jueves, 28 de junio de 2012

Toro - El columpio asesino

No es canción de verano, de hecho ha sido una de las canciones que me lleva acompañando más a lo largo de todo este año, desde que la escuché por primera vez allá por noviembre del año pasado. Recuerdo que la escuché dentro del disco que la contiene, "Diamantes", tras una recomendación por parte de una amiga que los había visto en directo y había flipado con ellos. A la primera revisión del disco me fijé en otra, en "Perlas", quizás más accesible, más inmediata, más fácil para introducirte en él. Atmósferas a medio camino entre guitarreo oscuro y electrónica, un halo misterioso y un sonido realmente particular, que no había escuchado antes, que te llama la atención por ello.

Topé con "Toro" y a la primera escucha no me gustó, no entendía el por qué de tanto revuelo con la canción. El desarrollo tan largo me resultaba molesto, aunque la letra, tan explícita y mordaz, me llamó la atención. Pero le di una segunda, y una tercera oportunidad, y al dejarme llevar por la evolución de la misma, acabó atrapada entre las redes del modo repeat del reproductor de turno. Y descubrí en ella quizás uno de los mejores temas del pop-rock independiente de nuestro país.

Un tema desconcertante, con un texto que roza el sonrojo, valiente y clara, una guitarra que lleva el compás durante sus cuatro minutos y pico. Un desarrollo casi rapeado, que aumenta las ganas de que llegue el estribillo, que hace que cuando el "Te voy a hacer bailar, toda la noche" aparece por fin la canción tenga su primer momento de explosión y nos provoque ganas de cantarlo a grito pelado y de saltar a su compás, empieza la locura. Para luego estallar del todo en un impresionante solo de guitarra que ya es la guinda a la canción, lo que finalmente hace que valga la pena esperarse, porque lo mejor, como muchas veces pasa, llega al final.

Probablemente cuando acabe este 2012 este habrá sido uno de los temas de este año. Y es que, además, viene acompañado de buenísimos recuerdos de momentos compartidos con él con mis amigos. Eso hace que aún tenga más valor.

toro by El Columpio Asesino on Grooveshark

martes, 26 de junio de 2012

Make light - Passion pit

"En realidad nadie sabe que está viviendo el momento más feliz de su vida mientras lo vive. Puede que haya quienes piensen o digan sinceramente (y a menudo) en ciertos momentos de entusiasmo que están viviendo "ahora" ese instante dorado de sus vidas, pero, a pesar de todo, con parte de su alma creen que más adelante vivirán momentos más hermoso y más felices. Porque, especialmente en la juventud, de la misma forma que nadie puede seguir viviendo si piensa en que a partir de ese momento todo va a ir a peor, si uno es tan dichoso como para imaginarse que vive el momento más feliz de su vida, es lo bastante optimista como para pensar que el futura será hermoso."


"Lo principal en la vida es la felicidad. Hay quien es capaz de ser feliz y quien no. Por supuesto, la mayoría anda por algún lugar intermedio. Por aquellos días yo era muy feliz, pero no quería darme cuenta. Ahora, años después, pienso que probablememente la mejor manera de proteger la felicidad consiste en no darse cuenta de que existe."

Muchas veces me topo con textos que parecen hablar de mi vida, de mis impresiones, de lo que justo tengo en la cabeza en esos momentos. Como me sucedió mientras me refugiaba del chaparrón en Ljubljana delante de un capuccino delicioso, sumergida entre las páginas de "El museo de la inocencia", de Orhan Pamuk. Reflexiones que yo misma podría haber escrito pero que ya se encargó el maestro Pamuk de plasmar sobre papel y regalármelas quizás en el momento en que tenía que leerlas.

Y para acompañarlas, no se me ocurre nada más que una canción feliz, alegre, desenfadada, del álbum de debut de esta formación norteamericana de electropop guitarrero, "Manners". Una canción para sonreír, y para recordar que lo importante, al final, es disfrutar de nuestros mejores momentos.

Make Light (Album Version) by Passion Pit on Grooveshark

viernes, 22 de junio de 2012

The only place - Best Coast

Ya está aquí, por fin, ya se aposentó entre nosotros y nos lo hizo saber, con los primeros calores (aunque bien llevados), pero sobretodo regalándome mi primera noche en la galería de mi casa, quizás mi rincón favorito de la misma. Ha llegado el verano y no puedo pasar sin celebrarlo con una canción adecuada para ello. Mucho me costó decidirme por solo una, devaneando entre CSS y The drums, pasando por Summer Camp o The school, rozando los veraniegos por antonomasia que son The beach boys, para finalmente quedarme con la que me ha transmitido el mensaje que necesitaba, el primer single del segundo trabajo de la banda de Bethany Constantino, en el que dejan un poco de lado ese sonido lo-fi tan encantador de su primer disco para sumergirse en sonidos sesenteros sin más. Un disco que, en su conjunto, me resulta un poco flojo, claramente inferior al anterior, pero que contiene esta canción que me encanta, me pone de buen humor, y me evoca todo lo bueno que traen estos tres meses.

