sábado, 29 de marzo de 2014

Medecine - Rinoçérôse

Superado. Y con nota. Pasé ya la frontera de la treintena y al añadir un número más a la serie es cuando hago balance y digo: "Pues no ha sido para tanto". De hecho, mejor aún, diré: "Ha sido estupendo". Sí, por qué no, cumplir años siempre tiene que ser motivo de felicidad y no de desdicha, para eso ya tenemos suficientes razones mucho más importantes. Porque me doy cuenta de que me he pasado los últimos casi diez años autoconvenciéndome de que estoy viviendo la mejor época de mi vida, pasan los años, cambian las circunstancias y sigo pensando lo mismo. ¿Será que en el fondo vivo en una inconsciente burbuja de optimismo?

Ni idea. Yo lo único que sé es que sólo tengo ganas de bailar, de sentir, de vivir mil cosas, y que tengo a mi alrededor un círculo cada vez más reducido pero a la vez más cercano con los que compartir todas estas cosas, gente sin la que no concibo ni mi vida ni mi felicidad. Que aún con las adversidades, propias y ajenas, al final consigo que lo positivo acapare lo negativo. Porque mientras conserve la capacidad de hacerlo nada puede hacerme daño. Y si algo lo consigue, creo que ya tengo la capacidad de lamerme las heridas como un gato. Y no me importa.

Toda esta perorata en el fondo no es más que la excusa para pasar por aquí una de las canciones que más fuerte están pegando últimamente, una de las canciones que se está ganando su posición en mis canciones de este año. Porque es escucharla una y otra vez y sentir unas ganas irrefrenables de mover todo mi cuerpo, de sentir toda la felicidad del mundo, de empaparme de su energía guitarrera y electrónica y no querer dejarla nunca. El segundo adelanto del próximo disco de esta formación francesa con miras a la pista de baile que se me antoja irresistible en caso de poder acudir a su directo. ¿Quién puede resistirse?

miércoles, 26 de marzo de 2014

A Joni Mitchell con todo mi amor - Ricardo Vicente

Los que lleváis tiempo deambulando por aquí sabéis que mi especialidad nunca ha sido la música española, y menos aún en español. Pero un fenómeno extraño me está sucediendo últimamente, porque cada vez más mi tiempo auditivo se ve ocupado por grupos, cantantes y canciones en nuestra lengua. Supongo que todo son épocas, o la influencia de mi amiga Adriana, a la que he ido acompañando a diferentes eventos musicales, los determinantes de toda esta pequeña revolución musical


Hace cosa de tres meses acompañé a Adriana a una entrañable librería de Gracia a la presentación del libro-disco "Qué haces tan lejos de casa" de Ricardo Vicente y allí empezó parte de esta historia. Me sonaba su nombre, claro, sobretodo del disco que hizo junto con The new raemon y Francisco Nixon, "El problema de los tres cuerpos", del cual ya me enamoré de alguna de las canciones por culpa de mi Viola y que llevo rescatando estas semanas y corroborando lo maravilloso que es. Para quien no le sitúe, este pequeño hombre es una de las grandes figuras del indie español, habiendo formado parte de bandas como La costa brava o Tachenko. Y que en solitario es capaz de hacer sencillas canciones pop llenas de sentimiento de las que van directas al corazón, ya sea por sus bonitas letras o por sus aún más bonitas melodías.


Todo tan bonito como finalmente resulta en directo. Tal y como pudimos comprobar el pasado 14 de marzo en la pequeña Heliogàbal. En una hora y poco de auténtico sentimiento y felicidad, sonrisas y lágrimas cómplices. De belleza pop y dulce delicadeza, en una atmósfera íntima pero intensa que llenó con su voz, su guitarra y la batería de Enrique Moreno en la que todos los asistentes nos sentimos parte de una pequeña familia momentánea que sentía a la vez. Cada uno con su momento personal en forma de canción favorita, cada uno recordando o bien reescuchando de nuevo canciones en las que no se había fijado o casi había olvidado, cada uno sintiéndose identificado con una u otra frase concreta. Tragándonos o escondiendo entre la melena vergonzosas lágrimas o sonriendo de felicidad, o bien sintiendo esa mezcla de ambas cosas que exalta el alma y provoca una inigualable sensación de júbilo.


Porque no sólo fue el poder emocional de sus propias canciones. Canciones tan increíbles como "La balada de Fran y Richi", "Fue tan bello veros caer" o "John Houston" del disco que presentaba pero también algunas (y celebradas) anteriores como las preciosas "Todos tus caballos de carreras" o "El milagro de Milán". No, no fue únicamente una cuestión de buenos temas, sinó de la manera de llevarlos al directo. Quizás fuera una de las noches más inspiradas del cantante, que en todo momento comentaba lo a gusto que se sentía y lo bien que le parecía que estaba sonando, pero fuera como fuera absolutamente todo lo que sucedió fue puro amor. Amor que se coló entre nuestras entrañas, que nos caló y nos hizo felices durante un momento, del que fuimos cómplices y con el que soñamos. Y que nos hizo salir del concierto con una gran sonrisa y una sensación de dulce sentir con la que todos nos fuimos a la cama y que nos costó faena arrancar. Finalmente, un cúmulo de sensaciones que describió mucho mejor que yo esta inspirada y bonita reseña del blog del programa de radio El sonido de las montañas al revés.


