La jornada del sábado empezó, como ya viene siendo tradicional, con el picnic familiar en la Ciutadella. Al tiempo poco le faltó para fastidiárnoslo pero el sol que salió por la mañana nos animó a hacerlo, lo cual fue motivo de gran alegría ya que sería la ocasión en la que nuestro bboyz, ausente este año del equipo festivalero por causa mayor, se uniría a nosotros por unas horas. Al cobijo de la música de Caveman de fondo, a la que confieso que no presté demasiada atención debido a nuestra lejanía del escenario, aquello fue una reunión de diferentes generaciones regada con vinos exquisitos, croquetas, fideua y otras delicias que llevamos con las que llenamos el colorido mantel de picnic. Comida, bebida y muchísima felicidad que ni tan solo las gotas que empezaron a caer de cara al final empañaron. La mejor manera de encarar la última jornada de festival, esa en la que el cansancio se mezcla con la melancolía y las ganas de acabar de darlo todo.
Creo que nunca habíamos alargado tanto una reunión de picnic, que acabó con un café bajo la sombrilla de una terraza a refugio de la lluvia. La suma de ambos factores hizo que aterrizáramos en el Forum una hora más tarde de lo pensado, con las nubes ya alejándose y dejando el cielo despejado para disfrutar de Jonathan Wilson. Como sabéis, ha sido uno de mis grandes descubrimientos de este año y tenía muchísimas ganas de verle. Aunque empezamos disfrutando de algunas de las canciones del fantástico "Fanfare", como "Dear friend" o "Desert raven", a los pocos minutos Jonathan nos dejó muy claro que iba a hacer lo que le saliera de las entrañas por completo. Tenía cincuenta minutos para su actuación y, a pesar de todo, nos demostró una gran maestría, tanto él como su fantástica banda, llevando más allá su folk hacia terrenos del rock y del blues de una manera similar a como lo demuestra en estudio y regalándonos un gran concierto que, aunque nos dejara con ganas de escuchar alguna más de nuestras favoritas, nos hizo disfrutar de lo lindo con sus aptitudes musicales.
El cansancio hacía mucha, mucha mella. Es por ello que nos tomamos con mucha calma el viaje hacia el Pitchfork para ver a Dum dum girls, aunque por suerte el concierto empezaba un poco más tarde. Por mucho que la localización de este escenario sea especial, justo debajo de la archipresente placa solar, eso mismo hace que los aspectos sonoros sean un tanto deficientes. Porque es realmente difícil escuchar un concierto con la calidad de sonido presente en el resto de escenarios y es una lástima porque llegó a desvirtuar un tanto el pop-rock descarado y dulce del trío de chicas. Ataviadas en originales atuendos de color negro, resultaron entrañables y potentes a su vez, haciéndonos bailar y cantar con canciones tan bonitas como "Bedroom eyes". Un concierto para sonreír y mecer el último atardecer del Primavera, mientras el sol se ponía tras los edificios y iba abandonando la placa solar.
Mientras tanto, en el escenario contiguo Vice, los encargados de amenizar el atardecer eran los poperos Hospitality. En los meses previos al festival, el encuentro con un vídeo de una sencilla grabación en directo me llamó la atención y a partir de ahí empecé a explorar sus canciones. Su coincidencia medio con Dum dum girls, medio con unos Superchunck que me quedé con ganas de ver y medio con el inicio de Volcano choir hizo que sólo pudiera disfrutar de una pequeña toma de contacto que me hizo quedarme con ganas de más, presa de la dulzura de canciones como "Betty Wang" o el rock inocente de "I miss your bones".
Por mucho que hubiera ido a la Apolo a ver a Volcano choir el jueves, quería verles igualmente en el festival el sábado. Era el momento del anochecer, había reclutado a mi lado a Naiara, con quien me hacía especial ilusión compartir ese concierto, y se antojaba perfecto para volver a recrearme con sus canciones en un contexto diferente. Fue necesario quitarse el chip de lo visto en sala para poder disfrutarlo, pero aún así reprodujeron casi al milímetro (discurso incluído) lo ejecutado dos días antes, tan perfecto, milimetrado y evocador como entonces, con los mismos defectos (ay ese vocoder) y virtudes, pero sabiéndose adaptar totalmente a los requerimientos y la sonoridad de la explanada del Sony, llena hasta arriba de una multitud de gente envuelta en el sonido del folk experimental de la formación, en un loable silencio (dentro de las posibilidades) cuando se requirió y volviéndose a entregar a "Byegone" como ocurrió en la Apolo. Es por elo que no podía faltar cualquiera de las delicias del "Repave" para acompañar esta entrada, como "Acetate".
El bueno de Justin, por repetir, hasta repitió atuendo |
Si el cansancio había hecho mella horas antes, al hacerse de noche fue más que patente. No nos dio mucho más que para sentarnos un rato en el RayBan y ver como el hijo del legendario Fela Kuti, Sean Kuti junto a Egypt 80 llenaban de ritmo africano su explanada, disfrutar de alguna de las delicias de Islands en formato unplugged desde el contiguo RayBan Unplugged y ver el escenario Pitchfork desde arriba lleno de gente bailando al ritmo de Blood orange, mientras nos dirigíamos con calma hacia el ATP para ver a Mogwai.