Porque el verano es desenfado, relax, días enternos y noches aún más eternas, arena y sal pegadas a nuestra piel, cervezas y mojitos que saben mejor que nunca, alegría infinita en noches donde la ciudad rebosa de vida por todos lados, fiestas y verbenas en plazas, conciertos bajo el cobijo lunar, cine al aire libre, mil y una actividades inabarcables, atardeceres de helados y brisa, sueños de vacaciones cercanas, horas en remojo, sentir que nuestro espacio no tiene ningún límite y que con una bocanada de aire podemos absorberlo por completo, sabor y frescura de las mejores frutas del año. Sant Joan está a la vuelta de la esquina y empiezan a sonar los primeros petardos, preludio de todo el sonido y el color que llenara el cielo de la ciudad de aquí a dos noches, para darle oficialmente la bienvenida a nuestra preciada estación. 

Y me gusta, especialmente, el verano mediterráneo. Escuchando la letra de la canción no puedo evitar sentirme identificada con como empieza con "We were born with sun in our teeth and in our hair" o con ese estribillo  "Why would you live anywhere else?? We've got the ocean, got the babes, got the sun, we've got the waves. This is the only place". Aires californianos hermanados con los mediterráneos. Espero que disfrutéis de su frescura y su alegría.

miércoles, 20 de junio de 2012

Let forever be - The chemical brothers / cover de Deep sea arcade

Hace cosa de unos meses me topé una mañana en la radio con una versión de una canción que hacía siglos que no escuchaba y que me traía multitud de recuerdos. Investigando descubro que se trata de otra de esas miles de canciones a las que hasta hace relativamente poco no puse título ni grupo. Una de esas canciones que posiblemente bailé miles de veces en esos julios que pasaba aprendiendo inglés por tierras anglosajonas de adolescente, en los que sentía esa mezcla entre aventura y responsabilidad, creerse mayores aunque en el fondo no lo fuéramos, libertad y sensación de que podías hacer todo aquello que querías sin vergüenza porque nadie te conocía. Creo que siempre seguirá siendo de las cosas que recuerdo con más cariño de toda mi adolescencia, de las que guardo mejores recuerdos, breves y rápidas como se me hacían esas estancias llenas de mil experiencias y emociones.

Rastreando por The chemical brothers, grupo que en esos momentos quizás era de los que manejaban los hilos de aquella electrónica accesible que tan buenos temas dio aquellos años, descubro bastantes canciones que también me traen recuerdos, me gustan e incluso me sorprendo bailándolos alguna que otra noche actual. Quizás no aguantaría un disco entero, como me sucede con Daft Punk, compañeros de hazañas musicales esos años, pero la canciones que les conozco reconozco que, a pesar de ser tan electrónicas, me gustan mucho. Esta canción, pero, se aleja de ese sonido más electrónico acercándolos a sonidos similares a los del britpop, puede que por eso me gustara tanto. La versión de Deep sea arcade, este grupo australiano de sonido sesentero, no dista demasiado del espíritu (ni del sonido) de la original, pero le da un toque más refrescante, más desenfadado, finalmente cercano a su propio estilo. Espero que os gusten.





lunes, 18 de junio de 2012

Children - The rapture

Prometo que ya no escribo más sobre el Primavera, que me váis a odiar. Bueno, aunque se trata de uno de los grupos que más pude disfrutar en susodicho festival, la entrada en sí no tiene mucho que ver con el evento, ya que la canción escogida precisamente no fue parte del repertorio del concierto. Pero viene a colación de comentar un extraño fenómeno que me ocurre a veces, y que es aquel por el cual un disco que en principio no te entraba en su totalidad te acaba encantando. Cuando caí en las garras de ese hitazo absoluto que es "How deep is your love" (y que cuanto más pasa el tiempo, más te das cuenta de lo grande que es esa canción), al poco tiempo tanteé el disco, llamado "In the grace of your love" y me dejó indiferente, del cual sólo destacaba dos o tres temas más aparte del hit, tanto que me extrañó verlo en las listas de los mejores discos del año en algunos lugares. Estas últimas semanas, quizás por el hecho de haberles disfrutado tanto en directo, empecé a escucharlo entero con avidez y descubrir en él una buena colección de temas. Puede que fuera el recuerdo del concierto, o simplemente estar más receptiva, pero de repente cambié de opinión.

O puede que fuera esta canción. Una de esas en las que quizás sólo yo me fije, escondida como está a la mitad del mismo. Pero con ese ritmo repetitivo y esos coros no puedo evitar caer en su embrujo, que me entren ganas de aprenderme la letra y cantarla mientras me dejo llevar por su ritmo. Es una canción sencilla, sin demasiados elementos, lo reconozco, pero con los mínimos para que me llegue al alma y me haga sonreír. Y me resulta ideal tanto para empezar la semana como para recrear los recuerdos recientes de este fin de semana, en el que he podido tener un amplio aperitivo de verano y que sin quererlo y sin que grandes acontecimientos hayan ocurrido, quizás se haya convertido en uno de los mejores de este año. Lleno de momentos sencillos que al final recuerdas con mucho cariño, el mismo efecto de sencillez y grandeza que transmite esta canción. Espero que la disfrutéis.

