciones al escenario. Abandonaron por un momento su último disco para recordar su anterior trabajo, "Universal", del que cantaron "Febrero" y "Cajas tristes", antes de sacar mesas y silllas y pasar al primer tramo de tertulia.  

Un primer tramo en el que charlaron, entre otras cosas, sobre su último disco y las impresiones (respondiendo a la pregunta de si este último lo consideraban como siempre su mejor disco con un ingenioso "¿Acaso le diríais a vuestra última novia que la tercera fue mejor que ella?"), sobre la dificultad de contentar a todo el mundo con la elección de los temas de sus conciertos teniendo en cuenta que tienen más de 100 canciones, o sobre su estrecha relación con el FIB, cómo han vivido su evolución y las sensaciones más cercanas de festivales de cariz nacional como el Sonorama o el Ebrovisión. Para finalizar esta segunda ronda de preguntas proyectaron un vídeo sobre su concierto en la última edición del FIB, desmontaron chiringuito y cedieron micrófono a Sr. Chinarro y batería a Alfonso Luna de Tachenko para interpretar el tema "Quiromántico", uno de los más antiguos de la banda de Antonio Luque. 



A raíz de una petición del público accedieron a improvisar "Sol", del "LHR", un tema que reconocieron no haber tocado desde el día en que lo grabaron y que acabaron con una mini versión de "Boys don’t cry" de The cure. Continuaron sacando de la estantería su "4.0" con "Cuando te hablen de mí" para emocionarnos después con el precioso "Universal" de "Radio". Para con ello volver a parar el concierto, volver a sacar sillas e invitados, y presentar su último vídeo para la canción "Annapurna", para el cual han usado imágenes reales de las expediciones del mítico montañista catalán Josep M. Anglada a este monte del Himalaya grabadas en cintas VHS que en ese momento devolvieron al autor de las mismas en uno de los momentos más bonitos de la noche. Fue curioso descubrir que el entrañable anciano que tenía detrás sentado era precisamente el homenajeado. Vinieron más preguntas entre las que se desvelaron algunos de los primeros discos que escucharon cada uno de ellos, con curiosas respuestas que iban desde Blur o Oasis hasta Iron Maiden, pasando por The smiths o incluso Duran duran. 


Llegó entonces el momento de quitar sillas y mesas tanto del escenario como de platea, invitándonos a ponernos de pie para disfrutar del último e intenso tramo de concierto en el que desfilaron unas sentidas y celebradas "Indestructibles" y "Ayer", el mítico "El eje del mal" de "Nuevos tiempos", marcarse un apurado medley de más canciones antiguas, y finalmente despedirse de nosotros con el "No deberías" de su anterior disco.



Habían pasado más de dos horas y media desde el comienzo y no queríamos irnos de allí. Todo había sido muy rápido y muy intenso, y tan especial (o más aún) de lo que prometía. Una noche involvidable, posiblemente tanto para nosotros como para ellos, que se mostraron en todo momento cercanos y agradecidos (recordando que empezaron como banda en Barcelona), todo un derroche de simpatía que caló entre todos los presentes. Una de esas experiencias que van mucho más allá del impecable aspecto musical que tuvo, algo único e irrepetible. 


Y para acompañar la crónica, ese "Ayer" que tantas ganas tenía de escuchar y que me quedó en la cabeza toda la noche mientras volvía a casa, una preciosa canción que disfruté como una enana en directo. Espero que os guste.


lunes, 11 de marzo de 2013

Cornelia and Jane / Is that enough / Blue line swinger - Yo la tengo

La semana pasada fue muy intensa en cuanto a conciertos, de hecho cuando me estoy sentando a escribir estas líneas es la primera noche en cinco días en la que no acudo a uno. Las sensaciones quizás se mezclan pero por suerte conservo los recuerdos de cada uno de ellos por separado de manera que soy capaz de escribir, aún habiendo pasado los días.

El pasado miércoles se produjo una de las citas musicales más esperadas desde hace unos meses, el concierto de Yo la tengo en el Auditori de Barcelona, dentro de la programación del Festival del Mil.leni. Tras verles en el pasado Primavera me quedé con ganas de más, y estas vinieron recompensadas con el anuncio de este concierto. Ya con la entrada en mis manos, a principios de año sacaron su último y fabuloso disco, "Fade", que promete ser uno de los discos del año e hizo aumentar mis ganas de volver a verles en condiciones.


