Otra de las visitas más esperadas de este año para mí era la de Andrew Bird. Desde que salió ese maravilloso "Break it yourself" y viendo multitud de vídeo de sus directos, no podía tener más ganas de tenerlo delante. Y qué mejor que lo trajeran a la sala Apolo. Tardé poco en comprar las entradas al anunciarlo y tras la espera por fin llegó el día el pasado lunes 12 de Noviembre. Allí nos reunimos bboyz, JMHulme y Vanessa para compartir un gran concierto que derivó, además, en una gran noche, extendida hasta la una de la madrugada entre cervezas y reflexiones musicales. Poco más puedo añadir de lo que escribió bboyz hace unos días en su insuperable reseña, más que aportar mis impresiones sobre él mismo y el fantástico recital que nos ofreció.
Salió solo al escenario, violín en mano y looping pedal a buen recaudo, para calentar motores interpretando dos temas viejos que yo casi no conocía pero que fueron un excelente aperitivo que abrió mi boca de asombro por lo que estaba presenciando, justo lo que esperaba, en todo su esplendor. Apareció el resto de su banda de manera sutil y silenciosa, para empezar el concierto de verdad. Un concierto de ni más ni menos que dos horas en el que desfilaron, principalmente, temas de sus dos últimos discos, el mencionado "Break it yourself" y "Hands of glory", editados ambos este año, tales como "Danse caribe", "Orpheo looks back", "Desperation breeds", "Eyeoneye" o esa pequeña debilidad que es para mí "Give it away"; sin olvidar pequeñas representaciones de los principales discos anteriores, especialmente de su fantástico "Armchair apocrypha" del año 2007, del cual sonaron "Imitosis", "Plasticities" y "Fiery crash"; pero también del "The mysterious production of eggs" del año 2005, representado por "Sovay", la juguetona y esperada "A nervous tic motion of the head", que a pesar de ser ejecutada sin violín y totalmente cambiada sonó de maravilla o esa apoteosis final con "Fake palindromes".
Más allá de la enumeración de temas que sonaron o no, aquello que cabe más destacar de todo el conjunto fue el directo en sí, y la demostración que nos hizo el bueno de Andrew de su grandeza como músico. Porque si algo nos dejó muy claro es que estamos delante de un gran músico. Tanto por su ejecución vocal, inmejorable y sensual, combinada con un aún más sensual y técnico silbido marca de la casa; como por ese virtuosismo con el violín del cual yo, como no podía ser menos, disfruté como una enana, fuera haciéndonos volar con el arco como llevando el ritmo con el pizzicato de una forma que probablemente nunca sea capaz de ejecutar yo misma con mi violín; como también por su inacabable capacidad de improvisación. No sólo por lo elegantemente que salía del paso cada vez que se equivocaba, se olvidaba de la letra o de la melodía, sinó por su propia voluntad de cambiar las canciones, de darles nuevos matices, de que no suenen no sólo un tanto diferentes de como lo hacen en el disco, sinó también de cómo han sonado en directos anteriores. Probablemente no suene igual cada canción en cada concierto, lo cual le hace ganar un plus en cuanto al valor de verle en repetidas ocasiones. Porque seguro que nunca vemos lo mismo.
Aparte de todo esto, nos ofrece una propuesta musical que es imposible de etiquetar. Porque consigue tocar todos los palos. La vena más folk en este directo fue canalizada a través de dos momentos del concierto en los cuales reunió guitarra acústica, contrabajo y su violín alrededor de un solo micro, a la manera de antaño, para ejecutar los temas de su última propuesta, "Hands of glory", una curiosa recopilación de versiones de canciones folk-country junto con alguna original suya con ese mismo aire añejo, y algún que otro, como el mencionado "Give it away" que sonó estupendo en ese formato. Para después ponerse pop y experimental a la vuelta a los instrumentos electrificados, a los samplers (que tan malas jugadas le proporcionaron al pobre y que supo torear con buen hacer y elegancia), a los guitarreos leves, al xilófono que él mismo tocaba. Haciendo con todo ello que fuera imposible aburrirse, imposible desconectar, sinó querer más, dejarse sorprender, convencidos de que nunca dejaría de hacerlo. Por no olvidar esas pequeñas reminiscencias al jazz que de tanto en tanto hicieron acto de presencia y le dieron un toque aún más mágico.