Children by The Rapture on Grooveshark

viernes, 15 de junio de 2012

Sweetness in her spark - Lightships

Ganas de verano, pero disfrazadas de dulce melancolía, de recuerdos tristes y amargos pero totalmente pasados, de preocupación por aquel que quizás aún lo esté pasando mal pero por el que absolutamente nada podemos hacer, de balances positivos, de felicidad definitiva. Ganas de pasear al lado del mar al caer el sol y sentir la brisa y el olor a sal en mi sonrisa, ganas de que el alargamiento de los días no acabe nunca, ganas de que el verano fluya tan tranquila y lentamente como esta canción, sin prisas, como en un estado vacacional permanente. De bañarnos en aguas infinitas y perdernos bajo el mar, de saborear la sal en nuestros labios, de que se erice la piel al contacto con el aire.

Todo un cúmulo de sensaciones que vienen a mi piel cada vez que escucho esta preciosa canción que descubrí hace unas semanas y que me enamoró a la primera escucha. Aún con todos los sentimientos post-primaverales a flor de piel, toca cambiar de registro, pasar página y empezar a escuchar otras cosas, quizás ya sea hora de desintoxicarnos y salir de esa burbuja en la que tan sumergidos como estamos nos cuesta salir. Y de entre las cosas diversas que he ido tanteando, esta canción se me ha antojado perfecta para un día como hoy, en el que la primavera da sus últimos coletazos y determinados recuerdos ligeramente amargos pueblan mi cabeza sin poder evitarlo. Porque necesito de su calma y su dulzura para protegerme, para sentir que todo va muy bien, para sentir confort y alegría de lo que me rodea, que es mucho.

La canción está incluída en el disco de debut de uno de los miembros de Teenage fanclub, Gerard Love, bajo el pseudónimo de Lightships, llamado "Electric cables" y publicado este mismo año. Un trabajo en el que se nota la estela del grupo, con esos mismos aires veraniegos y melancólicos a la vez, pero explotando al vertiente más tranquila y pop de los escoceses. Sonidos para tranquilizarse y sonreir. Espero que os guste.

lunes, 11 de junio de 2012

Especial Primavera Sound 2012 III : Sábado / New year - Beach house

El sábado me desperté con la sensación de tristeza que me provocaba la pregunta retórica de "Por qué todo ha pasado tan rápido y ya es el último día?", e iba con la perspectiva de acudir a algunos de mis conciertos más esperados y casi con el horario y las personas predefinidos. Y resultó finalmente un día bastante especial, por diversas circunstancias, un día del que inevitablemente guardo un precioso recuerdo.


Después del fin de fiesta del viernes, no sé aún de donde saqué fuerzas para, habiendo dormido otra vez cinco horas, levantarme a tiempo para llegar a las 12 a Poblenou, donde había quedado con Viola y Paloma para comprar en el mercado las famosas croquetas que ella descubrió el año pasado y llevárnoslas de picnic al Parc de la Ciutadella, donde este año colocaron los conciertos de Primavera al Parc. Era el turno de Nick Garrie, otra vez pero sin cuerdas y con canciones diferentes, y del trío norteamericano femenino de rock sesentero Bleached. Así que croquetas y algo más en mano nos fuimos al Parc, que a decir verdad debo reconocer que es uno de mis lugares favoritos de Barcelona. Tras encontrar los escenarios (y lo que costó) llegó Lapor y decidimos tomarnoslo con mucha, mucha calma. Cogimos unas sillas de plástico y las pusimos detrás en la hierba, bien a la sombra, a lo abuelas, conscientes de que no queríamos forzar sin necesidad ni achicharrarnos. Llegaron JMHulme y Vanessa y se fueron al sol, a las primeras filas, y empezó puntual Nick Garrie ofreciendo un recital más sencillo que el del día anterior en el Auditori, con otras canciones, que sonó de maravilla y encajó a las mil maravillas con el sol y el ambiente del lugar. Tras él, una espera de media hora y aparecieron en escena las chicas de Bleached, gafas de sol bien colocadas, animándonos a acercarnos al escenario y darnos unos ligeros bailoteos a la sombra, ya que es imposible estar con los pies quietos con sus canciones. Fue un buen aperitivo para lo que nos esperaba en el Forum, otra jornada de conciertos esperados pero con intención de tomárnoslo con mucha calma.


Me apetecía estar un rato con JMHulme, Vanessa y Julia porque casi no les había visto los días previos y por ello me fui al Pitchfork con ellos a ver a Senior y el Cor Brutal, un grupo valenciano que conocía de la radio y que sonaron cañeros, contundentes y divertidos, aún contrastando con nosotros sentados en el suelo guardando energías. Tras el mismo, llegó Txarls y esperamos con una cerveza a que empezara Sharon Van Etten en el San Miguel, de la que sólo pudimos tener un breve y agradable aperitivo ya que debíamos irnos a hacer cola para ver a Jeff Mangum en el Auditorium, otro concierto esperadísimo. Que resultó no sé si una sorpresa, pero sí uno de mis conciertos de este primavera, un concierto muy, muy especial. Repasó él solo a la guitarra los principales temas de Neutral Milk Hotel de manera tan magestuosa que no echamos de menos en ningún momento los elementos que los acompañan en los discos. Con su preciosa y característica voz (aprovecho para comentar que quizás uno de mis protagonistas musicales de este primavera han sido sin duda las voces) y una intensa guitarra les dio la fuerza y la intensidad sonora que necesitaban, sonando redondos e emocionantes. Destacaría quizás la emoción que sentí al escuchar mi favorita "In the aeroplane over the sea", "The king of carrot flowers" o ese final con "Oh Comely" que nos hizo a todos salir como en una nube del Auditori, pero me olvidaría de muchas otras cosas. Una maravilla.