Con mi compañera de trabajo y amiga Esther, gran admiradora del grupo desde hacia tiempo, un poco apuradas llegamos a nuestro asiento desde el cual teníamos una buena perspectiva, aún siendo arriba. Apareció el trío de Hoboken en un escenario con un curioso decorado que recordaba al típico de las representaciones teatrales escolares. Se colocaron los tres en fila, muy recogidos, juntos, para transmitir la sensación de intimidad necesaria para un primer set acústico sorprendente. Un formato inusual en los conciertos del grupo, pero que representa esa cara íntima que el grupo tiene en algunas de sus canciones, recogidas y sentidas. Con el público en silencio tras el aplauso inicial, arrancaron con una "Ohm" de calentamiento vocal que fue muy bien recibida y que empezó a erizarnos el vello. Aquello empezaba muy bien y prometía aún más.


Fueron desgranando algunos de los temas más tranquilos del último disco como las preciosas "I'll be around", "Cornelia and Jane" o "The point of it", dándole una lectura acústica a "Paddle forward", homenajeando a Kevin Ayers con una versión de "Walk on water", para acabar con dos sorprendertes versiones de "Tom Courtenay" y sobretodo una deliciosa "Big day coming", en la que Georgia a la guitarra se marcó varios momentos de ligera distorsión que sirvió de aperitivo a lo que venía después. Un set de 50 minutos que fue un constante baile de intercambio de posiciones e instrumentos entre los tres miembros, una de las cosas de las que más disfruté y primera prueba de lo grandes músicos que son.


Acabada esta primera parte desaparecieron del escenario, del cual fueron reubicados los elementos, y tras veinte minutos de descanso volvieron a aparecer en versión totalmente electrificada para ofrecernos aquello a lo que tienen acostumbrado al público, ya con ganas de vibrar con el muro sonoro y la distorsión marca de la casa. Como banda con una extensa discografía a la espalda, nunca sabes por dónde te van a salir y qué canciones caerán, cambiando setlist cada noche e intentando abarcar una trayectoria inabarcable. Estaba claro que querían presentar el nuevo disco, y con tal intención empezaron con una versión más ruidosa y fantástica de "Stupid things", tocaron las preciosas "Ain't that enough" y "Before we run", donde sustituyeron las bellas orquestaciones de estudio por capas de ruído, distorsión y guitarra que les dieron la energía necesaria y hicieron que sonaran perfectas, y repitieron "Ohm" desde otra perspectiva más cercana al disco y alargando el final hasta el éxtasis guitarrero con un Ira Kaplan totalmente desmedido.


También fueron cayendo poco a poco temas surtidos de sus anteriores discos. Difícil elección, difícil de contentar a todo el mundo, pero finalmente efectivo, toda una lotería. La alegría y el desenfado de "Mr. Tough", ese clasicazo celebrado que fue "Stockholm syndrome", "Nothing to hide" o "Drug test" fueron algunos de los afortunados, para acabar con una alucinante "Blue line swinger" alargada al máximo fragmento a fragmento, construyéndola poco a poco, capa a capa, elemento a elemento, desde la batería enérgica inicial hasta el delirio de distorsión final, pasando por los episodios vocales de Georgia y las diferentes melodías que la componen. Más de 10 minutos de canción de pelos de punta, con la que se marcharon dejándonos con ganas de más.


Volvieron a aparecer para el esperado bis primero en sus posiciones originales para tocar "Double dare" y versiones de The Velvet Underground y The kinks, para acabar de nuevo los tres delante, abandonando Georgia la batería para cantar junto a Ira otra tierna versión de The kinks que les mostró en plena complicidad musical y personal, con esa magia de la pareja que lleva toda la vida junta y parece seguir queriéndose, así de simple y así de bonito. Era la hora de despedirse y parecía que no sabían con qué canción acabar, casi a esperas de peticiones del público, pero se decidieron por una de mis favoritas, esa "You can have it all" que sonó fabulosa aún sin la batería pero con toda la magia de sus juegos vocales y sus polifonías, despidiéndose dejándonos a muchos con una sonrisa en los labios y la dulce melodía del "Papaparapárara" en la cabeza que no quise que desapareciera de ella. Todo un broche de oro para una velada increíble, que se había alargado hasta casi las 12 de la noche. Dos horas y media, casi tres, de concierto. Irrepetible.


