Mostrando entradas con la etiqueta Primavera Sound 2014. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Primavera Sound 2014. Mostrar todas las entradas

viernes, 25 de julio de 2014

Primavera Sound III: Sábado / Acetate - Volcano choir / Jealous (I ain't with it) - Chromeo

Ha pasado más de un mes desde que publiqué la crónica correspondiente al viernes del Primavera Sound y dejé empezada esta correspondiente al sábado que no he acabado hasta hoy. Sin atender a razones más allá del mero paso del tiempo para justificarlo (aunque tampoco haga falta), he dudado de si valía la pena o no continuar con la misma pero al abrir el borrador y encontrarme un tercio escrito y las fotos subidas me he animado a hacerlo, aunque mis recuerdos ahora mismo estén sesgados y empiecen a ser lejanos. Pero algunas de las sensaciones presentes me pueden servir de guía e inspiración. No será la primera vez que lo hago.

La jornada del sábado empezó, como ya viene siendo tradicional, con el picnic familiar en la Ciutadella. Al tiempo poco le faltó para fastidiárnoslo pero el sol que salió por la mañana nos animó a hacerlo, lo cual fue motivo de gran alegría ya que sería la ocasión en la que nuestro bboyz, ausente este año del equipo festivalero por causa mayor, se uniría a nosotros por unas horas. Al cobijo de la música de Caveman de fondo, a la que confieso que no presté demasiada atención debido a nuestra lejanía del escenario, aquello fue una reunión de diferentes generaciones regada con vinos exquisitos, croquetas, fideua y otras delicias que llevamos con las que llenamos el colorido mantel de picnic. Comida, bebida y muchísima felicidad que ni tan solo las gotas que empezaron a caer de cara al final empañaron. La mejor manera de encarar la última jornada de festival, esa en la que el cansancio se mezcla con la melancolía y las ganas de acabar de darlo todo.


Creo que nunca habíamos alargado tanto una reunión de picnic, que acabó con un café bajo la sombrilla de una terraza a refugio de la lluvia. La suma de ambos factores hizo que aterrizáramos en el Forum una hora más tarde de lo pensado, con las nubes ya alejándose y dejando el cielo despejado para disfrutar de Jonathan Wilson. Como sabéis, ha sido uno de mis grandes descubrimientos de este año y tenía muchísimas ganas de verle. Aunque empezamos disfrutando de algunas de las canciones del fantástico "Fanfare", como "Dear friend" o "Desert raven", a los pocos minutos Jonathan nos dejó muy claro que iba a hacer lo que le saliera de las entrañas por completo. Tenía cincuenta minutos para su actuación y, a pesar de todo, nos demostró una gran maestría, tanto él como su fantástica banda, llevando más allá su folk hacia terrenos del rock y del blues de una manera similar a como lo demuestra en estudio y regalándonos un gran concierto que, aunque nos dejara con ganas de escuchar alguna más de nuestras favoritas, nos hizo disfrutar de lo lindo con sus aptitudes musicales.





El cansancio hacía mucha, mucha mella. Es por ello que nos tomamos con mucha calma el viaje hacia el Pitchfork para ver a Dum dum girls, aunque por suerte el concierto empezaba un poco más tarde. Por mucho que la localización de este escenario sea especial, justo debajo de la archipresente placa solar, eso mismo hace que los aspectos sonoros sean un tanto deficientes. Porque es realmente difícil escuchar un concierto con la calidad de sonido presente en el resto de escenarios y es una lástima porque llegó a desvirtuar un tanto el pop-rock descarado y dulce del trío de chicas. Ataviadas en originales atuendos de color negro, resultaron entrañables y potentes a su vez, haciéndonos bailar y cantar con canciones tan bonitas como "Bedroom eyes". Un concierto para sonreír y mecer el último atardecer del Primavera, mientras el sol se ponía tras los edificios y iba abandonando la placa solar.







Mientras tanto, en el escenario contiguo Vice, los encargados de amenizar el atardecer eran los poperos Hospitality. En los meses previos al festival, el encuentro con un vídeo de una sencilla grabación en directo me llamó la atención y a partir de ahí empecé a explorar sus canciones. Su coincidencia medio con Dum dum girls, medio con unos Superchunck que me quedé con ganas de ver y medio con el inicio de Volcano choir hizo que sólo pudiera disfrutar de una pequeña toma de contacto que me hizo quedarme con ganas de más, presa de la dulzura de canciones como "Betty Wang" o el rock inocente de "I miss your bones".