Quizás el hecho de salir emocionalmente tocada del concierto previo y la perspectiva de no poder quedarme hasta el final, ya que había que ir a coger buen sitio para Beach house al Mini, hizo que Kings of convenience fueran casi un flash y no pudiera disfrutar al cien por cien de su concierto. Aún así, el concierto fue precioso, por ellos y por ese precioso momento que se produce en el San Miguel a eso de las 8 de la tarde, en el que el sol desaparece y te dejas envolver por la brisa y el sonido suave de quien está sobre el escenario. Fue la misma sensación del año pasado con Fleet foxes y también de este año con Rufus Wainwright el día anterior. Probablemente uno de los momentos más bonitos de cada festival.


A las 9 habíamos quedado Lapor, Viola y yo para irnos juntas hacia el Mini con tranquilidad. Uno de los peores problemas este año han sido los solapamientos, y el del sábado a esa hora era crítico. Confluían Beach house, Dominique A, Olivia tremor control y Real Estate. Al descubrir el último disco del galo y haber visto a Beach house hacía relativamente poco tiempo decidí verle, pero las semanas previas al festival me las pasé escuchando casi con obsesión a Beach house, tanto el último disco, "Bloom", como los previos, así que casi en una corazonada vi muy claro que no podía perdérmelos.


Pensé al principio que era un error programar a los de Baltimore tan temprano, pero resultó finalmente la manera más bonita de ver anochecer, similar a lo acontecido con Death cab for cutie dos días antes, pero en otra dimensión. Nunca pensé que acabaría siendo otro de mis grandes conciertos del primavera, sinó el mejor de los presenciados, sensación que se confirma con el paso de los días y la perspectiva. Durante una hora, escondidos bajo una tímida cortina de humo, desplegaron toda su magia trenzando de manera casi perfecta sus dos últimos álbumes, de atmósfera similar, casi hermanos, indistinguibles. Con la ayuda de la embriagadora voz de Victoria Legrand, esas mismas atmósferas nos elevaron a todos varios metros sobre el Forum, nos hicieron volar, provocando un éxtasis emocional colectivo manifestado en espontáneas ovaciones y brazos levantados, dando alimento a nuestros lacrimales, a nuestras propias evocaciones y recuerdos; carta blanca, sírvanse ustedes mismos. Lo suyo es pura magia, pura emoción, nadie hace lo que ellos porque son únicos e irrepetibles, me atrevería a decir que son una de las mejores bandas de pop del moemnto y no me equivocaría. Allá estaré cada vez que nos visiten, porque pocos me hacen sentir lo que ellos. No podía ser de otra manera y acompañan este post (aparte de haber sido mi banda sonora estos días por tierras eslovenas), con una de las canciones del fantástico último álbum, aún siendo imposible quedarse con sólo una (de hecho, la frase durante el concierto fue "Es que todas son bonitas!!"), escojo casi al azar "New year" por representar de manera fantástica todo lo descrito.


Tras salir nuevamente como en una nube y secar las lágrimas, decidimos tomarnos con calma el tiempo de lapso entre ese concierto y Yo la tengo, que iba a ser el concierto de reunión familiar de este año. Una deliciosa hamburguesa con Viola y Paloma, mil charlas y primeras sensaciones de despedida, de las pocas horas que faltaban, y punto de encuentro a pocos metros del escenario del Mini media hora antes con el resto de gente. A Yo la tengo les tenía ganas, por ser tan especiales para algunos de ellos que me han ido inculcando el cariño por su música, por haberles escuchado tanto los días previos, y sobretodo por ser el concierto en el que todos íbamos a estar juntos, el concierto tras el cual habría la foto de familia de rigor. Y salieron Ira Kaplan y los suyos para ofrecernos un concierto, un poco más breve de lo esperado, pero dándonos lo que muchos queríamos, sus grandes temas que fueron siendo celebrados uno a uno, con miradas cómplices entre algunos de nosotros, felicidad absoluta por estar juntos, que ni tan sólo la desagradable y repentina aparición de determinados elementos ebrios y molestos pudo con ella. Acabaron de manera apoteósica con "Sugarcube" y nos hicieron felices. Quizás sonaron un poco flojos, quizás no fue el conciertazo impresionante que esperábamos, pero fue un buen concierto del que disfruté, aunque no sepa
discernir si fue por el aspecto musical, social o por la fusión de ambos. Tal y como tenía que ser, fue muy especial.


