Por una extraña razón, quizás provocada por el hecho de no poder llevar los auriculares en esos momentos, cuando voy en bicicleta por Barcelona me entran unas ganas tremendas de ponerme a cantar. De hecho, muchas veces lo hago, en voz bajita y como para mis adentros, aunque seguro que más de uno se giró en algún momento pensando de donde viene ese deforme susurro melódico. Suelo seguir aquello último que venía escuchando antes de coger la bici, o lo que tenga en la cabeza ese día. La mayor parte de las veces simplemente tarareo, si no conozco o no recuerdo la letra, aunque otras hago un mix entre lo que recuerdo y lo que no, tanto en español como en inglés. A pesar de que no tengo demasiados problemas con el inglés, me es más fácil memorizar canciones en español, por lo que cuando topo con algo en español que me encanta, es un placer poder pasar la barrera del tarareo sobre dos ruedas, esperando que poca gente más me escuche. Y es lo que me sucedió ayer por la tarde con esta banda.
Curioso nombre el de la misma, como curiosa es su propuesta musical. Procedentes de Madrid, son una de esas formaciones multitudinarias y multiinstrumentales con un estilo realmente difícil de definir. A medio camino entre el folk coral y el pop más dulce y sencillo, con elementos de experimentación instrumental, tradicional y electrónica, la sensación general que nos transmiten sus temas es un innegable buen rollo. Música no comercial mucho más allá de la simple etiqueta, por lo que quizás no resulten fáciles de asimilar para todo el mundo, y pueden parecer incluso ridículos para según quién, pero a mí no sé qué tienen que me han atrapada por completo. Aparecieron el año 2008 cantando en inglés, publicando su primer disco dos años más tarde. Pero en su último EP, "Estela castiza", de este año, cambian de idioma y se pasan al español. Y del mismo, un pequeño álbum lleno de matices, experimentación y buenos sentimientos, procede esta canción, la que me los hizo conocer gracias a la radio hace un tiempo. Un precioso tema que me pone de muy buen humor, con dos partes muy diferenciadas, coral la primera y guitarrera con garra la segunda. Uno de esos que ganan y enganchan con las escuchas, si os dejáis llevar por el mismo, a ver qué os parece.
Grande lo de "deforme susurro melódico" jejeje.
ResponderEliminarLo que hago yo cuando cojo la bici es silbar, aunque en realidad también lo hago cuando voy caminando por la calle. De hecho, acabo de darme cuenta de que más o menos silbo siempre que no estoy escuchando música. A diferencia de ti pocas veces sé qué canción estoy destripando, hasta horas o incluso días después que me doy cuenta con horror de que se me ha pegado el úlltimo single de la Katy Perry.
Y hasta aquí la true personal story de hoy xD
Buen rollo, estoy completamente de acuerdo que es lo que transmiten HATEM. SObre todo, encima de un escenario!
ResponderEliminarJMHulme, ya ves, estuve inspirada con esa frase, jeje, no me suele suceder cada día!! Pero es la mejor descripción que se me ocurre a algo así.
ResponderEliminarMe encanta la true personal story de hoy, qué afortunado eres de poder silbar, yo ni que lo intente no soy capaz de dar una nota en silbido, me parece algo imposible, por lo que admiro de veras a quien puede hacerlo. Tiene que molar silbar yendo en bici, supongo que lo que nos pasa es que en el fondo no podemos vivir sin música a nuestro alrededor, así que... a falta de mp3... buenos son tarareos y silbidos, no?? Ahora... me parece de lo más curioso que no controles lo que silbas, jeje.
iaGo, qué suerte que los hayas visto en directo, tienen que ser una pasada, tienen pinta, estas bandas tan multiinstrumentales son una gozada de ver en directo. Afortunados los que puedan ir a ver a Fanfarlo y tenerlos a ellos de teloneros, en Bcn por desgracia no será así, qué se le va a hacer!!
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