Tanta música en la cabeza, tantas canciones y grupos nuevos rondando por mi mente, quiero escribir y no consigo escoger uno, me cuesta. Es viernes noche y por una vez no me apetece nada cañero, como casi todo lo que suelo escuchar últimamente. Quiero algo dulce que no sea muy lento, una voz femenina si no es pedir demasiado. Y de repente doy con esta canción, que conocí ya muchos meses en la radio y con las escuchas me ganó hasta volverme loca, y por qué no, me apetece pasarla por aquí y que acompañe este fin de semana tan tranquilo que me espera, en el que estoy sola en casa por primera vez desde hacía muchos meses.
Con un estilo muy difícil de definir, un pop con mil elementos de electrónica sin estridencias, ecos ochenteros de tanto en tanto, bastante experimentación y una voz muy dulce y calmada, tenemos a una cantante llamada Annie Clark que de buenas a primeras puede no dejar indiferente a nadie. Sus canciones rezuman originalidad y mil elementos por todos lados, se alejan de cualquier convención, aunque acaben tocando terrenos comunes y las referencias queden claras. Sus trabajos enteros, personalmente, me resultan un poco difíciles de digerir en su conjunto, pero en ellos siempre encuentro alguna que otra canción deliciosa, como esta que hoy nos ocupa. Quizás se necesite un poco de paciencia y quizás algún día me acaben encantando, quizás ahí se quede. Y por lo que he leído, en directo es una pasada. A finales del año pasado sacó el que sería su tercer disco tras dos EPs, titulado "Strange mercy", al cual pertenece esta canción. Un tema que tiene todos los elementos que caracterizan su estilo pero no sé qué tiene pero me hace sonreír, me hace soñar y me resulta irresistible. Espero que os guste.