viernes, 9 de agosto de 2013

Especial Low Cost (III): Domingo / It's my cheating heart that makes me cry - Glasvegas

A punto estuve de contar todo lo del domingo del Low cost en la entrada anterior, pero la densidad de todo lo explicado el sábado bien merecía un post por sí solo. Tercer día de festival, la jornada que iba a ser un poco más tranquila, el cansancio era más que patente y ralentizó todos nuestros movimientos durante el día. Una comida exquisita y una larga siesta en la playa ayudaron a sobrellevarlo mejor, aunque mi voz se había quedado definitivamente en algún punto del recinto del Low cost, el "drama" de cada festival, ninguna novedad.

Entrada al recinto y primera parada, Glasvegas. Un grupo que me habían hecho conocer hace ya unos años y que por alguna razón no acabó de engancharme en sí mismo, incluso la escucha semanas antes de su disco me dejó un poco indiferente. Aún así tenía mucha curiosidad por verles en directo, y un comentario favorable de Sabino hizo que me animara a hacerlo. De hecho se medio solapaba con mis queridos L.A., por lo que tenía decidido irme a mitad de concierto si me aburría. Pero finalmente me quise quedar a ver el concierto entero. Porque sí, fue toda una sorpresa, un concierto de los que no te esperas que te llegue tanto y de esos tras los que quieres escuchar en disco al grupo en sí con otra perspectiva. Aún con las desafinadas de James Allan, desde la primera canción se mostraron enérgicos instrumentalmente y con un puntito de épica que me ganó a los pocos minutos. En un escenario principal mucho más tranquilo que los días anteriores, consiguieron metersenos a todos en el bolsillo con una ejecución muy efectiva de sus temas, aún notándose el bajón que suponen los de su segundo disco, y presentando algún que otro nuevo tema que no suena nada mal. Porque sí, su disco es el primero, homónimo, del año 2008, y en él es donde están las canciones que nos calaron a todos y nos metieron en su atmósfera. Como este "It's my cheating heart that makes me cry" que por una extraña parecí reconocer como de haberlo escuchado hacía mucho tiempo y que sin ser el más significativo recuerdo haber disfrutado mucho en directo. Un concierto del que guardo un gratísimo recuerdo y con el que la banda se ganó mi cariño.


Tras errar en el horario de L.A. y pegarme la carrerita para sólo enganchar el final "Outsider" y quedarme un poco frustrada, volví al escenario principal para el concierto de Love of lesbian, el único que ofrecían este verano en un festival. Un concierto que prometía ser de dos horas (como los que llevan haciendo en sala) y para el que el escenario se llenó de miles de jóvenes fans con un comportamiento un tanto molesto algunos,  de ellos, algo que desde el minuto cero me causó un cierto malestar que no pude evitar arrastrar el resto del concierto. Los que me conocéis sabéis que siempre he defendido a Santi Balmes y los suyos, que son una de mis bandas españolas favoritas y que les he visto en directo en contadas ocasiones. Quizás por el efecto de una mal llevada popularidad que les ha llevado a adulterar uno de sus mejores temas del último disco para el patético anuncio de cerveza de turno de este año no vi sobre el escenario lo que estaba acostumbrada a ver. Porque si uno de sus mayores potenciales era el directo, al menos en el festival demostraron que poco queda de aquello. Porque sonaron totalmente lineales, planos, todos los temas iguales, los movidos iguales que los más íntimos, sin crear más atmósfera que la que los cánticos de todos los asistentes creaban. Con una fila instrumental con el volumen bajado y casi desganada, sólo se escuchaba a Santi cantar. Quizás tuvieron un mal día, quizás la tecnología no estuvo de su lado y tuvieron algún problema, eso nunca lo llegaré a saber, aunque a muchos sí que gustaron por lo que he podido leer en diferentes crónicas. No lo pasé mal, siempre es un placer corear esas canciones que me sé de memoria y que me llegan al alma, aunque se centraron demasiado en sus dos últimos discos, incluso con algún patinazo en la selección de los temas. Pero me dejaron un sabor de boca bastante agridulce que me quitó las ganas de no volver a verles en directo en un tiempo. Una lástima.

