Posiblemente, el viernes noche más esperado de todo el año, el concierto más esperado del año, después de tanto tiempo soñando con ello, tantos meses con la entrada bien guardada. Por fin había llegado, por fin el sueño iba a materializarse. Con las expectativas muy altas, fruto de lecturas en todos lados sobre pasados conciertos, nos dispusimos a ir bien temprano, para comprobar al llegar que no había sido suficiente y que la expectación creada por la banda de Justin Vernon era superior a la esperada. Largas colas a lado y lado de la entrada del Poble Espanyol testimoniaban ese sold out que pocos días antes del concierto se había logrado. Queríamos estar cerca pero en cuanto entramos vimos claro que sería misión imposible, por lo que mi compañera de piso y amiga Naiara y yo nos resignamos a guardar un sitio con buena visión, esperando a nuestras amigas Adriana y Silvia que pacientemente esperaban en una de las colas, mientras de fondo sonaba Beth Orton con su guitarra y nosotras contemplábamos el bonito escenario. Se hizo de noche, nos reunimos finalmente las cuatro, expectantes, hasta que salió Justin, agarró el vocoder y sentado de rodillas en el suelo se marcó un aperitivo solitario en forma de "Woods", canción de su EP "Blood bank", en acústico. Nuestro vello empezaba a erizarse y sólo era el principio.
Apareció el resto de la banda, formada ni más ni menos que por ocho músicos, dos guitarristas que se turnaban con el violín, trombón y trompa que se turnaban a los teclados, saxo, bajo y dos baterías detrás a lado y lado; y empezó la fiesta con una espectacular, enérgica y cuidadísima "Perth" acompañada de juegos de luces en el precioso escenario que había montado que fue la primera señal de que aquello iba a ser muy, muy grande. Parecía que iba a seguir el orden de su segundo disco al sonar "Minnesotta" y una preciosa y delicada "Holocene", con todos los intrumentos sonando pero sin estridencias, en su justa medida, en su justo lugar. Pero ello fue interrumpido por una enérgica y guitarrera "Blood bank", que dio paso al silencio sepulcral del público tras los primeros acordes de "Flume", que me arrancaron las primeras lágrimas. Silencio sepulcral que fue la prueba de un público completamente entregado y atento a las necesidades de cada canción, que coreó el estribillo de esa joya que es y que fue en directo "Skinny love" cuando tocó, que volvió a callar una y otra vez cuando fue preciso. Fluyeron y sonaron soberbias "Towers" y "Calgary", con sus pasajes instrumentales y sus cambios de ritmo y de melodía que nos rozaron el alma por los cuatro costados y nos hicieron volar, demostrando a su vez las grandes canciones que son, Justin dio descanso a la banda cogiendo él solo la guitarra para interpretar una sentida "re:stacks", jugó con su voz pasando de grave a falsete tal y como deseábamos oir en "Hinnom, TX", hubo momentos de lucimiento instrumental como esos violines de "Wash" y, cómo no, momentos polifónicos a múltiples voces que erizaban aún más el vello, si cabía. Para irse al bis con la canción que cierra su segundo disco, "Beth/Rest", y volver aclamado y modestamente agradecido con nosotros para hacernos partícipes en su recital haciéndonos cantar ese "What might have been lost" de "The Wolves" y acabar de manera sublime y emocionante con esa inolvidable "For Emma" que volvió a hacer aparecer las lágrimas en mi rostro.
Casi se podría decir que fue el concierto perfecto. Todo en su sitio, una escenografía preciosa, un setlist cuidadísimo y en acertado orden, un sonido adecuado para el lugar, un recinto que se confirma como uno de los más mágicos de Barcelona para conciertos al aire libre, un público entregadísimo y dando aquello que se necesitaba en cada momento (realmente ponía los pelos de punta ver ese silencio sepulcral en un recinto tan grande y al aire libre como es el Poble Espanyol). La música, perfectamente cuidada, con mil matices que podríamos estar horas y horas describiendo, proporcionando emotividad y energía en su justa medida. Y por delante de todos, dirigiendo a la perfección toda esa maquinaria, ese grande y genio de la música actual que es Justin Vernon, jugando tal niño pequeño con guitarras de diferentes tipos, teclados y tinglado electrónico, con su voz en estado de gracia, unos kilos de más pero mucha modestia, simpatía y agradecimiento que nos llegó a todos al corazón (especialmente a todas, todo sea dicho), si no lo había conseguido ya con sus composiciones. Demostrando no lo grande, sinó lo enorme que es, y por qué ha llegado donde lo ha hecho, porque pocos lo consiguen, con una propuesta musical fuera de cánones y convencionalidades.