Esta canción en realidad fue la culpable de que deseara acudir a este concierto. Puede que fuera la que me enamorara del disco, la que cada vez que suena en la radio me hace suspirar de repente, y como no podía ser menos una de las que más me emocionó escuchar en el concierto. Porque ese "Nunca he querido como aquel día" que grita el estribillo podría sentirlo tan propio como doloroso. Directo al alma.



Y de regalo, este vídeo para Waaau.tv que he encontrado de la presentación del libro-disco a la que acudí, la primera vez que lo escuché.

martes, 18 de marzo de 2014

Horse's mane - Animic

Mucho os debe de extrañar que hasta ahora no haya hablado de ningún concierto en lo que llevamos de año. Cabe decir que el inicio de 2014 ha estado bastante escaso de los mismos, a excepción de alguno del que se me pasó hacer la correspondiente reseña. Pero todo ha quedado compensado porque como cada año (y aún sin saber exactamente por qué) el mes de Marzo ha venido cargado de conciertos, muchos de ellos seguidos. A lo largo de la pasada semana y la anterior tuve la oportunidad de disfrutar de cuatro buenos conciertos de los que me apetece dejaros mis impresiones. Cuatro conciertos totalmente diferentes y en circunstancias y salas distintas, pero todos ellos destacables.


Hacía tiempo que no ganaba entradas en ningún concurso, después de la racha de la que disfruté hace unos años. Tuve la suerte por fin de ganar entradas para ver a Animic dentro del festival Curtcircuit, una banda que vi en el pasado BAM después de Oso leone. Resulta curioso como ese domingo resacoso dio lugar a dos grandes descubrimientos, uno de ellos esta banda catalana de interesantísima propuesta musical. Nacieron del folk y del intimismo, pero con los dos últimos discos, especialmente el último, el excelente "Hannibal", han derivado hacia sonidos más experimentales y oscuros pero altamente asequibles.


Una propuesta que se ve totalmente reflejada en el escenario de manera enérgica y contundente pero sin renunciar al intimismo, dando lugar a una fascinante atmósfera musical que te atrapa desde el primer acorde hasta el final, que te hace viajar entre sus melodías y te transporta casi a otra dimensión. Con un sonido que resulta finalmente casi único y con una gran personalidad. Una contundencia que viene dada sobretodo por la presencia de dos bajos, una potente guitarra, teclados para darle el toque de intimidad y una sencilla pero efectiva percusión ejecutada por una de las cantantes. Una percusion que consigue suplir con creces la ausencia reciente de la batería de la formación.


Pero todo este envoltorio musical no sería lo mismo sin una de las grandes bazas que tiene la formación, y es el privilegio de contar con dos grandes voces, Ferran Palau y la británica residente en Cataluña Louise Samson. Turnadas o juntas pero no revueltas, cantando en catalán y en inglés, dotan a las canciones de belleza melódica y sentimiento, especialmente ella, posiblemente una de las mejores cantantes del panorama musical catalán. Voces directas al alma que combinan de maravilla con el denso conjunto instrumental y le dan ese toque único que tienen finalmente las canciones de la banda.


En el concierto del pasado jueves 6 de marzo en la sala 2 de la Apolo Animic se dedicó principalmente a presentar casi en su integridad las canciones de su último disco. En orden diferente pero perfectamente empastadas, fueron sonando temas como "Rei blanc", la bonita "El crani i la serp" o una "Skeletons" de la que nos regalaron a todos los asistentes el código para bajarnos una nueva grabación de la misma. Aún así, dejaron para el bis dos de su anterior trabajo, "Hannah", la preciosa y casi acústica "Trenco una branca" y una "Blue eyed tree" que me resultó más familiar de lo que me esperaba.


Y obviamente no podía faltar "Horse's mane", mi favorita de todo su repertorio y la culpable de que me acabara de enamorar de su propuesta musical tras verles en directo. Una canción que para mí representa el espíritu musical del disco entero, en la que la voz de Louise suena preciosa gracias a su sencilla pero sentida melodía. Un tema emocionante, ligero pero intenso. Una auténtica delicia de la que disfruté casi con los ojos cerrados en directo, y que no podía dejar de acompañar estas líneas.