Lo bueno de escribir sobre un concierto como este días después es poder ver en perspectiva la grandeza de lo que presenciamos. Qué más da si no cayeron nuestras favoritas, si no cantaron "Autumn sweater" o "Sugarcube", da igual, el resto compensó de sobras. Porque son un grupo para ver en directo una y mil veces sin cansarte, sabiendo que no dejarán nunca de sorprenderte, que siempre te ofrecerán algo nuevo, diferente. Porque fabrican un ruído que te envuelve y te da cobijo, te hace formar parte de él y te roza las entrañas. Que no molesta sinó que mece y acompaña, que deseas no salir de esa burbuja sonora en la que te introduce. Que a cada distorsión, cada matiz, te deja con la boca abierta y el corazón en vilo.  


Y por ver sobre un escenario a Georgia y Ira, amor puro, dentro y fuera del mismo, casi la pareja perfecta. Tan entrañables que te los llevarías a casa. Porque sonrío al leer en una entrevista a Ira para la Rockdelux en la que dice que "Adoro componer música, pero no disfruto haciéndolo solo. Me encanta la sensación que me produce estar tocando algo nuevo, concentrado y, de repente, notar que una nota o un detalle ha cambiado mi percepción de lo que estaba sonando. Entonces salta un resorte, miro hacia Georgia y la descubro con una sonrisa de felicidad. Eso es la música. Puede que ese nivel de complicidad lo hayamos alcanzado antes, pero ha sido en “Fade” cuando he sido plenamente consciente. Este disco no sería el mismo sin ella. Hasta tal punto que, si estoy tocando algo y Georgia dice que está bien, no lo pienso más. Entonces seguro que está bien.". Que sí, que será promoción del disco, y que habrán tenido sus más y sus menos, pero no puedo evitar derretirme ante tal afirmación y, con ella, enamorarme más aún de ellos.

Ante la ausencia de canciones la semana pasada y el hecho de que me es imposible acompañar esta crónica con un solo tema, escojo estos tres temas. Los dos primeros, por ser mis favoritos del último disco (y eso que es sumamente difícil quedarse con dos), que sonaron fantásticos en cada uno de los sets de los que formaban parte. Y finalmente, me marco un caprichazo con ese "Blue line swinger" del "Electr-O-Pura" (1995) que me dejó boquiabierta, porque no pude dejar de escucharla en bucle al día siguiente. Que las disfrutéis.

Cornelia and Jane by Yo La Tengo on Grooveshark

Is That Enough by Yo La Tengo on Grooveshark


Blue Line Swinger by Yo La Tengo on Grooveshark  

PD: no suelo hacer esto, pero esta vez me apetece dedicar esta crónica especialmente a cuatro personas: a Johnny porque el pobre con la ilusión que tenía se quedó con la miel en los labios y no pudo finalmente acudir al concierto de Madrid, a Viola por haber compartido experiencia paralela conmigo en Madrid y por ser una de las culpables de todo esto, a JMHulme por ser el otro claro culpable, y por supuestísimo a Esther porque me encantó compartir este concierto con ella.

martes, 5 de marzo de 2013

Las Mareas - McEnroe

Empieza un mes de marzo que va a estar repleto de conciertos. El culpable principal es el Let's festival, ese festival que cada mes de marzo llena de buena música en directo la sala Salamandra de l'Hospitalet de Llobregat. Una cita para la que se convoca a la flor y nata del indie español en conciertos económicos y con muy buen ambiente. Para mí no es más que la excusa perfecta para al fin ponerme un poco al día de música española y hacer buenos hallazgos.


Debo decir que hacía tiempo que le tenía ganas a McEnroe, esta formación de Getxo que el año pasado presentaron su tercer disco, "Las orillas", en el top 10 de muchas de las listas de los mejores discos españoles de 2012. Aún así, llegué tarde y no disfruté de ese disco hasta ya entrado el presente año, especialmente al anunciarse su concierto, que se celebró el pasado viernes junto con las formaciones barcelonesas Partido y Cuchillo. Un concierto que compartí con mis amigas Adriana, que será mi incansable compañera en todo el festival, y Esther, que me hizo especial ilusión su presencia ya que fue sobretodo gracias a ella que empecé a introducirme en esta deliciosa formación vasca (con el permiso de nuestra Viola, obviamente).