Volamos con los ojos cerrados, soñamos con nuestros parajes favoritos. Sentimos nuestra alma desgarrarse ante el sonido de las guitarras o la soledad de su delicada voz, el corazón retumbar al ritmo de las baterías, la brisa alrededor de los delicados vientos, las lágrimas fluir por la mejilla ante aquellas canciones que nos rasgan el corazón. Y sonreímos y nos pusimos las manos sobre el corazón como si parte de nuestros sentimientos fueran plasmados sobre el escenario, en comunión entre todos y con ellos, una única voz. Todo ello durante una hora y media que todos y cada uno de los que estábamos allí deseamos que nunca acabara, que fuera eterna, que se alargara como fuera. Salimos de allí en una nube de la cual costó horas bajar, a cada minuto que pasaba más conscientes del privilegio del que habíamos disfrutado.
Pasaron los días y no puedo olvidar todas esas sensaciones, porque quizás sea, por ahora, el concierto del año. Leáis donde leáis, probablemente os encontréis con impresiones muy similares, como las encontradas del mismo concierto de Barcelona en indiespot, con la que me siento altamente identificada, o la magnífica crónica que nos regalaron nuestros amigos de Ciudad sin discos del recital de París dos semanas antes. Sin duda, una noche inolvidable y en maravillosa compañía, que me hizo especial ilusión compartir con quienes lo hice.
Para acompañar la crónica, la perlita del primer disco que finalizó el concierto, una de mis favoritas, una canción de las que lo remueven todo por dentro, que simplifica y resume todas y cada una de las sensaciones vividas.
¡Cuanto me alegro Scout! Sobre todo después de haber leído tu post de ese mismo día 27... Gracias por hacerme revivir (y resentir) esa hora y media. Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que dices y sí, creo que será uno de los conciertos de nuestra vida. Grande que es la música y grande que es Justin Vernon. De nuevo me alegro de que lo hayamos "compartido". Preciosa entrada y gracias, otra vez.
ResponderEliminarKurt Wello
Vaya crónica atticus tan bonita! la verdad es que yo fijate tengo muy olvidado el concierto suyo del auditori del forum. Está muy bien que algunos de nuestros artistas rompan esa barrera de salas pequeñas a lo grande y dejen de ser minoritarios aunque será cuando a mi ya no me apetezca tanto ir a verles....
ResponderEliminarun besote!!
Kurt, yo también me alegro muchísimo de que hayamos compartido en cierta manera estos conciertos, ya te comenté que tenías razón en todo lo que escribiste. Me alegro de que te guste la entra y que te haya servido para revivir todo aquello que es inolvidable. Un concierto de esos que siempre se nos quedarán en la retina y en la memoria, sin duda alguna. Gracias a ti por el comentario y las visitas!!!
ResponderEliminarUn abrazo!!!
Viola, muchísimas gracias!!! Es curioso pero él mismo dijo enmedio del concierto que había venido a Barcelona antes con dos músicos más y que ahora vieramos cuánta gente le rodeaba, paralelo a lo grande que se ha hecho. Está bien que lo que dices suceda, siempre y cuando sea como ha sido para él, sin perder un ápice de calidad y ganándose al público con toda esa sensibilidad y buen gusto que le caracteriza. No es una propuesta sencilla ni fácil de digerir y es admirable que haya llegado tan lejos. Es cierto que da un poco de palo ir a verles si les has visto en formato menor, pero también surge de la necesidad. Agotó en Poble Espanyol, no quiero saber qué hubiera pasado si hubiera tocado en un recinto más pequeño...
ResponderEliminarUn beso!!!!
Me alegra que el concierto colmara esas expectativas tan altas. El escenario, por lo que se ve en las fotos, estuvo a la altura. Luce una pinta estupenda. Me encanta cuando el marco de un concierto está tan cuidado como la música que se interpreta en él.
ResponderEliminarPetons i abraçades!
JMHulme, primero de todo, alegronazo de verte de vuelta por aquí!!!! Está claro que lo más importante es la música, sí, pero estoy totalmente de acuerdo contigo, un buen escenario bien bonito hace muchísimo, sinó pensemos el año pasado en el concierto de Beach house lo que molaba el escenario, allí mismo en Poble Espanyol, y el efecto que tuvo con la música, sencillamente genial. Como en este, si el aspecto musical fue impecable, al unirle esto ya ni te digo el resultado.
ResponderEliminarPetons i abraçades para ti también!!!!