Vuelve hoy al blog, después de más de un año de ausencia, la sección cinematográfico-musical, el día en que dedico una entrada a una canción que aparezca en una pelicula y así matar de un tiro dos pájaros y hablar de cuando se produce la mágica conjunción de dos de las cosas que más me gustan, la música y el cine. Todo para haceros una pequeña recomendación cinematógrafica actual, para todos aquellos que queráis pasar un rato muy ameno en el cine, deleitaros con imágenes bonitas, volver a sentir la inocencia de los primeros amores, olvidaros de todo aquello que os preocupa y sobretodo salir del cine con una sonrisa de oreja a oreja. Porque son las sensaciones que provoca "Moonrise kingdom", última cinta del director norteamericano Wes Anderson, que aún podéis encontrar en cartelera.
Podríamos definirlo, así por encima, como un cuento, para ser más exactos, un "cuento indie" (con todo lo que el término podría conllevar). Personajes fuera de lo establecido, traumas infantiles, adolescencias difíciles, adultos complejos bajo una apariencia sencilla; todo ello en una isla imaginaria, años 60, una gran aventura. La inocencia y la dulzura del primer amor, la búsqueda de un rincón aislado para encontrar la felicidad lejos de cualquier misería, la ilusión por la vida. Con un reparto adulto de lo más destacable, formado por actores como Bruce Willis, Edward Norton, Bill Murray, Frances McDormand o Harvey Keitel, acompañados por un estupendo elenco de jovencísimos autores. Y adobado en preciosas y coloridas imágenes, cuidadas al detalle, que le proporcionan la magia justa y complementaria a la sencilla historia que relata, nada que no se haya contado antes pero con muchísimo encanto.
Uno de los protagonistas de la película es su banda sonora. Empezando por la brillantísima escena inicial acompañada de una pieza clásica del compositor inglés del siglo XX Benjamin Britten, siguiendo con las composiciones originales de Alexandre Desplat y esta preciosa canción de este mito de la música francesa que es Françoise Hardy. Publicada en 1962 en su disco de debut, "Tous les garçons et les filles", compuestas por Jacques Dutronc (padres ambos del cantante francés Thomas Dutronc que ha aparecido por aquí en varias ocasiones), se mimetiza con el espíritu juvenil e inocente del film y protagoniza una sencilla pero bonita escena a mitad de la misma. Una delicia, canción y película, para refrescar cualquier tarde de julio.