jueves, 2 de mayo de 2013

My beloved monster - Eels

Eels para mí (al menos hasta hace unos días) eran una de esas bandas de las que conoces y te gustan muchas de sus canciones, aún teniéndolas totalmente desubicadas, pero no mucho más. Una de esas bandas que algo te dice que hay que ver alguna vez en la vida, de las que se huelen grandes directos. Con los años he ido conociendo más y más canciones, he ido explorando poco a poco su discografía, quedándome atrapada especialmente en sus primeros trabajos.


El pasado sábado 27 de abril se despertó gris y lluvioso, y así se quedó, perezoso y tranquilo, melancólico pero sonriente. Las canciones de Eels llenaron mi casa de sonido y parecían la banda sonora ideal para el día, calentando motores para la gran cita en la que por fin podría verles en directo. Un directo que en realidad se presentaba como toda una aventura para mí, ya que advertida como estaba de la deriva rockera de giras anteriores me creaban una cierta confusión. Me gustan Eels cuando se ponen rockeros, sí, pero quizás me gustan mucho más cuando se ponen melancólicos y romanticones. Qué riesgo, pero aún así, valía la pena probarlo. 


No quiso darnos la lluvia un poco de tregua a la hora de entrar en el concierto, cuando, cerveza previa, me reuní con mi amiga Esther y su amiga María, primera vez para las tres. Y primera vez para las tres en la recién reformada sala BARTS (antes teatro Artèria Paral.lel). Tras pelearnos con paraguas, bolsos, chaquetas y entradas, buscar el lugar idóneo para ver bien y explorar visualmente la sala, cerveza en mano, nos acomodamos para esperar a la banda de Mark Oliver Everett, alias Mr. E. Apareció él mismo primero de todo, empezando "Prizefighter" del "Hombre lobo: 12 songs of desire" mientras el resto de la banda iba apareciendo sobre el escenario, batería a la izquierda delante, dos guitarras y bajos detrás en línea, y el a la derecha delante de flamante directo. Todos ellos curiosamente vestidos con chandal adidas azul y gafas de sol, dando una de las primeras notas divertidas de la noche.


Formaron parte todos ellos de una escenografía sencilla pero efectiva y bella, en forma de una pantalla gigante detrás que cambiaba de tonalidad y que confería a cada tema un color diferente. Circularon por ella naranjas, rojos, violetas y azules, acompañados por alguna figura sencilla de tanto en tanto, dándole un plus visual al espectáculo sonoro, y sobretodo, una fuente inagotable de buenas fotografías.  


Arrancó el concierto y los primeros y potentes diez minutos, en los que sonaron también varios de mis favoritos de su último disco "Wonderful, glorious" como "Kinda fuzzy" y "Open my present", me desencajaron la mandíbula, atónita ante lo que oía y veía. Tras ese rockero inicio, preludio y señal de lo que predominaría el show, bajaron revoluciones con el pretexto de "tocar algo para las señoras", arrancándose con una bellísima "That look you give that guy" en la que la banda hizo los coros y una pausada y preciosa versión del "Dirty girl" del "Shootenanny" dando lugar al momento romántico que muchos esperábamos, aunque fuera casi único en la velada.


Dejaron claro que sí, que venían a presentar su último disco, que personalmente ganó puntos tras el concierto y del que tocaron "New alphabet" o la que le da título, pero también nos ofrecieron un repaso a toda su discografía, desfilando algunas de mis favoritas como "The sound of fear" del "Daisies of the galaxy" o "Fresh feeling" y "Souljacker, part I" del "Souljacker". Y tras el primer parón, en el bis llegó mi momento personal del concierto, ese en el que mi vello se erizó por completo al escuchar las primeras notas de esa preciosidad que es "My beloved monster" del "Beautiful freak", que combinaron en forma de acertado mashup con "Mr. E's beautiful blues", todo un lujo, uno de esos momentos por los que vale la pena pagar la entrada a un concierto.


Acabó el show, se encendieron las luces y muchos nos precipitamos hacia la salida o hacia los baños. Casi que podríamos considerar un golpe de suerte el haber tenido que esperar, porque de repente y sin esperarlo nadie reaparecieron sobre un escenario casi a punto de ser desmontado, con las luces de la sala normales, casi como si lo hicieran entre todos nosotros, en un improvisado (o quizás no tanto...) segundo bis en el que despacharon una enérgica y efectiva "Dog faced boy", broche final a una gran noche. 


