viernes, 13 de diciembre de 2013

Definite door - The posies

Esta vez sí que va a ser difícil escribir una crónica en condiciones, porque, siguiendo la línea, ha pasado ya un mes desde que tuve la gran oportunidad de ver a The posies en directo, dentro de la gira española que se marcaron el pasado mes de noviembre. En realidad diré que fui, en parte, incentivada tanto por mi amiga Adriana (compañera incansable de conciertos esta temporada) como por el gran Johnny Dibud, que además de mostrarme los dos discos que iban a tocar en esta gira, me recomendó fervientemente que no me los perdiera, convencido de que me iban a gustar. Tampoco negaré que toparme con un vídeo en directo para la KEXP de su temazo más emblemático,"Solar sister", me acabó de convencer. Dulzura pop y guitarreo intenso, ingredientes suficientes como para que me conquistaran (aunque ya conocía alguna canción de antes, todo sea dicho).


Llegó el día y nos reunimos con mi compañero crazyminder Jordi, que iba acreditado, y su amiga Anna. La sala 2 de la Razzmatazz, que reconocí a los pocos minutos como la que alberga la sesión más electrónica (e insoportable, todo sea dicho) de la misma discoteca, se fue llenando sobretodo con público que debió vivir en su momento la publicación de los dos discos que protagonizaban esta gira: el "Frosting on the beater" de 1993 y el "Amazing grace" de 1996. Toda una reivindicación del sonido noventero que se perpetuó sobre el escenario con toda la maestría posible en una banda con más de veinte años de trayectoria. Pero mejor no adelantaros las conclusiones, que queda bastante por explicar.

  

Aparecieron Dan Auerbach y Ken Stringfellow y se colocaron delante, cada uno con su guitarra, como indiscutibles co-frontmans impensables el uno sin el otro, coordinados y complementados desde el primer momento. Empezaron el concierto interpretando el "Amazing grace" junto con los mismos músicos con los que grabaron el mismo, Joe Bass al bajo y Brian Young a la batería, ambos con aspectos de lo más curioso. Y todos juntos, desde el minuto cero, todo un derroche de energía guitarrera y ganas sobre el escenario, imparables. Acompañados por los sonados proyectiles bucales que el amigo Stringfellow de dedicó a ir soltando a lo largo y ancho del concierto y que debieron sufrir los que se encontraban en las primeras filas. Sonando claros y contundentes, los instrumentos en su sitio y las voces en estado de gracia, en preciosa combinación y polifonía. Empezar con "Daily mutilation" puede ser infalible y fatal a la vez si no es en buenas condiciones, y afortunadamente el balance fue hacia lo primero y se nos metieron a todos en el bolsillo al segundo.


Iban pasando los temas de un disco quizás más duro y seco que su compañero de gira. La mayor parte del público, masculino superando posiblemente el 65% del mismo, demostraba saberse casi al dedillo las canciones, como viejas conocidas de las que no olvidas la letra y eres capaz de recitar años después de haberlas machacado. Se sucedieron canciones como "Ontario", "Please return it", la preciosa "Precious moments" con (si no recuerdo mal) Ken Stringfellow a los teclados o "Everyone I know it's a fucking liar". Acabó esta primera parte del concierto con los dos líderes solos luciendo sus bonitas voces y dando lugar a un momento de carácter más íntimo, sirviendo de paréntesis y punto y aparte para la segunda parte. Disculpadme si no recuerdo exactamente qué canción fue la que tocaron en ese formato.


Tras un brevísimo descanso, reaparecieron en el escenario con banda nueva. Tal y como habían hecho para el otro disco, salieron acompañados de los músicos que participaron en el "Frosting on the beater", el bajo Dave Fox y el batería Mike Musburger. Igual que los anteriores, con aún más curiosos atuendos que dieron lugar a más de un comentario de parecido razonable entre nosotros. Llama la atención el orden elegido para los discos en el concierto, ya que este es anterior al primero que presentaron. Pero quizás todo responda a dos aspectos; resaltar el carácter más enérgico del "Amazing grace" y con él levantar el inicio del concierto; y después dejarse las joyas que contiene el "Frosting on the beater" para la segunda parte. Todo un acierto, sin duda, dejar lo mejor para el final, ya que aunque el primer disco presentado es muy bueno, quizás yo me quede con el otro. Por algo será que al final parece ser su trabajo más emblemático.


El arte de resumir lo mejor de la esencia de una formación en doce canciones. Donde se desatan y brillan los contrastes comentados al principio entre dulzura pop y garra guitarrera, energía y carácter desenfadado. Sus temas fueron altamente celebrados, sobretodo ese esperado "Solar sister" que puso patas arriba la sala demostrando la grandísima canción que es. Fueron desfilando todas y cada una de las joyitas del disco, como "Dream all day", la deliciosa "Burn & shine" o la más deliciosa aún "Definite door". Una canción que me robó el corazón desde la primera escucha y que en directo me puso los pelos de punta y me sumergió en su energía progresiva y sus cambios, su bonita melodía, su gran riff de guitarra, toda ella. Magia guitarrera en cuatro minutos, de la que recuerdo cómo empezaron con el guitarreo inicial los dos juntos delante del todo, antes de irse cada uno a su micrófono para cantar la canción. No podía ser otra canción la que acompañara estas líneas.


Se hicieron las dos horas y pico de concierto y aún estábamos ahí. Se despidieron con "Licences to hide", de su último trabajo, y nos dejaron con los pies machacados de estar de pie pero felices de haberles acompañardo, de haber sido cómplices de sus canciones, de haberlas celebrardo, bailado y cantado en la medida de lo posible. Probablemente todos aquellos que fueron en llamada de la nostalgia noventera y de su juventud quedaron maravillados, pero también aquellos más jóvenes que no les conocimos en su época y les disfrutamos como enanos. No cada día se tiene la oportunidad de ver en directo la experiencia sobre el escenario y el temple que da hacerlo desde hace tanto, y menos aún con canciones tan redondas.


Porque dan lugar a conciertos que son auténticas experiencias musicales, que te llenan y te elevan, que percibes de una manera distinta a la habitual, especialmente a los que estamos acostumbrados a ver grupos más nuevos. En definitiva, una gran oportunidad que fue aprovechada y disfrutada con creces, y que no me importaría repetir. Larga vida a The posies.



PD: si queréis una crónica un poco más profesional, os dejo enlazada la que escribió Jordi en su momento para Crazyminds, que resume de maravilla todo lo vivido esa noche.

4 comentarios:

  1. Ya tenía ganas de leerla, un placer, me alegra servirte de incentivo para un concierto de este tamaño. Besets.

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    1. Ya sabes que eres uno de los causantes de todo esto, no tengo más que agradecerte tanto la recomendación como los discos, especialmente el "Frosting..." ha sido uno de mis mayores descubrimientos, muy grande. Espero que te haya gustado lo que escribí sobre el concierto, más impresiones que otra cosa, lo que tiene la memoria.

      Besets!!!

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  2. ¡Qué suerte poder disfrutar de un concierto como este! Gracias a tu entrada yo lo he disfrutado también.
    Abrazos.

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    1. Muchas gracias MucipA!! Madre mía no sé cómo después de un mes fui capaz de escribir algo más o menos coherente, y sí, fue todo un privilegio ver algo así, muy grandes!!

      Un abrazo y me alegro de verte por aquí!!!

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