Por mucho que hubiera ido a la Apolo a ver a Volcano choir el jueves, quería verles igualmente en el festival el sábado. Era el momento del anochecer, había reclutado a mi lado a Naiara, con quien me hacía especial ilusión compartir ese concierto, y se antojaba perfecto para volver a recrearme con sus canciones en un contexto diferente. Fue necesario quitarse el chip de lo visto en sala para poder disfrutarlo, pero aún así reprodujeron casi al milímetro (discurso incluído) lo ejecutado dos días antes, tan perfecto, milimetrado y evocador como entonces, con los mismos defectos (ay ese vocoder) y virtudes, pero sabiéndose adaptar totalmente a los requerimientos y la sonoridad de la explanada del Sony, llena hasta arriba de una multitud de gente envuelta en el sonido del folk experimental de la formación, en un loable silencio (dentro de las posibilidades) cuando se requirió y volviéndose a entregar a "Byegone" como ocurrió en la Apolo. Es por elo que no podía faltar cualquiera de las delicias del "Repave" para acompañar esta entrada, como "Acetate".



El bueno de Justin, por repetir, hasta repitió atuendo

Si el cansancio había hecho mella horas antes, al hacerse de noche fue más que patente. No nos dio mucho más que para sentarnos un rato en el RayBan y ver como el hijo del legendario Fela Kuti, Sean Kuti junto a Egypt 80 llenaban de ritmo africano su explanada, disfrutar de alguna de las delicias de Islands en formato unplugged desde el contiguo RayBan Unplugged y ver el escenario Pitchfork desde arriba lleno de gente bailando al ritmo de Blood orange, mientras nos dirigíamos con calma hacia el ATP para ver a Mogwai.

El RayBan lleno de gente bailando el ritmo africano de Sean Kuti & Egypt 80

Ver a una banda de post-rock instrumental como Mogwai pasada la medianoche y el sábado era todo un riesgo que realmente podía poner en peligro nuestro deseado aguante. Pero todas las alabanzas leídas en todos lados refiriéndose a su directo me decidieron a acercarme, y lo que sucedió durante esa hora de concierto fue algo indescriptible. Si una de las cosas que más me dan vida del festival son las sorpresas, esta fue la más destacada. Porque desde el minuto cero y únicamente con una consistente línea instrumental a base de guitarras nos dejaron a todos catapultados con su sonido. Sólido y potente, a requerimiento del directo, pero sin renunciar al ambiente y a la evocación. Pelos de punta, ojos cerrados y cabezas moviéndose al ritmo de sus melodías infinitas, entre las capas de las cuales podías nadar buscando cada guitarra, el bajo, el violín que les acompañó en alguna de las canciones, el teclado. Toda una tormenta musical ejecutada de manera casi perfecta por unos monstruos sobre el escenario, que denotaron experiencia y saber hacer, que hicieron que incluso aquellos que no habíamos escuchado mucho sus canciones pudiéramos disfrutar plenamente de su directo. De aquellas cosas que pocos consiguen. 


De repente, un violín

Eran pasadas las dos de la madrugada y llegaban dos de los conciertos que más esperaba. No por nada en especial, sinó por las tremendas ganas que tenía de bailar, tal y como había hecho los dos días anteriores. Quizás este Primavera fuera en el que más bailé de todos los que he ido, y es que con propuestas como las dos últimas que había escogido para el sábado, Chromeo y Cut copy, estaba bastante asegurado. Los primeros, un dúo canadiense de propuesta pop electrónica que coquetea sin complejos con el funk y la música disco que pusieron patas arriba el RayBan haciendo saltar y bailar con sus canciones a todos los que allí nos encontrábamos. Porque nos dieron justo lo que necesitábamos, básicamente diversión y ritmo, toda una invitación al baile desacomplejado que recibimos todos con los brazos abiertos y respondimos con sinceras ovaciones y brazos al aire. Aunque es cierto que con temazos incontestables como "Come alive" o este "Jealous (I ain't with it)", candidato a una de las canciones de este verano, muy mal hay que estar sobre el escenario para no conseguirlo, los canadienses fueron más allá y mantuvieron su particular festival durante toda su hora de concierto. Otra agradable sorpresa que nos dejó una sonrisa en los labios y una energía imparable para afrontar el siguiente concierto.