A partir de entonces, el cansancio empezó a hacer mella y ya sólo quería estar con ellos, fueran donde fueran, me daba igual. Un rato de unos intensos y divertidos The pop group, que resultaron una sorpresa que nos hizó bailar y sonreír, viaje relámpago a unos Neon Indian a los que les tenía ganas pero que quizás por el cansancio acumulado no consiguieron que me metiera en su concierto. Primeras despedidas de gente y un cansancio que hizo que finalmente nos fuéramos a casa antes de lo previsto, pero muy felices por todo lo que había dado de sí el día.


Quisiera hacer una pequeña reseña sobre la jornada posterior, en la que había programados varios conciertos gratuitos en Arc de Triomf. Después de esperar Lapor, Txarls, unos amigos suyos y yo escuchando a un Nacho Vegas que me sorprendió gratamente, nuestros deseos de ver al gran Yann Tiersen tuvieron que ser diluídos por el estrepitoso chaparrón que empezó a caer diez minutos antes del concierto, que por disponer sólo de un miniparaguas para cinco personas tuvimos que huir despavoridos, mojados como pollos y buscando un refugio en forma de bar para tomarnos unas cervezas de consolación. Tras la tempestad, reunión con bboyz, y premio de consolación con un precioso concierto de Richard Hawley de fondo y sabor a despedida, aún todos con nuestras pulseras colocadas en las muñecas de manera nostálgica, conscientes de que no eran necesarias pero con lástima de desprendernos de ellas. Alargando la conversación hasta apurar el último ultimísimo metro sentimos nuestros últimos momentos primaverales con toda la melancolía del mundo.


Muchos nos hemos pasado unos nueve meses esperando estos momentos, abono en mano. Después de habernos gastado ciento y pico de euros, haber sentido la música florecer por todos los rincones, haber presenciado grandes conciertos, AL FINAL LO MEJOR DE TODO ESTO ES PODER COMPARTIRLO. Mis compañeras de piso Sara y Naiara, con quien fue muy especial compartir los momentos que compartimos, Anna y Adriana que llevaba tantos años insistiéndome en ir al festival y finalmente pudimos ir juntas, Lídia y la ilusión que me hizo estar con ella el viernes y descubrirle a Rufus y a The rapture, y toda la (gran) familia blogger (y derivados), Viola y su amiga Paloma (que juntas éramos un trío la mar de curioso), Lapor (a quien acogí y espero que se sintiera a gusto con nosotras), JMHulme, Vanessa, Julia, Txarls, bboyz y Victor. Leyendo las crónicas de aquellos que las han escrito siento emoción de ver sentimientos compartidos. SIN ELLOS, NADA DE ESTO HUBIERA TENIDO SENTIDO. Así que sólo me queda DAR LAS GRACIAS A TODOS LOS QUE HABÉIS ESTADO CONMIGO ESTOS DÍAS PORQUE AL FINAL HABÉIS SIDO LO MEJOR DE ESTE PRIMAVERA SOUND 2012. Nos vemos en la próxima edición.

New Year by Beach House on Grooveshark

PD: ni os imagináis la odisea que ha sido escribir este último post, en tres días, entre Ljubljana, aeropuerto de Ljubljana y Barcelona, aparte de que he tenido que tirar de fotos ajenas, como podréis notar, pero ha sido muy grato poder hacerlo al final.

jueves, 7 de junio de 2012

Especial Primavera Sound 2012 II: Viernes / Montauk - Rufus Wainwright

Escribo estas líneas totalmente fuera de contexto, desde Ljubljana, a donde de manera precipitada me han enviado tres días, pero aún con todos los recuerdos primaverales intactos y bien frescos para poder ser recreados, aún con el sueño que me ha causado haber dormido menos de 4 horas esta noche, quizás me dé por desvariar, quién sabe.


Después de dormir cinco escasas horas el viernes tuve que levantarme antes de lo que quería por culpa de asuntos laborales, aunque por suerte no me amargaron el día. A la una había quedado con Viola y su amiga Paloma para comer, acabando por casualidad en un lugar monísimo cerquita del Forum con un menú a 8,50 euros la mar de apañado, un buen descubrimiento para años posteriores, sin duda. No disponíamos de mucho tiempo ya que a las cuatro actuaba Nick Garrie en el Auditori y había que estar un poco antes, para intentar coger buen sitio, que conseguimos sin ningún problema. Les guardamos sitio a JMHulme, Vanessa y Julia, a los que por fin veía y con los que me hacía especial ilusión compartir el concierto, hasta que aparecieron al poco de empezar. El cantante británico desplegó todos y cada uno de los temas de su "The nightmare of J.B. Stanislas" acompañado de banda y dos violines, dos violas y un cello, justo lo que esperábamos. Elementos que le dieron a sus canciones el color que necesitaban, y que como no podía ser menos, me emocionaron. He de reconocer que me costó un poco entrar en el concierto pero a la tercera canción, "Can I stay with you", me tuvo en el bote. Se mostró, además, muy cercano, bajando incluso del escenario para una de las canciones. Especialmente bien me sonó "Wheel of fortune" por esos arreglos de cuerda tan brillantes, uno de esos momentos en los que se me erizaron los vellos. Una dulce y preciosa manera de empezar el segundo día primaveral.


