Sin capacidad de pensar, ni ganas, mente en blanco, ojos al frente. Ese estado tan difícil de conseguir, que tanto tiempo hacía que no alcanzaba, y que sorprendentemente he hallado. Sin buscarlo, pura necesidad que lo ha traído consigo. Devaneo entre comidas abundantes y deliciosas, horas y horas de lectura, largas conversaciones y reencuentros, teléfono sólo usado en momentos puntuales, consulta del correo del trabajo una vez al día, no fuera caso que, ley de Murphy al frente, algo importante sucediera. Desconexión mental sin desconexión tecnológica, qué más da, hasta que me canso, más pronto que de habitual.
Mediterráneo inusatadamente gris en plena primavera, frustración de sol, pero sin importancia. Ya nada importa, ni planes que no salgan bien, ni previsiones que no se cumplan. Sólo dejar fluir el tiempo y dejarse llevar por él, hacer lo que apetezca en cada momento, disfrutar de los que me rodean, hundirme en largas mañanas de sueño y aún más largas tardes de siesta. Y para acompañarlo, me viene a la cabeza un dulce y alegre tema de Josh Rouse, en su nuevo proyecto junto con The long vacations, un tema para el cual se dejó empapar del espíritu mediterráneo de las tierras valencianas que le hospedan. Otro tema más para sonreír, que no es poco. Porque no hay necesidad de nada más. Espero que os guste.
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