Los teclados con patas de Chromeo
Tres y pico de la madrugada, escenario ATP, de la misma manera que el año pasado Hot chip cerraban a golpe de fiesta el set de conciertos del Primavera, este año el cometido era para los australianos Cut copy. Una banda que empezó a llamar mi atención gracias al primer single de su último trabajo, "Free your mind". Al no decirme nada el disco entero, su presencia en el cartel del festival fue lo que me motivó a explorar en su discografía y descubrir en ella multitud de temazos de pop electrónico fresco, irresistible y altamente bailable. Canciones que se han incorporado a mi particular banda sonora y que pudimos disfrutar dándolo todo en su concierto, que contó con un set impecable en el que no faltó ni uno de ellos. Un set que nos hizo seguir saltando y bailando como si no hubiera mañana en una fiesta sin fin al ritmo de sus incontestables "Need you now", "Heats on fire" o ese "Lights & music" en el que mi bolso decidió acabar con su vida al primer salto. Un concierto que nos dio justo lo que necesitábamos y nos dejó con la energía justa para acabar el festival al ritmo de los temazos que DJ Coco nos ofrecía en el RayBan, mientras disfrutábamos de un precioso amanecer tras la placa solar, de la misma manera que el año anterior.






Sin pies, con la voz totalmente tomada y un cansancio sin vuelta atrás fuimos abandonando el recinto a la luz de los primeros rayos de sol que fueron asomando. Como cada año, felices por lo vivido pero tristes porque ya acababa, porque había pasado muy rápido. Conscientes, como siempre, de lo únicos que habían sido esos tres días y empezando la cuenta atrás para el año siguiente. Tanto que parece increíble que haya sido capaz de escribir todo esto casi dos meses después de haberlo vivido. La magia del Primavera Sound, sin duda.


Acetate by Volcano Choir on Grooveshark


sábado, 14 de junio de 2014

Primavera Sound 2014 II: Viernes / When the sun hits - Slowdive / Slow show - The national

La segunda jornada del Primavera Sound se vio terriblemente entorpecida, a parte de por nubes amenazantes que descargaron con fuerza por la tarde, por dos cancelaciones muy dolorosas que me dejaron un panorama vespertino un tanto desolador. Lo de Linda Perhacs fue una lástima pero justo acababa de enamorarme de sus canciones pocos días antes, pero lo de Jenny Lewis sí que me dolió especialmente, porque quizás era lo que más ganas tenía de ver el viernes. No se presentan muchas oportunidades de disfrutar de la cantante en solitario y que el Primavera Sound la trajera lo recibí con muchísima alegría e ilusión. Una lástima, pero ya sabemos que es uno de los riesgos del festival, mala suerte.




Todo ello hizo que todo se relajara un poco, cosa que agradecí porque la maratón del jueves ya me dejó agotada. Tranquilamente nos plantamos en el Forum Viola y yo y cuando decidimos dirigirnos al RayBan a ver a Drive-by-truckers el jarrazo de agua quedó totalmente servido. Por mucho que llevara un chubasquero en el bolso, tenía muy claro que no iba a ponérmelo ni a empaparme si no era por un grupo que realmente tuviera muchas ganas de ver, así que mirando en el horario qué había en el Auditori para refugiarnos vimos que Mick Harvey, componente de bandas como The birthday party o Nick Cave and the bad seeds, interpretaba clásicos de Serge Gainsbourg y nos pareció de lo más apetecible. Como podéis suponer, medio Forum tuvo la misma idea que nosotras y ello hizo que el Auditori se llenara por completo. 

