Por mucho que a lo mejor el día se ponga raruno y de repente las lluvias hagan acto de presencia y la temperatura bajé un tanto, llega esta tarde oficialmente la ansiada primavera. Por mucho que estas últimas semanas hayan sido un auténtico aperitivo de la misma, por mucho que ya hayamos empezado a enterrar bufandas y jerseis gordos, aún faltaba que hiciera acto de presencia de verdad y dijera aquello de "Aquí estoy yo". Pues, como cada año, bienvenida sea, motivo de celebración y de alegría, por mucho que no nos dé la bienvenida como esperamos, se lo perdonamos.
Porque la primavera es renacimiento, son tardes cada vez más luminosas y largas, ganas de tomar el sol sin achicharrarse, verde y flores de mil colores por todos lados, hora de desenterrar la ropa más fresca y volver a meter progresivamente los abrigos en buen refugio. Tiempo de sonrisas, de alegría, de tener más ganas que nunca de aprovechar el día y hacer mil cosas, de cerveceo y terrazas, de primeros y fríos baños en el mar y paseos por la montaña. No puedo evitarlo pero me pone de tan buen humor que no puedo pasar sin clamarlo a los cuatro vientos ni celebrarlo.
Para ello, una canción que me mueve y me pone de muy buen humor. Unos chavales franceses de la Kitsuné, que beben directamente y sin complejos de mis adorados Phoenix, pero con un toque quizás más fresco, más juvenil, incluso más electrónico si me apuras. Con unas ganas tremendas de hacernos bailar, sin inventar la fórmula de la Coca-cola pero sonando de maravilla. Con el tema que me los ha hecho conocer, a espera de la publicación de su disco de debut. Espero que os guste.
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