He de decir que la última media hora de concierto no la vi porque tocaban uno de los grupos que más ganas tenía de ver, Toy. La banda inglesa que fue mi gran debut del pasado año tiene un estilo musical que en sí es difícil de llevar al directo. Pude estar casi en primera fila por el escaso número de personas que les presenciamos, eso sí, todos metidos de pleno en la atmósfera sonora con la que nos embadurnaron desde la primera canción, una atmósfera potente pero que peligraba hacer sonar todas las canciones igual. Algo que a momentos sí ocurría pero que no nos dejó con esa sensación final. Porque su concierto me transmitió sensaciones diferentes a las que me transmite el disco, más intensas quizás, que también disfruté. Muy concentrados en su sonido y procurando construir ese muro sonoro, fueron repasando todos los temas de su disco, que me hizo mucha ilusión escuchar. Una propuesta muy interesante en un concierto que me recordó a los pequeños conciertos del Primavera Sound (cosa que disfruté), que quizás por su dificultad aún les queda por pulir algo en directo pero muy prometedora.



Tras reunirnos otra vez decidimos quedarnos sentados a escuchar a Standstill, sobretodo por las ganas de Naiara de verles en directo. Mi recuerdo reciente del Cruïlla no me motivaba mucho a quedarme, todo sea dicho. Pero, cosas que pasan, lo que sentí fue muy, muy diferente. Quizás porque por fin escuché en directo "Adelante Bonaparte" y la preciosa "Por qué llamas a estas horas?" cuando ya estábamos a punto de irnos, quizás porque sacaron toda su potencia sonora y nos dejaron con la boca abierta, quizás porque la voz de Enric Montefusco estaba en plena forma. Fuera lo que fuera, nos quedamos y lo que vimos fue algo grande. Potente y sonoro pero melódico, experimental pero envolvente, finalmente me convencieron, sí, finalmente pude constatar lo que se me había dicho de que son muy buenos en directo. Una gran sorpresa y un gran final para el Low Cost.

Un festival que podría definir sus sensaciones generales como sorpresa. Tanto por muchos de los conciertos que presencié, que lo fueron, como para el festival en sí. Aún con algún aspecto a mejorar (como el tema baños, demasiado escasos para los que éramos), su carácter pequeño pero de grandes nombres en el cartel, su grandísima comodidad (sin grandes desplazamientos, lo que se agradece y mucho) y su buen ambiente, diverso, entusiasmado y distendido lo convierten en una muy buena propuesta festivalera para el verano, de excelente relación calidad-precio y a tener en cuenta para próximos años. No aseguro que repita, pero si se presenta un cartel tan bueno como el de este año en otra ocasión, quizás no tendré que pensármelo tanto. Aunque guardo tan buenos recuerdos de estos días, tanto musicales como extramusicales, que puede que todo sea una sensación sesgada. Sea como sea, fueron tres días muy, muy grandes, un fin de semana inolvidable en excelente compañía.

4 comentarios:

  1. La verdad es que para tener tan pocas ediciones, este año consiguieron un cartel buenísimo. No sé qué traerán en años posteriores, pero han puesto el listón muy alto. Lo peor, sí, los baños. Qué grimilla. Entré en uno el viernes en cuanto llegué por la tarde y ya no volví a usarlos en toda la noche :P Tampoco me gustó que se solaparan los conciertos, me hubiera gustado poder verlos todos y d algunos grupos sólo pude oír alguna canción suelta, aunque supongo que es lo normal en un festival de ese calibre. Abrazos!

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    1. Para mí el festival fue toda una sorpresa, no me esperaba tanto!! Yo ahora mismo no puedo decir si volveré, pero mirando los carteles de años anteriores siempre traen bandas que me gustan, así que lo tengo en mente por si pudiera repetir. Bufff lo de los baños sí que era horroroso, primero que el primer día nos volvimos locos buscándolos, jeje, y después que telita cómo estaban, jejejeje una que está acostumbrada a la "pijada" del primavera que están limpios toda la noche, ya supongo que debe de ser la excepción. Lo de los solapamientos al final es inevitable, es normal en cada festival, en el Primavera es toda una señora tragedia, y aquí no sé si decirte que daban aún más rabia porque no te los esperabas y te los encontrabas, pero bueno, es lo que tiene un festival, por desgracia no se puede estar en todo pero al menos no dejas de ver buenos conciertos.

      Muchas gracias por los comentarios, un abrazo muy fuerte!!!

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  2. Wow tienes recomendaciones geniales en el blog :D
    Algunos los conozco, otros no!
    Promete mucho :3
    Saludos!

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    1. Muchas gracias, espero que encuentres más cosas por aquí, bienvenido!!

      Saludos!!

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