Como siempre digo yo, el verano no acaba oficialmente hasta que no acaban las fiestas de la Mercè de Barcelona. Una Mercè sin lluvia e imparable, sobretodo de actividades lúdicas y nocturnas, cinco días de anécdotas sin fin, y grandísimos momentos compartidos. Y de entre las miles de actividades, como cada año, los conciertos del BAM, el festival de música independiente gratuito que llena la ciudad de diferentes propuestas. Este año el cartel era bastante más flojo que otros años, menos apetitoso y falto (en mi opinión), de alguna banda internacional interesante, más allá de la presencia de Miles Kane en ese atolladero que es la Damm y al que juré que nunca volvería.
Aun así, al final disfrutamos de algunos buenos conciertos. Los argentinos Él Mató a un Policia Motorizado en plaça Reial el viernes; los grandes Havalina y unos Triángulo de amor bizarro que sin acabar de convencerme como grupo reconozco que tienen un buen directo el sábado en plaça dels Àngels; y el gran día, el domingo tranquilo y familiar en la plaça Joan Coromines con los contundentes Anímic y mi sorpresa de este BAM, unos paisanos míos llamados Oso Leone que hacen algo que no había (hasta ahora, probablemente me equivoque) visto hacer a nadie por aquí.
Me animé a ir al concierto por simple recomendación en diferentes webs. Costó armarse de valor el domingo tras una larga e intensa noche de sábado, pero finalmente fue la mejor manera de paliar la ligera resaca que llevábamos muchos encima. Porque desde el minuto cero nos vimos todos embebidos en una intensa atmósfera cuidada al detalle, una atmósfera de predominancia instrumental aunque con aparición momentánea de la voz cantante en inglés dándole la última pincelada. Toda una experiencia sonora que caló en mis huesos y que hizo que acabara moviendo al cabeza y casi todo el cuerpo hipnotizada por su ritmo, su juego con diferentes instrumentos, sus crescendos y sus momentos más íntimos. Una potente magia sobre el escenario de la que me fue difícil salir una vez me vi en sus garras. O quizás simplemente era lo que necesitaba escuchar en esos momentos.
Poco más que una canción, y de refilón, les había escuchado antes, pero no me faltó mucho más para caer rendida a ellos. Leo por ahí, y suscribo completamente, que les definen como algo a medio camino entre The xx y Grizzly bear. Podría jurar que incluso a momentos me recordaron a unos Local natives menos melódicos y dulces. Todo un conjunto de elementos e influencias llevadas a un terreno aún más experimental y menos convencional que tales referencias, pero resultando finalmente atractivo. Habiendo publicado este año su segundo disco, "Mokragora", de fuerte influencia en la naturaleza, los mallorquines parecen consolidarse poco a poco. Aunque su propuesta no es nada fácil podría considerarlos quizás como una de las formaciones nuevas más interesantes del panorama español. Originales, cuidados e inspirados y con un potente y absorbente directo. No se puede pedir nada más. Como ejemplo, la canción que abre el disco. Espero que os guste.
Vi a Oso Leone en Sevilla esta primavera y me gustaron, a pesar de la acústica de la sala, que era espantosa. A ver si los puedo ver en mejores condiciones...
ResponderEliminarUn abrazo
Es que realmente son muy delicados y si la acústica no acompaña su música puede convertirse en una maraña incomprensible. Tuvimos suerte de que los pusieran en ese escenario tan familiar y con una acústica aceptable, la verdad. Son de lo más interesante. Me alegro de verte por aquí!!!
EliminarUn abrazo!!!
Jo que suerte, yo este año he tenido un Verano tan intenso que decidí aparcar el BAM, y no precisamente porque las propuestas no me atrajesen aunque a la mayoría no les tenía cogida la medida a parte de escuchar algo en Radio 3.
ResponderEliminarPero tengo este otoño una agenda complicada de eventos a compajinar con mi vida paternal jejejeje
Pero veo que tu como siempre los has exprimido al máximo, felicidades!! y aprovecha que sí sí. La vida pasa volando y nunca es poco jejeje
Jejejejeje ya sabes que, si puedo, no me pierdo ni una, y bueno estando en Barcelona no puedo eludir pasarme por el BAM, aunque sea un rato. Fíjate que este año estaba poco motivada porque no había nada que me hiciera una ilusión tremenda y acabé disfrutando mucho, incluso creo que vi más conciertos que el año pasado!!!
EliminarHay que poner en la mesa agenda de conciertos ya!! :-)
La verdad es que son bastante originales para lo que suele oírse por estos lares, bravo por ellos por su valentía al atreverse con otro tipo de sonidos y atmósferas. La verdad es que es un placer absoluto cuando vas a un festival sin conocer a algún grupo de los que van y que acabe sorprendiéndote tan gratamente e incluso gustándote tanto o más que aquel otro que más te apetecía ver a priori. Además, a mí me pasa que en cuanto veo en directo a una banda que me fascina, desde ese momento ya los intento seguir y apoyar yendo a otros conciertos que vayan dando por los alrededores, sobre todo si son nuevos. un besín!
ResponderEliminarPues sí, Rebeca, las sorpresas en un festival siempre son lo mejor, te acuerdas toda la vida de ese grupo al que viste por sorpresa y te sorprendieron. Me pasa cada año en el BAM y es lo que dices, después quieres seguirles y verles, especialmente si es una banda nueva, como es el caso de esta, aunque ya van por el segundo disco creo que merecen más atención.
EliminarMe alegro de que te hayan gustado, si se pasan por Valencia ves a verles que si te gustó la canción en disco en directo te encantarán.
Un beso!!!