Ayer por la noche tuve una experiencia muy bonita, difícil de explicar y de haceroslo entender. Gracias a mi amiga Lidia, que había conseguido las invitaciones y tuve el privilegio de ser la persona escogida para acompañarla, estuve en el exclusivísimo Círculo del Liceu, un lugar precioso que te hace sentir como si hicieras un viaje atrás de 150 años. El motivo era acudir a una charla de Ramon Gener, un cantante de ópera que hace un programa interesantísimo y muy ameno sobre ópera en Canal 33, adecuado para todos los públicos y en un formato muy moderno. Aunque me encanta la música clásica, la ópera no es que sea mi género favorito, pero el programa en sí me gusta muchísimo. La clave del mismo está en las habilidades como comunicador del presentador, y fue una gozada escucharlo. Porque esas mismas habilidades fueron demostradas con creces al explicarnos una pieza de música clásica contemporánea, que para que os hagáis una idea os puedo decir que es de esas cosas que cuestan mucho de escuchar, y hacernosla entender y ver de otra manera. Una de las cosas más interesantes que comentaba, respecto a la misma, y haciendo un paralelismo con la música moderna, era el hecho de la necesidad de abrir nuestros oídos a cosas extremas, de darles al menos una oportunidad, para al menos juzgar si nos gustan o no.
Ya sabéis que no soy la persona más adecuada de hablar sobre ello. En algunos géneros, como la electrónica, hay cosas que se me hacen dificilísimas de digerir, incluso de darles una oportunidad. Me cuesta y creo que me seguirá costando siempre, aunque intentaré al menos dar una oportunidad a todo aquello que, de primeras, pueda costarme. Por ello me vino a la mente un popularísimo tema de la banda francesa Air, de su mítico "Moon safari" del año 1998, al que finalmente acabé claudicando de adolescente, reacia como era (y sigo siendo) a sonidos electrónicos. Un tema y una música que de primeras rechazaba, pero que por una extraña razón pasó a gustarme muchísimo y a convertirse en una de las canciones de mi adolescencia. Por su poder evocador, su sensualidad y la sensación de calma que transmite, se me antojaba por entonces y se me sigue antojando ideal para acompañar días lluviosos y noches otoñales como estas que estamos teniendo. Así que se unió climatología, recuerdo y experiencia vivida anoche poniéndome en bandeja esta canción.
Me esperan días muy, muy movidos, entre conciertos de los que prometo crónica y visita de mi madre, y aún no sé si podré escribir o no. Quizás quede aparcado el blog hasta el domingo, quizás hasta el lunes, o quizás mañana me de tiempo a escribir crónica del concierto de Fanfarlo, ya lo iré viendo. Por ahora, os dejo con este tema, que espero que disfrutéis.
Canciones anteriores:
- My playground love
Yo me quedo con la versión (que colgué en su día) de Franz Ferdinand, aunque al César lo que es del César, Air la compuso.
ResponderEliminarUn beso.
Bueno, como electroesceptico como tu, Air también ha sido uno con los que me he ido introduciendo poco a poco en este tipo de música. Nunca me iré a una Rave, pero cositas como esta se dejan escuchar mucho.
ResponderEliminarClaro, que también el problema de la música electrónica, por lo menos en mi caso, es que en mucho tiempo estuvo relacionado con ambientes tipo Pont Aeri, Chasis, Megatron... supongo que ahora ya ni deben existir ninguno de estos lugares... pero vamos, que ya me entiendes.
Hala, que te sea leve y agradable la visita materna (pueden ser encantadoras o ponerse muy pesadas en plan de te voy a programar toda tu vida y verás que bien te va a ir).
Abrazos!!
Recuperé este grupo gracias a tí y hoy me vuelves a recordar otro temazo.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo también tengo mis manías en cuanto al género, no es lo que más me seduce, me pasa como a ti. Pero siempre encuentro pequeños temillas sueltos que pueden llegar a gustarme.
ResponderEliminarEsta canción la descubrí por el anuncio de AXE y me gustó, fíjate.
De todas formas me monto en el burro y digo que me parece un género muy artificial y que no consigue transmitirme nada especialmente.
Un saludote
Savoy, es un tanto diferente, y mira que me gusta poco la electrónica, pero aquí difiero, sorry... el aire que tiene esta original no lo consigue otra, jeje.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Uri, al hablar de música electrónica, es cierto que lugares como de los que hablas han hecho mucho daño a la propia concepción del término. No todo es eso, la electrónica es muy amplia y, aunque a mí el 80% de sus propuestas me dejen igual, algunas cosas no es que me gusten, es que me encantan, como esto. Me alegra ver que no soy la única electroescéptica que se dejó llevar por la propuesta de estos franceses.
ResponderEliminarY la visita de mi madre fue de maravilla, tuve suerte!!
Un abrazo!!!
Sergi, qué alegría verte por aquí!! Pues bien contenta que me dejas diciéndome esto, me encanta recuperaros grupos (de la misma manera que me encanta que lo hagáis vosotros).
ResponderEliminarUn abrazo!!!
Royaleconqueso, te digo lo mismo que le digo a Uri. La mayor parte de cosas me dejan como un témpano, e incluso me transmiten un absoluto aburrimiento. Pero de tanto en tanto encuentro algo que, sin saber por qué, me seduce, como esto. Misterios de la música, me alegra ver que no soy la única a la que le sucede.
ResponderEliminarUn abrazo!!