¿Cuáles son los ingredientes qué convierten en mítica a una banda? Posiblemente, un sonido y personalidad inconfundible en sus canciones, un cierto eclecticismo, una voz característica y un líder carismático. Todo ello cumplido de la primera a la última línea por Eels, completado además por un grandísimo directo como el que pudimos disfrutar. Un directo en el que nos transmitieron la sensación de que se lo estaban pasando aún mejor que el público, si es que eso era posible. En el que durante hora y media larga nos hicieron bailar sin parar, sonreír, participar en su espectáculo e inundarnos de su sonido en todo momento (ayudado, todo sea dicho, por la estupenda sonoridad de la sala), chutándonos potente rock en vena. Y en el que Mr. E se mostró totalmente entregado al público y su banda, animándonos incansablemente a unos y mostrándose agradecido y cariñoso con los otros. Aún con un acentazo que dificultaba la comprensión de lo que quería transmitirnos, no quiso desconectar de nosotros en ningún momento.


Porque él es un showman y lo sabe, lo da todo en el escenario y, sobretodo, lo hace ver, nos lo quiere demostrar, mostrándose como ese pintoresco personaje que todos sabemos que es. Fuente inagotable además de curiosas anécdotas como su "renovación de votos matrimoniales" con su guitarrista Ched celebrando sus 10 años juntos en escena, o el abrazo "teletúbico" de todos los miembros de la banda de cara al final del concierto. 


Al día siguiente la música de Eels siguió llenando mi casa, poniendo banda sonora a la lluvia otra vez. Aún con las sensaciones de la noche anterior, rescaté algunas de sus canciones y me deleité también con las que me hubiera gustado escuchar. Sí que es cierto que eché en falta un poco más de esa vertiente tranquila que comentaba, probablemente no fuera la única, pero en fondo poco importa si nos ofrecen un buen concierto con tan buenas sensaciones. Que no nos importaría repetir.




My Beloved Monster by Eels on Grooveshark

8 comentarios:

  1. Ohhh, unos amigos marcharon a Madrid para verlos el día 28... Yo no pude y me quedé en casa, sniff. Veo que nunca fallan!

    Un beso

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    1. Yo es que era la primera vez que los veía y bueno, me llevé una gran sorpresa, la verdad. Lástima que te los perdieras, pero seguro que en unos añitos vuelves y ahora ya sabes de antemano que valen la pena.

      Un beso!!

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  2. Nunca he visto a Eeels en directo aunque siempre he intuido que deben tener una entrega impecable. Como no puedo repetir a ver si pronto me estreno, me gustan mucho.

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    1. Pues si te gustan estoy segura de que te encantarían en directo, a pesar de remarcar su lado más rock sí, tal y como se intuye tienen un directazo. Aunque lleven el mismo show a todos lados, algo extraño en una banda tan veterana pero que finalmente tampoco tiene tanta relevancia.

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  3. Pues yo descubrí que quería ir tarde, me quedé sin entradas (y mira que me figuré que se agotarían) por lo fieles que son los seguidores de EELS. Yo no, como tú me gustan momentos concretos, el resto no es que no me gusten, es que nunca me he puesto a fondo con toda su discografía.
    Pero como Maria y Sergio se intuye que son una de esas cosas que has de experimentar algún día en tu vida. Además lo cierto como tú bien dices, es que los mejores directos que he disfrutado estos últimos años son aquellos a lo que he acudido por intuición, sin ser erudito de sus carreras respectivas.

    Me alegro que los disfrutaseis y que descubrieras eso que uno no espera, el amor por el Rock. Eso mismo me pasó a mi y mi mujer con Chuck Prophet, lo del último trabajo es otro cantar porque es de esos discos que escuchas con miendo, pero que se enganchan de por vida. El buen Rock tiene eso, por clásico que unos crean que sea.

    UN ABRAZO!!

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    1. Es que volaron!! Siendo el lugar relativamente pequeño y ellos con tanto tirón era fácil de imaginar, nosotras las cogimos con mucho tiempo. Son una banda que aunque no seas el mayor fan, simplemente con que te gusten algunas canciones, puedes disfrutar mucho en directo. Como dices a veces vale la pena arriesgarse con cosas así porque la garantía de éxito está casi asegurada.

      Sin ser el rock en sí mismo mi género favorito se encuentra fácilmente el amor al mismo gracias a situaciones así, o cuando estuve viendo en septiembre a The dream syndicate. Es un género que, sin duda alguna, como más se disfruta es en directo, y siempre será así.

      Un abrazo!!

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  4. A mi me pareció otro conciertazo el de Madrid, por lo que leo muy parecido al de Barna. Pero, hay una cosa que has dicho que tienes razón, bordan las canciones rockeras, y mezcla de manera genial con las más tranquilas y melancólicas que son geniales.
    Ojo que el batería era un doble de "El Nota".

    Besos.

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    1. Es que me da que hacen exactamente el mismo show en todos lados. Y es que lo que dices es un reflejo de sus dos caras, inseparables la una de la otra, y que forman parte esencial del su inconfundible estilo.

      Buenísimo el parecido razonable, no había caído pero tienes toda la razón!!!

      Besos!!

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