Nubes amenazantes se acercaban al Forum


Y lo que fue un refugio temporal se convirtió en la primera gran sorpresa de la jornada. Al mando de una banda acompañada de una bonita sección de cuerdas, el señor Harvey se dedicó a versionar los temas del mítico cantante francés traducidos al inglés. Si bien es cierto que aquellos que conocía sonaron un tanto extraños, musicalmente fue todo un festival de nostalgia bien llevada, sonidos de toda vida y buen hacer sobre un escenario. Acompañado también por una cantante que le hacía la réplica y la parte correspondiente a Jane Birkin, el concierto supuró elegancia y una cierta emoción por escuchar canciones míticas como "Bonnie and Clyde" en un contexto musicalmente tan delicioso. Puede que el solo hecho de haber cuerdas sobre el escenario sesgue mi visión, pero nuestra sensación al salir de allí y ver el precioso atardecer que se había quedado, habiendo escampado la lluvia, fue de que habíamos presenciado algo muy grande. Al menos compensó perdernos el precioso doble arco iris que coronó el Forum e inundó Instagram.

Mick Harvey interpretando canciones de Serge Gainsbourg con banda y cuerdas en el Auditori

La banda sin las cuerdas

Mick a la percusión y su divertido teclista

No vimos el arco iris pero algo similar en cuanto a luces acompañó el final de fiesta


El precioso atardecer que tiñó las nubes que quedaron tras la lluvia

Vuelta a reunir con mis compañeras de batalla Adriana y Natalia, vimos un rato a los navarros Kokoshca en el pequeño y algo mal ubicado SonyClub PS14 y disfrutamos de la dulzura y el descaro de su divertido pop y de allí nos dirigimos hacia el Sony para ver a Slowdive. Se hacía poco a poco de noche y parecía el contexto ideal para saborear el suave shoegaze de la formación noventera de Neil Halstead, reunida de nuevo para la ocasión. Y fue tan ideal que se convirtió en mágico, porque durante una hora el cielo fue oscureciéndose entre ensoñadoras capas de guitarras y las voces suaves y reposadas de Rachel Goswell y el adorable Neil Halstead. Magia y ensueño que invitaba a cerrar los ojos y volar con la música gracias a un magnífico silencio de los asistentes, mezclarse con la brisa y la frescura de la lluvia de la tarde y así poder distinguir cada matiz, cada voz, cada línea melódica, el bajo, la batería, todo el conjunto en partes complementadas a la perfección. Sonaron delicias como "Machine gun" o una emocionante "When the sun hits" que nos puso los pelos de punta y acompaña esta entrada, abrimos los ojos y no supimos ubicar a qué altura del suelo nos hallábamos.

Slowdive

Mientras anochecía a nuestro alrededor


Una escena sobria pero con una preciosa iluminación

Grande Neil Halstead

Un público entusiasmado despidió con sentidos aplausos a la banda

Que Pixies tocaran en el festival era la excusa perfecta para que les viera. Es uno de esos grupos de los que me gustan muchas canciones pero que no están en su mejor momento y posiblemente no pagaría por ir a verles en sala, pero sí les tenía muchas ganas en festival. Así que me reuní con Jordi y sus amigos y nos dirigimos hacia el otro lado de la explanada, al Heineken, un poco retirados, para ver un reflejo de lo que está pasando con ellos en su directo. Porque, las cosas como son, fue uno de esos típicos conciertos de subidones y bajones continuos. Sonaron correctos, sí, y no me disgustaron en absoluto, pero realmente sólo disfrutamos cuando tocaron aquellos temazos con los que yo deseaba saltar y desgañitarme, como "Here comes your man", "Wave of mutilation", la grandísima "Debaser" o esa mítica "Where is your mind" que tuvimos que escuchar desde el escenario contiguo cogiendo buen sitio para The National. Un concierto que quedó en un agradable y alegre paréntesis entre los dos grandes momentos de la noche.

Pixies

A la distancia se pueden disfrutar de preciosas vistas de los edificios del Forum iluminados

Porque señores, lo que presenciamos a continuación fue una de esas cosas que no se olvidan. Vi a The national en mi primer Primavera Sound y me gustaron mucho, aunque con el tiempo y el recuerdo me doy cuenta de que les vi desde un poco lejos y el sonido no fue para tirar cohetes, aunque con la emoción del momento y el hecho de que fuera mi primera experiencia las sensaciones no fueron del todo objetivas. Es por ello que quería darles una segunda oportunidad y tenía muchas ganas de escuchar las canciones de ese último disco que tan difícil se me ha hecho pero al que finalmente he ido cogiéndole el gusto. Salió Matt Berninger y su banda, empezó a sonar "Don't swallow the cap" y desde ese momento adelante mi vello se erizó y le costó volver a su posición inicial.