Salimos del Auditori Viola, Paloma, Victor y yo directos al Pitchfork para disfrutar del dúo mallorquín Beach beach, tan monos ellos, y su indie-rock alegre y sin pretensiones, que nos dibujó una sonrisa y nos hizo bailar un poco, y de ahí, a coger buen sitio en el San Miguel para ver a Other lives, donde se nos fueron uniendo paulatinamente bboyz and family, Lapor, Txarls, JMHulme y Julia, mientras Vanessa desapareció entre las primerísimas filas sin posibilidad de encontrarla. Empezaron especialmente atronadores de sonido y me incomodaron los primeros temas, lástima porque uno de ellos fue la preciosa "As I lay my head down", pero por suerte al final me fueron encandilando y finalmente disfruté mucho del concierto, especialmente de los momentos instrumentales al violín, el cello o la trompeta, ya sabéis, esas pequeñas cosas por las que siento debilidad. Texturas instrumentales complejas, folk con gotas de experimentación y atmósferas épicas en pequeño formato, una delicia.


Me encontré entonces con mi amiga Lídia, que a abono regalado y sin prioridades, venía a la deriva de lo que yo le enseñara. Tras un breve paso por el ATP para ver a Siskiyou, nos reunimos de vuelta al San Miguel con Sara, Naiara, Adriana, Anna y Viola para coger sitio para otro de mis conciertos más esperados, Rufus Wainwright. Puntualmente a las 19:50 apareció en el escenario vestido tan hortera como de él se espera, marcándose a capella parte de "Candles" enlazada con "Rashida", ambas del último disco, dejándome literalmente paralizada, con la boca abierta y los ojos empañados, suerte de mis gafas de sol, que fueron mi mejor aliado durante todo el concierto. Porque hacía mucho que no derramaba tantas lágrimas en un concierto, tal fue la intensidad emocional del mismo, o lo que a mí me llegó personalmente. Con una voz impecable y todo su porte y simpatía, fue desgranando bastantes temas de su precioso último disco, "Out of the game", con ejecución perfecta y acompañado de una buena banda y una corista negra de bonita voz. De trabajos anteriores cayeron, entre otras, "The one I love" y una de mis favoritas de su repertorio, "Going to a town", el momento en que empezaron a caerme las lágrimas, para continuar cayendo con "Montauk" ya sin poder disimular de ninguna de las maneras, porque esta canción dedicada a su recién adoptada hija es mi preferida de su último disco, una canción emotiva y preciosa con una letra que me llega al alma, la combinación perfecta entre ambos elementos, y la razón por la cual acompaña esta entrada. Finalizó, en sus propias palabras, con un tema alegre, "Bitter tears", también del último. Lo único que se le puede achacar a su directo es que abusara de los temas nuevos, pero si os he de ser sincera, poco o nada me importó. Porque aún así, fue otro de mis conciertos de este Primavera.



Nos abandonó Viola para presenciar ella quizás uno de los momentazos del festival de este año, el Big Star's Third, donde todos debíamos haber acabado, pero qué se le va a hacer. Aún en una nube tras Rufus, decidimos sentarnos tranquilas en las gradas del Ray-Ban, vista al mar, y ver desde arriba mientras añochecía a Afrocubism y su exótica propuesta, hasta que de tanto descansar se nos fue el santo al cielo y el San Miguel ya rebosaba de gente expectante por ver a The Cure, adiós al buen sitio que queríamos. Curiosamente fue el único concierto de los que vi que no empezó puntual. Y qué decir del concierto de The Cure. Pues que técnicamente fue espléndido, que Robert estuvo a su altura, dándolo todo, que sonó muy bien. Que fue un concierto ideal para hacer muy felices a los fans acérrimos que se acercaron a verles, casi un regalo para ellos, ya que desgranaron durante tres horazas de concierto una enorme multitud de temas, desconocidos por otra parte por muchos de nosotros. Ello hizo que el cansancio hiciera mella sobre nosotras a la hora y media de concierto y que acabáramos sentadas detrás, sedientas y acaloradas a la búsqueda de un mochila man con cerveza que no pasaba nunca, esperando "Boys don't cry", que nunca llegaba. Y resultó que de repente sin darme cuenta era la una, habíamos quedado a esa hora con Lapor en el Mini, y había que irse para poder ver bien a M83, y nos tuvimos que quedar sin nuestro hit.


Fue decisión de última hora ir hasta allí, porque yo quería ir a ver a The drums, pero el vivo recuerdo del conciertazo de marzo hizo que cambiara mi parecer y acabara otra vez en las garras de Anthony González y su mezcla de atmósfera y delirio discotequero. Y volví a sentir lo mismo que entonces sólo que con más espacio para bailar, volvió el delirio con "Reunión", con "Fall", y a temblar el recinto con "Midnight city", volvió a salir ese enloquecedor saxo a final de canción, volvió a hacernos bailar con sus "Couleurs" instrumentales. Volvió a ser tan grande.


