Volvamos a ser niños por un día. Salgamos esta tarde a las calles, abarrotadas de gente, intentemos olvidarnos por un momento del delirio consumista que empapa todos los rincones de la ciudad, acerquémonos a las cabalgatas de Reyes y fijémonos en las expresiones de los niños que las presencian. Observemos esos ojos abiertos ante la ilusión, esas sonrisas inocentes, escuchemos esas preguntas tan bonitas que les hacen a los padres que pacientemente los tienen sobre los hombros. Y, a través de ellos, recordemos que nosotros hemos estado así en algún momento de nuestras vidas, todos hemos deseado que nuestro padre nos subiera a sus hombros o en brazos para estar más cerca de nuestro Rey favorito, todos le hemos gritado intentando coger algún caramelo. Recordemos esas noches de nervios e ilusión, esas cartas que escribíamos, esos dibujos que les dejábamos (y que muchos años después, entre lágrimas, descubríamos entre las reliquias y recuerdos de nuestros padres), la leche y las galletas para los camellos, el miedo al humillante carbón (que, al fin y al cabo, resultaba finalmente dulce) y esas artimañas que se montaban para hacernos mantener la ilusión hasta el último momento.
Sintamos de nuevo esa magia, soñemos, olvidémonos de todo y por un día pidamos todos los deseos que nos vengan a la mente, quizás alguno se cumpla. Volvamos a tirarnos por el suelo intentando atrapar el mayor número de caramelos, no hay nada tan divertido como eso. Con nuestros padres, familiares, o nuestros amigos si estamos lejos de casa, con aquellos a los que queremos y con quien queremos compartir un momento tan bonito. Volvamos a casa y comamos el roscón de reyes con chocolate, con las sorpresas que depara. Y sobretodo sonriamos, agradecidos porque alguien nos hiciera sentir esa magia y esa ilusión cuando éramos niños. Alguna razón habrá para que las cabalgatas de reyes casi estén más llenas de adultos sin niños que de niños.
Y para acompañar todo esto, una canción dulce, tranquila, que nos deje espacio para soñar y nos permita evocar todos estos sentimientos de dulce nostalgia. Hace varios días rescaté al delicioso dúo francés Cocoon repasando mis canciones del 2011, y escuchando el disco que contenía "Chupée" decidí que tendrían el privilegio de aparecer por aquí en la vigilia de este día tan especial. Y ya lo sabéis, a dormir pronto y a dejar los zapatos bien visibles en la ventana, no sea que pasen de largo. Que tengáis unos muy felices reyes.
No veas lo mal que lo pasabamos en burgos pensando que los camellos se congelarían y no serían capaces de llegar :p así que nada de leche, les dejabamos bebidas espirituosas y con alto contenido alcohólico para que retomaran fuerzas.
ResponderEliminarYo iba siempre a la cabalgata con mis abuelos pero apenas si tiraban caramelos, no se si era la pobreza de los 70 o que en castilla son muy ratas, para eso nada como la cabalgata de arroyo de la miel (malaga) donde sin problemas coges uno o dos kilos de caramelos (por persona). Este año me la pierdo que tengo una quedada de despedida :( en mi pueblo también son muy generosos y la cabalgata es especial porque está preparada por cada colegio, cada uno tiene su carroza y son todo niños.
Pásalo muy bien :)
Un beso.
Esa ilusión es imborrable, a mí Baltasar me dio en mano una armónica cuando yo tenía seis años, suavidad muy bella nos has puesto hoy, tiene magia así que me gusta en solitario y para este día,un abrazo y buen día de reyes!
ResponderEliminarViola, ya me imagino, ya me imagino todos los niños en Burgos sufriendo por ello, qué angustia, jeje. Sí sí... bebidas espirituosas, ya me imagino quienes debían ponerlas, qué excusa para pillarse una buena cogorza!! :-p
ResponderEliminarNo sé si decirte que lo mejor de las cabalgatas son los caramelos y no te negaré que cuantos más caigan, mejor te lo pasas. Aquí en Barcelona son un poco ratillas, la verdad, en Palma y en Málaga siempre he cogido muchos más, pero es bonita. Como tiene que molar la de tu pueblo, eso es muy bonito, al fin y al cabo es una fiesta para los niños, y los que nos queremos sentir niños por un día. Espero que te hayan traído muchas cosas!!
Un besazo!!!
PD: cuando vuelva de los Pirineos te contesto al mail :-)
Silvo, qué bonito recuerdo, eso no se olvida nunca, más que nada por la ilusión con la que lo recibiste. Me alegro de que te gustara la canción, espero que hayas tenido un buen día de reyes, un abrazo!!
ResponderEliminarQué bonico. Tengo la suerte de vivir de cerca la infancia de mi prima Noa, 20 años más peque, y gracias a ella hay un montón de cosas que redescubro desde la óptica de ún crío. Como la ilusión de los reyes magos, aunque la cabronceta con 4 años ya hace unas preguntas inquisidoras que buff, vaya miedo.
ResponderEliminarJMHulme, muchas gracias. La verdad es que no sé si me quedó bonito o no, pero te confesaré que se me cayeron las lágrimas mientras escribía este texto, demasiada nostalgia. Yo no tengo demasiados niños a mi alrededor, y no te pienses que soy muy fan de los críos en general, pero sólo por cosas como estas me encantaría tener un sobrino o sobrina, que es un poco difícil que tenga porque no tengo hermanos... en fin. Lo que sí que tengo claro es que si algún día tengo hijos, les pienso hacer vivir todo esto con la mayor intensidad e ilusión posible, para que guarden tan buen recuerdo como yo de mayores. Y sí... telita con las preguntas de los niños. Yo con la poca mano que tengo con ellos se me queda una cara de gilipollas que no veas, jejeje.
ResponderEliminar