El RayBan lleno de gente bailando el ritmo africano de Sean Kuti & Egypt 80 |
Ver a una banda de post-rock instrumental como Mogwai pasada la medianoche y el sábado era todo un riesgo que realmente podía poner en peligro nuestro deseado aguante. Pero todas las alabanzas leídas en todos lados refiriéndose a su directo me decidieron a acercarme, y lo que sucedió durante esa hora de concierto fue algo indescriptible. Si una de las cosas que más me dan vida del festival son las sorpresas, esta fue la más destacada. Porque desde el minuto cero y únicamente con una consistente línea instrumental a base de guitarras nos dejaron a todos catapultados con su sonido. Sólido y potente, a requerimiento del directo, pero sin renunciar al ambiente y a la evocación. Pelos de punta, ojos cerrados y cabezas moviéndose al ritmo de sus melodías infinitas, entre las capas de las cuales podías nadar buscando cada guitarra, el bajo, el violín que les acompañó en alguna de las canciones, el teclado. Toda una tormenta musical ejecutada de manera casi perfecta por unos monstruos sobre el escenario, que denotaron experiencia y saber hacer, que hicieron que incluso aquellos que no habíamos escuchado mucho sus canciones pudiéramos disfrutar plenamente de su directo. De aquellas cosas que pocos consiguen.
De repente, un violín |
Eran pasadas las dos de la madrugada y llegaban dos de los conciertos que más esperaba. No por nada en especial, sinó por las tremendas ganas que tenía de bailar, tal y como había hecho los dos días anteriores. Quizás este Primavera fuera en el que más bailé de todos los que he ido, y es que con propuestas como las dos últimas que había escogido para el sábado, Chromeo y Cut copy, estaba bastante asegurado. Los primeros, un dúo canadiense de propuesta pop electrónica que coquetea sin complejos con el funk y la música disco que pusieron patas arriba el RayBan haciendo saltar y bailar con sus canciones a todos los que allí nos encontrábamos. Porque nos dieron justo lo que necesitábamos, básicamente diversión y ritmo, toda una invitación al baile desacomplejado que recibimos todos con los brazos abiertos y respondimos con sinceras ovaciones y brazos al aire. Aunque es cierto que con temazos incontestables como "Come alive" o este "Jealous (I ain't with it)", candidato a una de las canciones de este verano, muy mal hay que estar sobre el escenario para no conseguirlo, los canadienses fueron más allá y mantuvieron su particular festival durante toda su hora de concierto. Otra agradable sorpresa que nos dejó una sonrisa en los labios y una energía imparable para afrontar el siguiente concierto.
Los teclados con patas de Chromeo |
Sin pies, con la voz totalmente tomada y un cansancio sin vuelta atrás fuimos abandonando el recinto a la luz de los primeros rayos de sol que fueron asomando. Como cada año, felices por lo vivido pero tristes porque ya acababa, porque había pasado muy rápido. Conscientes, como siempre, de lo únicos que habían sido esos tres días y empezando la cuenta atrás para el año siguiente. Tanto que parece increíble que haya sido capaz de escribir todo esto casi dos meses después de haberlo vivido. La magia del Primavera Sound, sin duda.
Estupenda crónica y fotos (sobretodo, está claro que necesito reponer mi cámara ya). Creo firmemente que los picnics del Primavera llevan los derroters de convertirse en todo un clásico, además después de mis circunstancias hospitalarias más todavía (medicinales diría yo). Y eso que a mi pierna derecha me lleva dando guerra todo lo que va de año, pero es gloria compartir momentos como estos con conversaciones y bien regadas.
ResponderEliminarComo ves todos vamos este año con retraso, así que no te agobies por las obligaciones; si no fíjate mis comentarios que tardan más que whatsapp sin cobertura. Oye me alegra leer un montón el detalle de Jonathan Wilson, al que perdí la pista tras una primera adaptación que publicó hace ya unos años de la ISLA BONITA de Madonna; sí como te lo cuento. Fue con la que lo descubrí y fíjate que no he vuelto a escuchar nada de él desde entonces. Y sobretodo me alegra de tu experiencia con MOGWAI, a mi fue de lo que más me gustó de hace unos años en el PS (pensaba que también los habías visto). Además fue doblemente gratificante porque ya los había visto hace un montón de años en el FIB con sus inicios guitarrers, y la combinación de guitarras, armonía y electrónica les sienta de fábiula, los reinventa diría yo.
UN SALUDO Y ABRAZO FUERTE, Y QUE SEPAS QUE ECHAMOS DE MENOS TUS ESCRITOS.
Muchas gracias bboyz por tu comentario y tus palabras!! La verdad es que estoy contenta con mi cámara, me permite hacer fotos bastante decentes dentro de lo que cabe, además este año me recreé a gusto con las imágenes extramusicales, el forum es todo un filón.
EliminarSin lugar a dudas no hay PS sin picnic familiar, yo ya no lo concibo. Y este año además contaba con el plus de que era el único momento en que podíamos verte, por lo que la alegría fue aún mayor. Es todo un decálogo de felicidad compartida e intergeneracional, un lujo.
Normalmente escribo las crónicas con retraso, pero esta vez ha sido mucho peor, jejee, casi ni tiene sentido pero no podía dejar esto sin terminar y pasar a otra cosa, que fue la motivación principal para hacerlo. Jonathan Wilson fue todo un descubrimiento prePS y me parece super curioso lo que comentas de la versión, y a Mogwai no fui a verles en el 2011 por no ir hasta Mordor otra vez, jeje, pero recuerdo vuestro entusiasmo y por ello me animé a verles esta vez. Su directo es algo indescriptible, por mucho que después no me haya dado por escucharles.
Un abrazo para ti también, y muchas gracias por esto tan bonito que me dices. Es al final lo que hace que no cierre la paradita.