La vella ferida / El camí més llarg / Ningú m'espera - Mishima

A falta de canciones esta semana, tres para el fin de semana. Bueno, en realidad, un pretexto para excusarme de hacerlo, pero la razón principal es definir con tres canciones un disco, una novedad, que desde que entró por mis orejas hace cosa de dos semanas no he podido dejar de escuchar ni un solo día. Si no los habéis escuchado antes, os invito a hacerlo ahora, seguro que a más de uno le hago un buen descubrimiento. Puede que sea muy precipitado decir que va a ser uno de mis discos de este año, y si me apuras, uno de LOS discos de este 2012, pero algo me dice que va a ser así. Porque pocas formaciones consiguen mostrar una evolución tan brillante como la de este grupo catalán que, sí, lo sabéis, es una de mis debilidades más acusadas. Si en su anterior entrega, "Ordre i aventura", parecían haber llegado a la cúspide y ganar popularidad y relevancia, no sólo en Cataluña sinó también en el resto de España, con este sexto trabajo, titulado "L'amor feliç", consiguen superarse aún más, si era posible. Superarse en melodías, en juegos rítmicos, en desarrollos, en matices, en contrastes, e incluso en los textos de las canciones, creando un conjunto fantástico de principio a fin, acompañado en todo momento de esa voz tan bonita que tiene David Carabén.

Empezando el mismo con toda una declaración de intenciones. Un piano rítmico que pone la batuta, una guitarra 100% Mishima para un inicio lleno de energía, que de repente relaja el ritmo por un momento, para volver a retomarla, y establecer con ello el esquema de toda la canción. Un esquema que se rompe de cara al final con una coda más tranquila y melódica, que culmina con una espectacular guitarra y finalmente reposa de manera suave y melancólica, voz y teclados. Posiblemente una de las canciones más redondas, musicalmente, del conjunto. Y acompañada, además, por un punzante texto con el que es fácil haberse sentido identificado en algún momento de nuestras vidas. Porque quién no ha sentido cómo una vieja herida volvía a abrirse, quién no ha sentido como si el tiempo no hubiera pasado, quién no ha vuelto a sentir cosas que parecían haberse olvidado. Esas cicatrices que, sin saberlo, quedan tan abiertas "que todo el universo parece volcarse en ellas" (Que de tan oberta, tot l'univers s'hi abocava), como dice la canción.



A mitad de disco nos encontramos de repente otro tema que empieza rítmico y potente pero enseguida adquiere un delicioso carácter pop que le acompaña durante todo el resto de canción. Un tema más sencillo musicalmente, pero con algo que engancha. Y que estalla al final con una preciosa coda coral, en la que se superponen y contrastan los dos mensajes más importantes de la misma. He de confesar que quizás lo que más me llamó la atención al escucharla fue aquello que nos cuenta, porque yo misma, en el pasado, he tenido épocas de coger el camino más largo para volver a casa (Sempre agafes el camí més llarg per tornar a casa), de encontrar por el camino siempre algo mucho más interesante que lo que nos espera (En el camí de casa qualsevol obstacle em meravella, el destí és una promesa i és tan bonic com una estrella), de buscar aquello que nos evade (En dir que el següent Gin Tonic, sempre és la millor de les dreceres), que quizás algún día quien nos espera se canse de hacerlo (Que està fins als collons de tu), aunque quizás sea lo que deseemos. Algo que puede ser una pequeña señal de infelicidad, o un grito de socorro. Un tema, para mí, de los que "hacen pupa" pero que, en una obra de un cierto masoquismo, me gusta escuchar una y otra vez, posiblemente como purga emocional.

Y finalmente, la última canción del disco. Un grito desesperado, con ciertas reminiscencias a algunos de los temas de DeVotchKa, tranquila pero intensa, con un cierto aire mediterráneo, que va ganando intensidad rítmica a medida que pasan los segundos. Quizás el tema más emocional de todo el conjunto, posiblemente también de los más sencillos musicalmente, con una letra breve pero igualmente intensa, un canto por todo lo alto a la pérdida del miedo a la soledad (Ningú m'espera, però avui ja no tinc por), a ese día en el que de repente ya no nos importa, somos capaces de enfrentarnos a ella e incluso disfrutarla, por qué no.



Si además, una tiene el enorme privilegio de estar en el estreno en directo de estas mismas canciones, en el primer concierto de la gira que las presenta, y comprobar que suenan igual de impresionantes o más, la impresión final del disco no puede ser mejor. Porque el jueves por la noche tuve la oportunidad de ver esto en la sala Salamandra de Hospitalet de Llobregat con mi amiga Esther, tan entusiasmada como yo y compartiendo las mismas favoritas que yo. Un concierto que, como definieron ellos mismos, era en realidad una especie de ensayo general de esa misma gira, que oficialmente arrancaba hoy en Girona. En el que presentaron estos y algunos temas más del disco, repasando además los más emblemáticos de su discografía en catalán, incluso experimentando con los mismos, con tal de que no sonaran igual que siempre y darles un nuevo carácter. Un gran concierto, muy especial, en el que demostraron que, si no son la mejor banda de pop-rock catalán y en catalán, no están muy lejos de serlo. Porque son muy grandes.

Canciones anteriores:
- Guspira, estel o carícia
- Qui n'ha begut
- La tarda esclata