Sin lugar a dudas, Matt Berninger lo dio absolutamente todo

El añadido visual del concierto fue un elemento más añadir a su belleza



Y es que todo sonaba tan perfecto que al segundo acorde nos envolvió una burbuja sonora, sensorial y emocional en forma de torrente de ritmos acompasados marca de la casa, guitarras y bajos potentes, una sección de vientos elegante y sonora y una voz inigualable. Una voz que venía de un Matt Berninger entregadísimo a nosotros que nos hizo sufrir a todos con su dudoso estado etílico, con sus tambaleos y sus golpes de micro en la cabeza, pero que no falló ni una sola nota y su voz sonó tal y como queríamos escucharla. Deshaciéndonos a todos en mil pedazos con los graves de "Bloodbuzz Ohio", los desesperados estribillos de "Afraid of everyone" y "Squalor Victoria" o la melancolía de "I need my girl". Durante la hora y media de concierto, entre preciosas proyecciones, todos fuimos esclavos de ese ritmo inigualable de canciones como "Mistaken for strangers", reconocimos y tarareamos todas las que fueron cayendo, una selección extensa y acertada que, entre otras cosas, nos reconcilió del todo con su último trabajo. Para acabar con un final de fiesta inolvidable que empezó haciéndome perder la compostura al invitar al escenario a Justin Vernon para interpretar una "Slow show" que sonó aún más emotiva con el falsete de Justin contrastando con la voz de barítono de Matt, sin duda MI momento de este festival, por lo que tiene que ser la otra canción que acompañe estas líneas (junto con un vídeo del momento). Y continuó haciéndome llorar con "Fake empire", desgañitándonos con "Mr. November" junto a Matt y como colofón final una "Terrible love" en la que el cantante se dio el enésimo y último baño de masas mientras sobre el escenario quedaba Hamilton Leithauser de The walkmen. Pasadas las semanas no he podido volver a escuchar las canciones de The national sin que me suba un nudo a la garganta acordándome de las sensaciones tan intensas que viví en el que fue mi concierto de este Primavera Sound.


Uno de los primeros acercamientos a nuestra zona de Matt

Justin Vernon sobre el escenario y yo mientras tanto me derretía entera

Ay, Matt, qué cerquita te tuvimos y cómo nos hiciste sufrir ahí subido

El estado emocional en el que nos dejaron The national pareció no querer dejarnos mucho margen para encarar la última parte bailonga del festival. Pero al poco tiempo aparecieron Chk chk chk sobre el escenario contrario y con calma nos dirigimos hacia allí para regalarnos al festival de baile imparable que siempre nos ofrecen Nic Offer y los suyos. Ataviado esta vez en unos calzoncillos más sobrios, de color azul, atajó el frío que nos envolvía con sus habituales y simpáticos bailoteos. Siendo ya la tercera vez que les veo en un año quizás esta fue la más floja, en la que la voz de Nic estuvo menos afortunada (pocas notas dio en su lugar, todo sea dicho), pero una selección diferente de temas y el ritmo imparable de su mezcla de rock, funk y electrónica fue suficiente para que tuviéramos lo que buscábamos con ellos, una buena dosis de baile y desenfreno. Y en eso sí que no fallaron en absoluto. Porque me hicieron volver a bailar como si no hubiera mañana "One girl / one boy" y "Slyd" y me hicieron totalmente feliz.

Jagwar ma

Eran ya altas horas de la madrugada y a mí me apetecía ver un rato qué ofrecían Jagwar ma en directo. Su ecléctico disco de debut, donde se turnan la electrónica, los sonidos beatleleros y el rock de manera aleatoria, prometía baile a esas horas y en el inigualable RayBan. Siempre es buena opción acabar la jornada en ese escenario y esta vez no fue menos. Porque allí acabamos ya de darlo todo, entre juncos voladores y gente bailando al ritmo del cariz más electrónico de la banda, que fue el que sacaron a paseo. Un concierto festivo y divertido sin más, que nos dio lo que a esas horas necesitábamos y agotó nuestras últimas fuerzas a tiempo de que pudiéramos encarar la última jornada que nos esperaba al día siguiente.

When the Sun Hits by Slowdive on Grooveshark