Finalizó el concierto y esta vez tocaba correr al San Miguel, al que llegamos justitas para el concierto de The rapture, a las primeras notas de "In the grace of your love". Si lo de M83 fue grande, esto lo superó, nunca lo pensé. Nunca pensé que un concierto al cual simplemente iba a darlo todo con los dos temazos que les conozco sería tan y tan bueno, y desde el primer momento. Que nos dejaría a todas tan alucinadas. Porque estos sí que pusieron patas arriba ese escenario, ganando aún más intensidad a medida que avanzaban repertorio, llegando al éxtasis primero con "Echoes" y finalmente culminando, si cabía, y como no podía ser menos, con la esperadísima "How deep is your love", que sonó impecable, intensa, con todos los elementos que la hacen tan grande (saxo final incluído). Un tema que nos enloqueció a todos, que puso las manos de todo el mundo arriba, que visto desde lejos debió de provocar una estampa visual espectacular. Otro de los momentazos de este Primavera, para otro más de mis conciertos de este Primavera. Y muy especial por haberlo compartido con todas ellas. Sublime.


Quizás por la cantidad ingente de cerveza que llevábamos encima, fruto de la sed, decidimos alargar la noche. Nos reunimos con un Txarls que aún se estará riendo del panorama fiestero que presenció, en uno de esos momentos divertidos que siempre recordaremos con mucho cariño. Un par de vueltas al recinto, algún bailoteo, muchísimas risas, y a casa, a guardar fuerzas para el día siguiente. Un gran día.

martes, 5 de junio de 2012

Especial Primavera Sound 2012: Jueves / The sound of settling - Death cab for cutie

Ya pasó el lunes, el dia del bajón tras tanta intensidad, tantas emociones compartidas estos días, el día ese en que lloras cuando encuentras cada vídeo del festival, en el que rememoras con frescura todos los momentos, cuando maldices que todo haya pasado tan rápido y tengas que bajar de la nube en la que has estado, aislada del mundo por completo. En el que echas de menos a los que han estado contigo estos días. Y llega el momento de escribir, lo más frescas posibles, las crónicas de todo lo vivido. Este año dedicaré tres posts, uno por día, para relatar lo sucedido, aún consciente de que quizás alguien de vosotros se pierda voluntariamente entre su longitud, tantas cosas hay que explicar que casi no acabaría nunca.


Nervios, expectación, mil cosas toda la mañana de jueves, laborales y extralaborales, que se mezclaron con lo anterior para crear un estado de excitación máxima, faltaban pocas horas para salir del CSIC y contaba los minutos. Por la mañana, mi amiga Viola me llama emocionada porque acaba de llegar a Barcelona, al Forum y se ha cruzado con Jeff Tweedy y yo siento su misma emoción, siento más que nunca que ha llegado el día. Al fin llegó, calculé mal el tiempo de transporte público y me planté en Maresme-Forum casi un cuarto de hora antes de cuando había quedado, con lo que pude pararme a comprar una botella de agua y saciar la sed que me provocaba el calor que hemos tenido este primavera, aunque la brisa del Forum, aún con sus olores característicos y momentáneos, todo lo suaviza y lo hace más llevadero. 


Volver a subir la cuesta adyacente al auditorium y volver a pasar la barrera despertó mil recuerdos y mil emociones que en poco tiempo iban a ser reemplazadas por otros nuevos, caminé rápido y sonriente al esperado reencuentro con Viola, acompañada de Txarls, Víctor y Jesús; ya estamos aquí de nuevo. Empieza Baxter Dury en el San Miguel y Viola y yo, medio deslumbradas por el solazo que nos daba justo en los ojos (y por el que maldecí no llevar encima mis gafas de sol), comentamos la gracia que nos hace como visten, tan curiosos y elegantones con sus trajes, tan british con ese acento con el que cantan. Coincidimos en que del disco nos gustan varias canciones pero que en general se nos hace pesado, pero en directo no suena tan mal, un concierto para sonreír, no estuvo mal para empezar este primavera.


Tras excursión rápida al Mini (antes denominado Llevant, y para el que han escogido - por espónsor, claro - un irónico nombre), ese escenario alejado del resto, comprobar como cambiaron su disposición y convirtieron aquello en una enorme explanada de asfalto sin fin y huir despavoridos de los gritos de la cantante de Friends, nos plantamos en un paseo hasta el Ray-Ban, quizás el escenario más bonito del Forum, nos encontramos con bboyz y sentimos que la familia volvía a juntarse. Ahí llegó una de mis sorpresas, Archers of loaf, caña indie-noventera sin mucha novedad pero que sonaba de maravilla, que hizo que nos diéramos los primeros bailoteos, aún sin (al menos por mi parte) conocer las canciones más allá de una o dos. De allí, bboyz y yo nos vamos al reubicado Vice, al lado del mar y bajo la placa solar, para ver la curiosa propuesta de Field music sobre el escenario, con esos cambios de ritmo y esas estructuras musicales tan interesantes, que sonaron bastante bien. A mitad del mismo, mientras nos dio el hambre y cenamos los bocadillos que llevábamos, más reencuentros, ya que nuestra amiga Lapor vino a nuestro encuentro, recién aterrizada en Barcelona. Aún más alegría de volver a vernos todos.