Hay tantos detalles a comentar que nunca acabaría. Como cuando se pone a afinar el violín enmedio del concierto, a la usanza de la música clásica (algo que me encantó), testimonio de su afán de precisión. O su manera de interpretar y gesticular, mover las manos, pasear por el escenario, dirigir toda la maquinaria. Hasta el detalle frívolo de cómo nos tuvo a muchas completamente admiradas en cada momento, deseando llevárnoslo a casa al finalizar el concierto si pudiéramos.
Con todos estos elementos consigue hacernos sentir la magia de la música, sonreír a cada momento, que nos dé un vuelco al corazón al identificar las primeras notas al pizzicato de las canciones, sólo por reconocer las bases que las fomentan, que cerremos los ojos y nos dejemos llevar por su voz y su extraordinaria manera de cantar (que no es tan fácil de encontrar en la música moderna, todo sea dicho), que deseemos silbar tan bien como él conscientes de que es casi imposible (en mi caso, imposible directamente).
No puedo ni quiero dejar esta reseña sólo con un tema. Porque me apetece poner tres, como empieza a ser costumbre por estos lares, ahora que escribo menos hay ganas de poner más canciones. "Imitosis" como representante de esa maravilla que es el "Armchair apocrypha" que sólo por sí mismo se merece un post y un homenaje (apuntando ideas para el futuro); "A nervous tic motion of the head" por ser la canción que me hizo enamorarme de él, en esa misma versión en directo, tan diferente de la que presenciamos nosotros pero tan representativa de toda la esencia de su música y su directo; y finalmente "Railroad Bill" o una de las rarezas country de su último disco, que se quedó atrapada en el modo repeat de mi reproductor cuando la escuché por primera vez y que nos hizo bailar en el primer bis, en una versión en directo parecida a la que presenciamos. Tres maravillas que espero que disfrutéis.
Ves como siempre hay más detalles que comentar. De echo cuando los conciertos nos llegan de verdad , se puede estar hablando eternamente de lo mismo y siempre saldrá algo nuevo. Supongo que ese es el momento en el que una experiencia se convierte en recuerdo para siempre.
ResponderEliminarAdemás yo perosonalmente necesitaba esa posterior charrada , que en los últimos Primavera con el ajetreo de los conciertos , al final me voy con la sesación de que falta un día para echar un vermouth o comida tranquilamente. El pasado año no pude bajar al picnic del Sábado , esta última visita de Viola se ha conjurado la tecnología; pero el próximo Primavera no lo voy a consentir jejeje.
Grande Andrew Bird y grande el momento inolvidable de las cervecitas jejeje
Una abraçada!!!
Cuántos problemas tuvo el pobre hombre. Lo mejor fue la naturalidad con la que los iba solventando. Que no funciona el pedal de los loops? Pues acústico aprovechando las canciones country de su último disco. Y la de veces que parecía olvidarse de la letra xD Que conste que todo esto lo digo con cariño, el concierto me gustó mucho.
ResponderEliminarAbraçades!
bboyz, pues sí, me quedé alucinada cuando acabé de redactar y vi la cantidad de cosas que llegué a escribir. Vale que yo también hablo por los codos pero tienes razón en que cuando los conciertos nos llegan somos capaces de pasarnos horas y horas hablando de ellos, y aún así habrá algún detalle nuevo a comentar.
ResponderEliminarDe cara al año que viene hay que intentar hacer comida de germanor como sea, me daré una segunda oportunidad organizadora, pero sí, no basta el concierto, tenemos necesidad de más.
Una abraçada!!!
Pues sí, JMHulme, fue un no parar de problemas técnicos y pequeños deslices de memoria, pero oye, el tío ahí que estuve, nada de nervios ni de perder los papeles, todo calma y temple y adelante, y encima sacando provecho hasta el último recurso. Impresionante y admirable. Eso lo hace aún más grande, sí, he entendido perfectamente que lo comentabas desde un punto de vista positivo.
ResponderEliminarAcabo de leer el comentario que le dejaste a bboyz y qué grande que hablarais de las impresiones de un concierto en función del momento personal. Porque no puede ser más cierto... habría para alargar conversación conmigo en una próxima ocasión (que espero que no tarde mucho tiempo en ocurrir :-) )
Una abraçada!!!
Ummmm! Envidia (sana). Un abrazo.
ResponderEliminarKurt Wello
ai Kurt, sí, nos acordamos de ti, te hubiera encantado!!! A la próxima no te lo puedes perder!! :-)
ResponderEliminarUn abrazo!!!