El pasado 4 de Marzo se publicó al fin el esperado octavo álbum de la formación británica Stereophonics, "Graffiti on the train", después de la ligera decepción que supuso la anterior entrega, Keep Calm And Carry On and Pull The Pin de hace cuatro años. Tras haber llegado a la culminación de su carrera con los álbumes "You Gotta Go There To Come Back" y el rockero "Language. Sex. Violence. Other?" el listón quedó demasiado alto y resulta difícil llegar a tal nivel. Con un sonido ya madurado, definido y totalmente reconocible, todo es un reto y quizás por ello hayan tardado unos años en decidirse a publicar nuevo material.
Un reto que parecen haber superado con esta entrega. Porque no, no llega al nivel de los citados álbumes, pero sí que lo acaricia. ¿Y cómo? Ni más ni menos que cogiendo prestados sus mejores elementos e influencias y acoplando a su personal estilo pequeñas trazas de otros géneros. Una fórmula que ha dado como resultado un álbum de lo más variado, diez canciones bastante diferentes las unas de las otras, con mayor o menor fortuna unas u otras pero en conjunto más que decente.
Empieza con "We share the same sun", una de esas canciones que van de más a menos, fórmula que saben resolver con mucha eficacia y emoción y que repiten en otros cortes del álbum, la canción con la que parece que nos quieren decir algo así como que aquí están ellos, que han vuelto, si es que en algún momento se fueron. Un excelente tema de inicio y una invitación a continuar escuchando el disco y descubrir las sorpresas que alberga.
Pero la energía se interrumpe por un momento para reencontrarnos con esos Stereophonics melancólicos que nos rozan el alma en "Graffiti on the train". Uno de esos temas en los que la preciosa voz de Kelly Jones se deleita en largas notas y con ella nos arrastra por los derroteros de esa misma melancolía, acompañado a su vez de intensas orquestaciones que le dan el toque emocional definitivo. Algo que vuelve a ocurrir más adelante con "Violins and tambourines", el primer y delicioso adelanto del disco que tuvimos allá por noviembre, una canción sencilla pero efectiva, que va de menos a más, que sigue repartiendo melancolía envuelta en orquestaciones, estallando en un intenso y rítmico final en el que todos los elementos instrumentales y vocales surcan en sintonía hasta el grito final.
Si queremos más canciones de las que van de menos a más, o de las que cambien ritmos, no tenemos más que pararnos en "Roll the dice", con su cara guitarrera y su cara más tranquila, en este caso acercándose a la épica de bandas como Muse en su final. O bien avanzar y escuchar "In a moment", probablemente la mejor del conjunto y por ello la elegida para acompañar la entrada, con dos partes de carácter y ritmo totalmente diferentes pero bien acopladas, prueba y testimonio de los dos espíritus de la banda, el cañero y el melancólico, bien dados de la mano. Los que echen en falta a los Stereophonics más cercanos al rock del "Language. Sex. Violence. Other?" quedaran saciados especialmente con la enérgica "Catacomb".
¿Y qué tenemos de nuevo? Entre lo más afortunado, un interesante acercamiento a sonidos soul en "Been caught cheating", y por supuesto "Indian summer", la canción finalmente elegida como single, un tema pop muy pegadizo que de primeras descoloca por su convencionalidad pero al que finalmente le acabas encontrando ese algo que tiene, aún sin ser de los mejores cortes.
En definitiva, un regreso muy digno, un disco que nos devuelve a los mejores Stereophonics, que probablemente reconcilie a todos aquellos que perdieron la esperanza en ellos tras su anterior trabajo. De una de las bandas más injustamente infravaloradas del panorama musical actual pero que sigue en la brecha y con mucho por decir. Larga vida a los chicos de Kelly Jones.
(publicado en Crazyminds el pasado 2 de Abril)
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