Muchos fuimos los que nos tiramos de los pelos cuando anunciaron la cancelación de Sixto Rodriguez en el pasado Primavera Sound. Pero al dia siguiente del anuncio, nos compensaron con algo aún mejor que eso, una actuación del cantautor el 8 de julio en el Poble Espanyol, posiblemente uno de los recintos más bonitos para conciertos al aire libre de Barcelona. Un lugar mágico del que ya no puedo desprender el recuerdo de todos los momentos musicales vividos allí dentro estos últimos tres años, un imprescindible de cada verano.
Tan rápido pasó el tiempo y tan poco he escrito que casi engancho las crónicas del festival con la de este concierto. Porque finalmente llegó el esperado día y allí fui con mucho tiempo de antelación con mi amiga Mireia. Unas cervezas y un bocadillo mientras escuchábamos de fondo a los teloneros, The free fall band, y observábamos el encanto de ese lugar que, aún siendo de cartón piedra, tiene algo muy especial. Cuatro palabras con unos recién llegados JMHulme y Vanessa y con el retraso protocolario típico de los conciertos en ese recinto salió Rodriguez al escenario acompañado por dos de sus hijas. Algo que ya había visto en vídeos de conciertos anteriores y que tomé como testimonio del débil estado físico en el que parece encontrarse. Está mayor y quizás ya no pueda con estos trotes, aún cuando sobre el escenario no parece demostrar lo mismo.
Queriendo hacernos un pequeño guiño, empezó con una versión muy personal en un difícil español (que me extrañó) de la "Malagueña salerosa", para empezar con dos de sus temas más rockeros, "Climb up on my music" y "Only good for conversation", por lo que la cosa comenzaba con más energía de la que se esperaba. Tras "Crucify your mind", a las pocas canciones, empezó de manera fantástica su rosario de covers, con una versión de un tema jazz de Nina Simone, "Love me or leave me", que me llegó al alma. Fue el preludio perfecto para que sonara mi favorita, "I wonder", y yo fuera completamente feliz. Tras la misma, Sixto dijo un "I wonder, but I don't really wanna know" que todos sentimos como propio, primer momento de conexión con el público. Todo había empezado muy, muy bien.
Quizás la cosa empezó a torcerse cuando se decidió a versionar la megacacareada "Unchained melody", aunque puede ser todo una percepción personal fruto del hecho de que no soy muy fan de esa canción. Suerte que tras la misma remontó con la esperadísima "Sugar man" de la que alargó de manera fantástica la guitarra final, un guiño a Bob Dylan y esa preciosa "I think of you" que acompaña estas líneas. Porque, aún faltando bastantes de sus canciones, dedicó gran parte de la última mitad de recital a hacer versiones. Acertadas y entrañables, nadie puede negarlo, y variadas, desde el "Lucille" de Little Richard hasta el "I only have eyes for you" de The flamingos, pasando incluso por Sinatra.
No negaré que esta segunda mitad fue de sensaciones extrañas. Todos los que habíamos ido a verle, entregados por completo a él, esperábamos que cantara sus temas, esperábamos escuchar sobre el escenario esas canciones que algunos habíamos machacado estos últimos meses, bajo el embrujo de su descubrimiento y la evocación de las imágenes del precioso documental. Y ver que la cosa acababa enlazando versión tras versión nos dejó un sabor un tanto agridulce de lo que pudo haber sido un gran concierto y se quedó finalmente en un recital entrañable y bonito, sin más. Una lástima, sí, pero al fin y al cabo no dejó de ser un privilegio poder ver a este hombre que se ha hecho leyenda antes de que ya no pueda volver a subirse a un escenario.
Vi el documental hace como un par de meses y me dejó alucinada. ¡Menuda historia! Y sobre todo... ¿cómo es que dos discos repletos de grandísimas canciones pasaran tan desapercibidos? Curiosamente en un par de semanas tengo una entrada preparada sobre Rodríguez en mi blog, jejeje Qué envidia que pudieras verlo en directo, aunque te creara sensaciones agridulces. Un abrazo!!
ResponderEliminarIgual que yo, fue verlo y enamorarme al instante de la historia. Y sentir cada paso de la aventura de encontrarlo, y emocionarme con la parte final con los conciertos y todo. Misterios de la industria musical, yo también me pregunté como algo así no había tenido éxito en su momento.
EliminarLa verdad es que pese a todo fue un privilegio poder verle en directo.
Un abrazo!!!
Qué suerte haber podido ir al concierto. Creo que el hombre sigue sin ser consciente de que de verdad está teniendo éxito su música. Así que, temeroso de que nadie supiera sus canciones, optaría por versiones. Mi favorita también es "I wonder", por cierto. Una de las canciones de mi 2013, sin duda.
ResponderEliminarJejeje muy buena, Alex, puede ser que le pase eso, yo creo que lo hace porque piensa que a la gente le gusta, sin ser consciente de que lo que queremos es escuchar sus canciones. I wonder es una maravilla, también es candidata a una de mis canciones del año.
EliminarCreo lo mismo, que ya sólo por el hecho de verle y que tocara bien ( y no como en el video que vi del coachella que daba penita) merece la pena. Sin embargo de haber estado me hubiera pasado como a ti y creo que me hubiera cabreado. Porque una cosa es que este mayor y otra que toque tantas versiones sin un sentido así aparente .... que sus dos discos son maravillosos.... pero bueno, el caso es que le viste :)
ResponderEliminarun besote.
Exacto, fue un privilegio verle, no me arrepiento de haberlo hecho, e incluso me sorprendió porque pensaba que sería más triste, que estaría en peor forma musical. Pero eso de las versiones es algo que se ha comentado mucho, yo también creo que te hubieras rallado.
EliminarUn beso!!
Que llenazo para verle, el boca a boca ese hizo documental y por ello su figura muy popular. Una pena que metiese tantas versiones y eso os dejara un poco fríos, yo lo interpreto como que es otro de los artistas que en su madurez se lo pasan mejor tocando las canciones que le gustan que las suyas propias.
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