Si me gustaron en el BAM sin conocer ninguna de sus canciones, acabé de rendirme a sus pies después de este concierto. Un concierto para el que me costó encontrar acompañante pero al que finalmente me acompañó una de mis compañeras de orquesta, Isabel, que vino totalmente a ciegas confiando en mí y que finalmente disfrutó casi tanto como yo. Algo que para mí fue tan satisfactorio como el concierto en sí mismo.


martes, 11 de marzo de 2014

At home - Crystal fighters

No sé si la actividad actual de este espacio ahora mismo merece las celebraciones de aniversario que he llevado haciendo estos años. Quizás el hecho de que literalmente me olvidara el día que tocaba sea un reflejo de ello. Pero en cuanto fui consciente, decidí primero de todo cambiarme el nick y ponerme finalmente el nombre de aquella a la que siempre he hecho mención con mi nick. Porque la hija de mi adorado Atticus Finch (del excelente clásico "Matar a un ruiseñor", por si alguien anda despistado y no sabe a qué hace referencia) tiene nombre y apellidos y era el momento de hacerlos patentes: Scout Finch. De la misma manera que este blog ha ido evolucionando y cambiando desde sus ordenados y constantes inicios, el carácter cada vez más personal y caótico que ha tomado cuatro años después de que empezara esta aventura le ha dotado de la suficiente personalidad como para merecerse tal cambio.

No me queda nada más que dar las gracias a todos los que seguís aún pululando por aquí de tanto en tanto, a los que compartís vuestras impresiones sobre canciones y idas de ollas varias que pueblan este espacio y le dais vida, porque si escribimos sobre nuestros sentimientos y compartimos lo que más nos gusta en el fondo es para que se nos escuche y no sentirnos tan solos. Porque aunque estas líneas cada vez sean más campo de experimentación literaria y vía de desahogo el hilo sigue siendo el mismo con el que empezaron hace ya cuatro años, mi absoluta pasión por la música. Y para celebrarlo, una canción alegre y desenfadada, llena de luz y buen rollo. Uno de los miles de grupos que he ido descubriendo y desgranando durante este tiempo y cuyas canciones, aunque extremadamente sencillas y sin pretensiones, consiguen hacerme sonreír a los pocos segundos de sonar. Porque aunque mi presencia por aquí sea cada vez más escasa, sigue haciéndome sonreír y dándome vida, y el contacto con vosotros a través de la misma, aún más. Como cada año, mil gracias.


I left alone. I left the world, I was running,
to be by your side I was dying,
alone by your side I was flying.


I came alone, I’ve come a long way to get here,
the leaves that fall to my feet, at home,
they mean nothing to me.


martes, 4 de marzo de 2014

Someone - We have band

Tantas ganas de vivir algo que te haces una película mental tan clara y tan vívida que a momentos hasta parece ser verdad. Suerte que tienes temple y te queda algo de sentido común porque sinó probablemente ya estarías loca de atar. Pero es que cuando una mirada y una sonrisa te desbordan no hay vuelta atrás. No hay alimento para la ensoñación, ¿pero quién dijo que fuera necesario? Porque tú ya lo estás intentando, te estás sorprendiendo a ti misma haciendo cosas que pensaste que nunca te atreverías a hacer, y eso en parte te calma y te consuela. No tiene recompensa directa pero con la satisfacción personal a veces hay suficiente. Porque es mejor intentarlo que seguir acumulando “¿y si?”s en nuestra vida. Con cabeza, con moderación y con buen hacer, quién sabe si al final conseguirás tu objetivo. Otros lo han logrado, ¿por qué vas a ser tú menos?

Aunque sea para algo pasajero, corto, con fecha de caducidad. Pero tan apetecible y una oportunidad tan buena que casi peligra el convertirse en una auténtica obsesión. Va, por suerte tienes esos dos dedos que los años te han incrustado en la frente y sabes que serás capaz de llevarlo con dignidad y sin llegar a ello. Porque en el fondo sabes que todo roza la fantasía y la ensoñación, que cada vez tienes más pruebas de ello pero pero qué más da. Lo vas a seguir intentando con toda la elegancia de la que eres capaz, sabiendo que no tienes nada que perder. Y que, sobretodo, el camino va a ser tan o más divertido como el objetivo, y que si recibes algún golpe no vas a dejar que te haga daño. Porque al final es lo más importante, disfrutar de las pequeñas cosas, de los procesos. Darle un poco de chispa a la vida. 

Para acompañar un sentimiento así, escojo casi al azar una de las canciones que forman la cada vez más rápidamente poblada lista-saco de canciones de este año. La afortunada, este luminoso tema tan adecuado para hacerlo. Tan positivo, fresco y alegre como estos sentimientos, una canción para sonreír y disfrutar de la vida. El adelanto del nuevo trabajo de esta banda británica a la que siempre debí una escucha en profundidad y que este tema puede ser una buena excusa para hacerlo. Porque lo importante es quedarse con lo bueno. 

Lust for 
Living your life for all the things you 
Lust for

...

Someone
Someone is gonna take you
You're ready you're ready
To feel it
Feel it when it makes you oh