Tras el jugoso aperitivo que nos ofrecieron las dos bandas precedentes, el luminoso y dulce pop-folk con tintes de guitarra de Partido y la densidad ambiental de Cuchillo, salieron pasadas las doce de la madrugada los cinco componentes de McEnroe alineados perfectamente las dos guitarras, el cantante y el bajo en primera fila. Con ello constituían un muro sonoro que acompañaba a la vez que contrastaba con su energía la voz suave y arrastrada de Ricardo. Predominaron los temas de ese nombrado último dsicos, del cual sonaron preciosas "La palma", una celebrada "Vistahermosa", "La cara noroeste" o "Mundaka", combinadas con temas anteriores como "Islandia", "Tormentas" o una de mis favoritas, "Los valientes". Pero para mí, y quizás también para muchos de los asistentes, el gran momento del concierto llegó con "Las mareas" que pusieron el vello de punta y sacaron alguna que otra lagrimilla de nuestros ojos. Es por eso, y porque fue la canción que hizo que me fijara en ellos, es la escogida para acompañar esta pequeña crónica.


Fue finalmente un gran concierto, en el que trasladaron con gran eficacia y emoción esa combinación entre intimismo y garra guitarrera presente en sus canciones y que les caracteriza, llegándonos directos al corazón y metiéndonos en el concierto desde la primera canción. Unos temas que ganan en directo lo poco que les falta en estudio, que conmocionan tanto con sus melodías como con sus sentidas letras, como ese "Extraña forma de vivir, estar pensando siempre en ti" que corona "La cara noroeste" y que roza el alma a muchos de nosotros.


Os dejo con dos versiones de esta deliciosa "Las mareas", la que aparece en el disco y un precioso vídeo en acústico de todos ellos tocándola al aire libre enmedio de un prado verde.

 

viernes, 1 de marzo de 2013

Girl from the North country - Bob Dylan & Johnny Cash

Retomo la sección cinematográfica-musical por un viernes para hablar de "El lado bueno de las cosas", la comedia de turno nominada a los Oscar y por la que su actriz principal, la jovencísima Jennifer Lawrence se ha llevado tan preciada estatuílla. Dirigida por David O. Russell y protagonizada también por Bradley Cooper y Robert de Niro, nuestro amigo Lleonard Pler desde el blog Sombras de neón ya escribió hace unas semanas una fantástica reseña del film que incentivó mis ganas de verla y a la que poco más puedo aportar. Sabía que me iba a gustar y, efectivamente, no me decepcionó en absoluto.


 Posiblemente en el fondo no sea más que una historia de amor más, pero tiene algo que la hace un tanto especial. Porque es la historia de dos personajes al borde de la locura (o directamente metidos en ella) que encuentran el uno en el otro comprensión, ayuda y complicidad. En una relación que se va cociendo a fuego lento, baile a baile, conversación a conversación, discusión a discusión, mirada a mirada. Una terapia encubierta y sutil más efectiva que cualquiera de las medicinas que se toman. Pero también difícil y dolorosa, retadora, llena de sufrimiento.

Aún con todo esto, la película no sólo es eso, o al menos a mí me transmitió mucho más que eso. Nuestro alrededor y la gente que nos rodea y nos aprecia como terapia ante cualquier problema con su apoyo incondicional (y su paciencia) quizás sea uno de los mensajes más bonitos que nos trae. Y en ella, aparte de la historia de los dos protagonistas, una de las cosas que más me llegó fue el hilarante y tiernísimo papel que hace Robert de Niro. Ese padre obsesionado con el deporte que en el fondo lo único que quiere es pasar más tiempo con su hijo, reflejo de estos padres de la edad de los míos que desean lo mismo.

Una película llena de excelentes diálogos, momentos muy divertidos y otros más tiernos con la que fácilmente uno puede acabar con una sonrisa en los labios. Aún así, soy consciente de que no a todo el mundo le ha gustado o le va a gustar, puede que sea algo bastante personal. Finalmente, querría destacar su interesante banda sonora formada por canciones de Alabama Shakes, alt-J o esta delicia que desconocía y que me caló a primera escucha. Quizás sea por la escena en la que aparece o por ese mensaje desesperado que transmite. Compuesta por Bob Dylan, fue regrabada a dúo junto a Johnny Cash en 1969, seis años después de ser publicada en el segundo álbum de Dylan. Una maravilla que espero que disfrutéis, y que os acompaño, además, de la escena de la película en la que aparece.

Girl From the North Country by Bob Dylan & Johnny Cash on Grooveshark