Pero eran las 9 y poco y me tocaba irme a la otra punta del festival, al Mini, al encuentro con mis compañeras de piso, Sara y Naiara, y con mi amiga Adriana y su amiga Anna, venida de Londres para la ocasión, para coger un buen sitio para uno de mis conciertos más esperados de una de mis predilecciones, Death cab for cutie. Este Primavera ha sido, entre otras cosas, el de los conciertos esperados desde hace años, empezando por el de esta popular banda que tan poco se prodiga por nuestros lares, por lo que tenerlos a menos de media hora era todo un privilegio. Salió Ben Gibbard al escenario con su melena ultralisa y esa voz tan bonita que tiene, para demostrar por qué su banda es lo que es. Porque él es muy grande, y lo demostró sobre el escenario. Empezó con una larga introducción instrumental que se intuía de "I will possess your heart", para ir repasando algunos de los temas de su último disco como la fantástica y enérgica "You are a tourist" o "Doors unlocked and opened" y combinarlos con los más populares de sus trabajos anteriores. Cayeron "Crooked teeth" y la mítica "Soul meets body" del "Plans", me aclararon que el "Transatlanticism" es mi disco favorito con "The new year", una "We looked like giants" en la que hubo extensión instrumental en la que Ben se lanzó a tocar la guitarra, los teclados y acabó a la batería (que se puede entrever en la foto de abajo), dejándonos a todos boquiabiertos, y ese apoteósico final que todos intuíamos con la alegre y popera "The sound of settling", que no deja opción a otra para acompañar este post. Con su concierto nos demostraron que el buen pop con guitarras puede sonar enérgico y sonoro, entrando para mí en la saca de mis conciertos de este primavera y dejándonos a muchas enamoradas de él, de esa voz y esa manera tan correcta de cantar. Y todo ello, mientras se hacía de noche, uno de los momentos más mágicos del festival, como aquel vivido hace un año con The national.


Tras la escampada general para Wilco, nos quedamos en el mismo Mini para esperar a Zach Condon y su banda, Beirut. Excursión a por cerveza, encuentro con Lapor, bboyz y Txarls y laberinto entre la gente para coger un buen sitio, despejado como estaba aún el escenario. Otro de los directos más esperados para mí, aún consciente de que quizás podía decepcionarme. Y no lo hizo porque yo ya sabía lo que me encontraría. Porque para aquellos que somos fans y hemos machacado los discos hasta la saciedad, que nos sabemos donde va cada arreglo instrumental, quizás el concierto quedó cojo. Es verdaderamente difícil transmitir tanta densidad instrumental con solo cuatro personas sobre el escenario, y eso hizo que echáramos de menos muchos elementos y las canciones nos sonaran demasiado desnudas, incluso demasiado iguales. No fue un mal concierto ni una decepción para mí, porque finalmente nos dejamos llevar por el buen rollo que transmitieron, lo que nos hicieron bailar, y por la emoción compartida entre las chicas, fans absolutas, que reconocíamos cada canción al primer acorde. Realmente hubo momentos muy especiales de sonrisas complices entre nosotras y lo pasamos en grande. Repasaron muchas del último disco, como "Santa fe" o "Port of call", tocaron algunas míticas de los anteriores, como "Nantes", "Postcards from Italy" o "Elephant gun", se marcaron un instrumental con un intenso sabor gypsy (quizás para mí el mejor momento del concierto), para acabar con una auténtica sorpresa para mí, "Carousel", una de mis favoritas, escondida en su EP "Long Island". Tras este concierto seguiré escuchando con fervor sus discos, pero quizás no repita el verles en directo, aunque nunca se sabe.


Nos quedamos las cinco por allí con la intención de estar un rato escuchando a The xx, sobre los que no tenía demasiada expectación, y llevarnos con ellos una agradable sorpresa, porque sonaron de maravilla. Comprobé que conocía más canciones de las que pensaba, se me pusieron los pelos de punta con la belleza de "Islands", pero por desgracia (y con mucha pena por lo que estábamos presenciando) no podíamos quedarnos mucho más allá de media hora porque en el San Miguel nos esperaba en poco tiempo Franz Ferdinand, otro de mis conciertos esperados, mi asignatura pendiente desde la universidad. Tras ver alucinadas menos gente de la que esperábamos, se unió a nosotras Viola y fuimos a coger un buen sitio. Salió la banda de Alex Kapranos al escenario, con esa pinta de muchachos de pueblo de la que tanto nos reímos durante el concierto, y nos dieron justo lo que queríamos. Hits. Dieron el concierto que todos deseábamos, rescataron casi todos los temas de su primer disco, nos recordaron lo bueno que era, salieron a relucir algunos del resto de discos y nos presentaron algún que otro tema nuevo. Y sonaron contundentes y guitarreros, nos hicieron bailar y saltar como locos, pusieron el San Miguel patas arriba con "Take me out", "Do you want to", "Michael" o "Dark of the matinée". Kapranos nos avisó de que le fallaba la voz, se disculpó, pero realmente tampoco se le notaba tanto. Fue un conciertazo, justo el que esperaba ver desde hacía más de cinco años, y una estupenda manera de clausurar el primer día de festival y retirarnos a casa, que ya eran las 3 y algo y nos quedaban dos días más de festival.



The Sound of Settling by Death Cab for Cutie on Grooveshark