miércoles, 4 de diciembre de 2013

Confidence - The dodos

Mi historia con The dodos es curiosa aunque más habitual de lo que parece. Algunos quizás la recordaréis por haberlo comentado en algún momento, pero mi primer contacto con la banda, a través de la recomendación de su segundo disco, "Visiter", no tuvo muy buen resultado. Quien me los recomendó, allá por finales de 2010, me los vendió como una banda folk de sonido setentero que, aunque bien me lo pareciera, se me hizo un tanto dura de escuchar. Pero llegó un día en el que casi de pasada les vi en concierto y algo me debieron transmitir en directo porque mis impresiones sobre ellos cambiaron en pocos minutos. Y con ello, todo aquello que me chirrió de ellos en principio fue suavizándose y, no sólo eso, sinó que, escuchando sus dos discos posteriores, acabé cayendo bajo el embrujo de ese sonido folk revestido de potentes ritmos tan marca de la casa. Poco pude hacer a partir de entonces más que rendirme a sus pies.


Todo ello llevó a que este año, tras la publicación de su quinto disco, el notable "Carrier", se me brindara la oportunidad de ir acreditada a verles en concierto el pasado 8 de noviembre y tuviera muchísimas ganas de volver a disfrutar de su directo. Mejor aún estuvo que mi amiga Adriana me acompañara (y que por mi olvido del móvil en casa, hiciera ella las fotos del concierto). El contexto, una sala pequeña y de carácter familiar, la BeCool, cuyo diminuto escenario a menos de medio metro del suelo le confiere a los conciertos un cierto cariz de recital de salón (si no fuera porque el alrededor te recuerda que estás en una discoteca, claro). Las impresiones que tuve del mismo, obviamente casi cogidas del texto que escribí para Crazyminds en su momento.


 Aunque los miembros oficiales del dúo son Meric Long (voz y guitarra principal) y Logan Kroeber (batería), estuvieron acompañados detrás por el motivado guitarrista y teclista Joe Haege. Arrancó el concierto con con algunos (típicos) pero leves problemas de sonido que enturbiaron un poco las iniciales y preciosas "Confidence" (escogida para acompañar estas líneas) y "Substance", del último trabajo de la banda. Nada que no se arreglara rápido y en realidad no tan grave como para que no nos metiéramos del pleno en el concierto a los pocos minutos de comenzar, aunque el hecho de que Meric se aventurara a pronunciar cuatro agradecidas palabras en catalán fuera ya la guinda que le hizo meterse a todo el público en el bolsillo, ayudado por la simpatía y el desparpajo de Joe Haege, que parecía el que mejor se lo estaba pasando sobre el escenario de todos.


Podríamos derfinir el particular sonido de la banda como un combinado de pop-folk de dulces melodías acompañado por marcados ritmos compuesto de polifonías vocales, guitarreos potentes y un intenso y acompasado ritmo de batería. Si algo quedó ligeramente supeditado en su concierto, fue el aspecto vocal. Las melodías sonaron muy bonitas, eso sí, correctas, reconocibles y coreables, con micrófono extra de Meric para dar un carácter diferente a los "He!!" que de tanto en tanto aparecen en las canciones. Pero sin duda los grandes protagonistas fueron los aspectos instrumentales. Las guitarras de Meric y Joe sonaron contundentes, con los punteos de cada canción fortalecidos con la intención de darle energía al conjunto, de llenar de sonido la sala. Pero sobretodo, de construir el cojín sonoro adecuado para el gran protagonista de todo ese festival de sonido: la batería de Logan Kroeber.


Porque si aquí hay alguien que se llevó la palma en el concierto y, en definitiva, hace de la música de The dodos algo muy especial y de su directo algo inolvidable es indudablemente esa batería. Una batería de la que salieron todo tipo de ritmos. Inquietos, intensos, asincopados, irregulares, de compás cambiante y, sobretodo, enérgicos. Que hacen que los temas no se queden en el típico esquema de la canción pop sinó que vayan mucho más allá y se metan en el terreno de una experimentación muy llevadera. Que los lideran y dirigen hacia diferentes terrenos melódicos, que te envuelven y se te meten en la cabeza provocando un involuntario movimiento del que, aunque difícil de seguir por sus inesperados cambios, no puedes deshacerte tan fácilmente. Todo ello potenciado en directo, haciéndonos partícipes de la concentración de Logan, sabedor de su papel esencial en el conjunto.


Una batería de la que nace un festival de ritmos imparable, juguetón, que fue el alma del concierto y que, conscientes de ello, la potenciaron y explotaron casi hasta el límite. Que hizo que se dejaran en el tintero algunos de sus temas emblemáticos más suaves y dulces como "Acorn factory" (o casi todo el tercer disco, "Time to die", injustamente denostado y aparentemente olvidado del directo actual), pero que perdonamos porque quizás romperían la atmósfera rítmica que pretenden crear en sus directos.


En una hora y cuarto que se me hizo corta y creo que un tanto escasa para un grupo con tal trayectoria, sonaron sobretodo los temas de su último disco, como las mencionadas "Confidence" (escogida para acompañar estas líneas, por representar nítidamente el sonido y el espíritu de todo el disco) y "Substance" junto con otras como "The current" o "Stranger", aunque también dejaron hueco para algunos de "No color", su anterior trabajo, como "Black night" o "Good", y por supuesto para el mencionado y considerado como  emblemático "Visiter", del que fueron celebradas "Red and purple" o esa apoteósica y esperada "Fools" con la que cerraron el concierto.


Los de San Francisco son una banda única, con un sonido que de primeras no resulta fácil, pero en el que una vez que entras resulta fascinante, tal y como he dicho al principio que me sucedió a mí. Por las formas de sus canciones, por sus contrastes entre melodía suave de tendencia folk y ritmo intenso de base, por su experimentación, porque con todo ello crean un universo sonoro difícil de encontrar en otras bandas. Es por ello que su propuesta resulta de lo más interesante y que vivirla en directo es toda una experiencia musical recomendable a todo aquel que busque algo de aire fresco en el panorama musical actual. Personalmente, me fui feliz de que quien me acompañaba, que casi no les tenía escuchados, disfrutara también de ellos. Nunca es tarde para descubrirles.

2 comentarios:

  1. Buena crónica del concierto, si siguen así seguirán llegando a más gente, lo que te paso a ti le puede pasar a más, normalmente si alguien gusta en directo es raro que luego que escuchando sus discos no

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    1. Boris, la verdad es que a mí me conquistaron en directo, es el lugar en el que acaban por ganarte del todo. Son un poco difíciles por sus juegos con los ritmos, pero son muy buenos. De todos modos te diré que también les escucho bastante en disco, porque a veces mueres por ver a alguien en directo pero después no te pones a escucharlo en disco, es curioso

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